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miércoles, 23 de abril de 2014

LA CUBANA DE MÚSICA MODERNA, HACIENDO HISTORIA EN EL AMADEO

    Érase una vez, a mediados de los 60. Yo había logrado ocupar una plaza fija como director en Televisión Cubana. Podía haberme quedado quieto en base allí pero durante mi estancia en el Musical de La Habana contraje el virus del teatro de variedades y nunca quise desvincularme del todo de ese fascinante mundo de los escenarios, las bambalinas y los aplausos cercanos.
Teatro Amadeo Roldán, Vedado, La Habana
    El Amadeo Roldán era el gran coliseo donde se presentaban los mejores espectáculos musicales y actuaban las figuras extranjeras de postín que visitaban Cuba. (1)
    A cada rato me llamaban de allí para que trabajara como asistente de dirección y jefe de escena. Así que no me extrañó que me citaran a una reunión. Me explicaron que el Consejo Nacional de Cultura había formado una orquesta todos estrellas con músicos que hasta entonces integraban diferentes agrupaciones.

El formato era el de una jazz band -metales, maderas y percusión-, se llamaría Orquesta Cubana de Música Moderna (OCMM), su director titular sería Armando Romeu Jr. (2). Me plantearon que me hiciera cargo de producir su primer concierto, que se realizaría dentro de unos días en el Amadeo.

    Dije que sí inmediatamente. En realidad, yo tenía poco que hacer en la función, más allá de disponer un marco adecuado (escenografía, luces, audio, colocación de los músicos…) para que la presentación marchara sin lío, lo mejor posible.

    No le di importancia a la creación de la orquesta hasta que el interés creado a su alrededor fue creciendo con los días. Me fui enterando de que un equipo del ICAIC, dirigido por José Limeres, iba a filmar la actuación para un documental y de que una unidad móvil de la EGREM se iba a instalar en el teatro para grabar en vivo un disco. Ambas cosas significaban que no era un espectáculo cualquiera, allí iba a ocurrir algo que no era normal.
    A medida que se iba acercando el momento del recital, las advertencias tipo “oye, esto tiene que quedar muy bien”, “nada puede fallar”, “es una actividad priorizada al más alto nivel” y similares me intranquilizaron un poco. Pero no demasiado. El teatro contaba con tremendo equipo de profesionales y yo confiaba en ellos.

    La formación de la OCMM se llevó a cabo con cierto misterio. Por lo menos yo que, por una u otra vía, siempre me informaba de lo que se movía en el sector de la cultura, no sabía lo que se estaba cocinando. Así que fue en un ensayo del espectáculo, ya en el escenario del Amadeo, que me empaté con aquella impresionante banda.
    Lo primero que me vino a la mente fue el recuerdo de las grandes big bands que había visto en La Habana: la del cabaret Tropicana, una que armó Chico O’Farrill para un concierto en un teatro –ahora no me acuerdo si fue el de la CTC o el Payret-, la que dirigía Leonardo Timor en el Parisién…
    Pero sin desmerecer a aquellas, esto era otra cosa.


    Quisiera ser un talentoso escritor para hallar las palabras exactas que me sirvieran para describir la emoción que sentí cuando Armando Romeu bajó la mano y aquello sonó. Lo que se me ocurre decir es que me quedé conmovido, sobrecogido, alucinado, totalmente calcinao. (3)
    Sobre la escena, tras sus atriles y tocando en serio, estaba la crema, un grupo selecto de los mejores instrumentistas de Cuba, veteranos, jóvenes y muy jóvenes, reunidos para hacer historia.
    He aquí sus 25 nombres:


Piano y organeta: Jesús “Chucho” Valdés
Guitarra bajo y contrabajo: Orlando “Cachaíto” López
Baterías: Guillermo Barreto y Enrique Plá
Guitarra: Carlos Emilio Morales
Trompetas: Luis Escalante, Leonardo Timor, Andrés Castro, Jorge Varona, Manuel “Guajiro” Mirabal y Adalberto “Trompetica” Lara

Trombones: Leopoldo Escalante, Modesto Echarte, Luis Outomuro y Antonio Linares
Saxofones: Francisco Rivera (“Paquito D’Rivera”), Julián Fellové, Jesús “El Chino” Lam, Braulio Hernández y Rolando Sánchez
Tímpani: Luis Aragú
Percusión cubana: Oscar Valdés (padre), Oscar Valdés (hijo) y Roberto García
Dirección: Armando Romeu Jr.

Cachaíto / Chucho / Carlos Emilio

Braulio y El Chino Lam
Luis Escalante, El Guajiro y Varona

No pude conseguir una foto de ellos de cuando fundaron la Moderna.
Pero aquí están, muchos años después, los dos Oscar (hijo y padre).
Maestros de la percusión.
De los Valdés de toda la vida.

    El concierto se presentó dos noches seguidas: viernes 12 y sábado 13 de mayo de 1967, desde las 21:00 horas. Decir que resultó un jonrón es quedarse corto porque en realidad fue uno con las bases llenas. Las ovaciones constantes demostraban que el público también se había calcinao en presencia de aquel bandón.
    Es probable que se ofrecieran más funciones en las semanas siguientes pero no lo tengo claro.
    Todas las piezas que se interpretaron fueron instrumentales, con orquestaciones originales y transcripciones realizadas por Romeu y Rafael Somavilla.

    No hubo cantantes y, con todo mi respeto hacia los que ejercen esa profesión, la verdad es que no se echaron en falta.

    Éstas fueron las obras que se ejecutaron y sus autores:


Primera parte
El manisero -- Moisés Simmons
Room 43 -- Ken Jones
¿Qué traigo aquí? -- Arturo “Chico” O’Farrill
The Man I Love -- George Gershwin
En un mercado persa (In a Persian Market) -- A. W. Ketelbey
Mercurio -- Arturo “Chico” O’Farrill
Voy abajo -- Henry Mancini
Concierto de baterías (Tri Fi Drums) -- Bill Holman (4)

Segunda parte
Dixie Souvenirs
Toma cinco (Take five) -- Paul Desmond
Requiem -- Rafael Somavilla (5)

Tercera Parte
Pastilla de menta (One Mint Julep) -- Rudolph “Rudy” Toombs
Ven ya pacá -- Juanito Márquez
Pepe Cabecita -- Enrique Bonne
Guajira guantanamera -- Joseíto Fernández (6)

    Aunque fue la primera presentación de la Moderna ante el público habanero, no constituyó su debut absoluto. Dos semanas antes, el 29 de abril de 1967, la nueva agrupación había actuado en un acto político-artístico con estudiantes celebrado en Guane, Pinar del Río, y en el que Fidel Castro estuvo presente y pronunció un discurso.
    Teniendo en cuenta la forma en que se desarrollaban los acontecimientos en Cuba en aquel tiempo, una especulación que no estaría fuera de lugar podría llevarnos a pensar que al gobernante le gustó la orquesta y eso fue decisivo para que, ya fuera en cumplimiento de una orientación bajada o como forma de adulonería pura y dura, recibiera en sus primeros tiempos el extraordinario y unánime respaldo del Consejo Nacional de Cultura, la EGREM, el ICAIC, los medios de comunicación y hasta de la madre de los tomates.

Final del concierto. Se toca la coda y todos, de pie, reciben el gran aplauso




    Hasta el momento en que apareció la Moderna, todo lo que oliera a jazz era mal visto por las autoridades cubanas. Como era una música nacida y criada en los Estados Unidos, se recelaba de ella, se le combatió por extranjerizante y se le metió en un mismo saco con otras manifestaciones artísticas como el rock and roll y el cine hecho en Hollywood, a las que se identificó con el "enemigo imperialista" que quería acabar con la revolución. Todo lo americano recibía oficialmente el tratamiento de fulastre. Hasta los muñequitos de Walt Disney, con el ratón Miquito a la cabeza, cogieron su manoe'leña en un artículo de prensa firmado por Blas Roca.
    Al igual que el rock, el jazz no se prohibió del todo. Pero ambos malvivían, ninguneados y marginados, arrinconados en pequeños locales y gracias al entusiasmo inagotable de algunos músicos y activistas (7) que luchaban contra una marea ideológica que amenazaba con engullirlos.
    ¿Por qué entonces, de la noche a la mañana se cambió palo pa rumba y se auspició, patrocinó y divulgó una super agrupación musical como la OCMM, que se disfrazaba y anunciaba como de música moderna pero que todo el mundo y su sobrina sabían que se basaba en los códigos jazzísticos?
    A lo largo de los años, muchos nos hemos hecho esa pregunta, que nunca -que yo sepa- ha sido contestada por una fuente gubernamental. Algo debe haber ocurrido para que se modificara la línea que se seguía. Y ese algo debe haber sido de carácter político porque desde arriba no movían ni la hoja de una rama sin que fuera por ese motivo.

    En una entrevista que le hizo el periodista y escritor Enrique del Risco (Enrisco), Paquito D’Rivera aventura una razón que tiene pinta de bien encaminada.
    Enrisco: En tu libro "Mi vida saxual" declarabas que no tenías idea de por qué, después de la férrea censura que había sufrido el jazz en Cuba a mediados de la década de los sesenta, de repente las autoridades culturales cubanas habían aprobado la creación de la Orquesta Cubana de Música Moderna dedicada expresamente a cultivar ese género. Han pasado varios años de la publicación de ese libro. ¿Tienes ahora una idea más clara de qué fue lo que motivó la aprobación de ese proyecto, de quién y cómo convenció a las autoridades de la necesidad de crear esa orquesta?

     Paquito: No tener “la más mínima idea” de por qué el cambio de opinión de las autoridades cubanas en cuanto a la música poco antes llamada “extranjerizante” fue una forma más bien sarcástica de expresarme en aquella ocasión. En aquel momento nos visitaban constantemente miembros de los Black Panthers y otras (des) organizaciones afroamericanas, que no entendían los ataques contra el jazz. La clarísima razón del gobierno no era otra que desmentir ante la opinión mundial la conocida represión que existía (y existe) en contra de cualquier manifestación artística y particularmente musical proveniente del extranjero, y especialmente del “Norte Revuelto y Brutal”. La prueba de esto es que un par de años mas tarde, el Consejo Nacional de Cultura le retiró todo el apoyo inicial a la orquesta, que empezó entonces a acompañar a cantantes de poca monta y a grabar discos comerciales en la EGREM. (8)
Paquito I, Emperador del Jazz
A la izquierda, ejecutando un solo con la Moderna
A la derecha, en una foto tomada por Alberto Romeu

El ensayo (¡Viene de arriba, señores!)


    Quiero acabar esta crónica con una anécdota.
    Unas horas antes del concierto del 12 de mayo, se realizó un ensayo general al que asistieron varios dirigentes del Consejo Nacional de Cultura. Estaban muy interesados en comprobar in situ que todo estaba en orden. Se sentaron arriba, en el primer gallinero del teatro y desde la penumbra observaron con atención lo que pasaba en el escenario iluminado. Yo ocupé una butaca, una o dos filas delante de ellos.
    En un momento dado, uno de los jefes –nos conocíamos por haber trabajado juntos hacía un tiempito- se acercó a mí y en voz baja me dijo:
    -- Oye, Ginori, esto está magnífico. Va a ser un éxito. Solamente hay algo que… si se pudiera arreglar… 

    -- ¿Qué cosa es?
   -- En el número de las dos baterías se destaca demasiado ese muchacho nuevo, Plá.
    -- Bueno, es que se trata de un mano a mano.
    -- Sí, ya lo sé. Pero es que él no es muy revolucionario que digamos.
    -- ¿Y qué me sugiere?
    -- Bueno, ¿no se podría eliminar ese número del programa?
   -- Eliminarse se puede, pero eso no está en mis manos. Ahora cuando se termine el ensayo, usted va y lo habla con el director de la orquesta.
    Ahí mismo se acabó la conversación. El tipo regresó a su asiento y después no tuvo los timbales de ir a plantearle su sugerencia de mierda al Maestro Romeu.
    ¿Que cómo se llamaba? Pues, Lisandro Otero. Y en ese momento era vicepresidente del Consejo Nacional de Cultura.


Enrique Plá
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N   O   T   A   S

(1)  En esa época, el Karl Marx se llamaba Chaplin y aunque puntualmente se hacían en él algunas actividades artísticas, estaba dedicado en general a pasar películas.

Armando Romeu Jr.

(2)  Antes de fundar la OCMM, Armando Romeu Jr. había estado durante años al frente de la big band del cabaret Tropicana, integrada por músicos de primer nivel y  considerada en general como la mejor orquesta de su tipo que sonó en Cuba antes del 59. 

(3)  Yo pensé que con la creación de la Moderna, el CNC estaba pagando una deuda que tenía no sólo con el jazz sino también con la música popular cubana. Creí que una agrupación que era capaz de partirla interpretando lo mismo “The Man I Love” y “Pastilla de menta” que “La guantanamera” y "El manisero" estaba llamada a obtener el prestigio que ya habían alcanzado el Ballet Nacional de Cuba, Teatro Estudio, el Conjunto Folclórico Nacional, Danza Nacional de Cuba, el Conjunto Dramático Nacional y otras instituciones culturales.
  Imaginaba a la orquesta girando por los países, sonando su repertorio en los mejores auditorios y siendo aplaudida por los públicos y críticos más exigentes. No era una utopía. Detrás de cada uno de sus atriles estaba un instrumentista de primerísima calidad. Y al frente de ellos, dos grandes maestros como Romeu y Somavilla.
  Ya teníamos una big band potente, brillante, bien organizada, con sus integrantes libres de agobios económicos. Ahora podrían venir a La Habana los mejores solistas y directores del mundo. Me imaginé verla actuar con los músicos que yo conocía por haberlos oído en la radio. Acompañando a Dizzie Gillespie, Louis Armstrong, Tito Puente o Lionel Hampton y dirigida por Count Basie, Pérez Prado, Duke Ellington, Chico O'Farrill o Stan Kenton.
  Pero con la Cubana de Música Moderna ocurrió como con tantas ilusiones que se fueron al carajo con el tiempo. Pocos años después de su debut, ya andaba –como La Cachivache del tango- flaca, fané, descangayada, en un triste declive que debe haber comenzado el día en que en Cultura le faltaron el respeto a la orquesta, le quitaron el pie al acelerador con que la apoyaron al principio y decidieron ponerla a funcionar como acompañante de cantantes pop.


(4)  “Tri Fi Drums” sirvió de base para el formidable duelo de drummers entre el experimentado decano de los bateristas criollos Guillermo Barreto y el recién llegado Enrique Plá.

  Está registrado en un kinescopio filmado por Televisión Cubana, uno de los pocos materiales de la Orquesta Cubana de Música Moderna que pueden verse en Internet.
  Éste es el enlace:
 

Mano a mano entre Barreto y Plá (en youtube)
Rafael Somavilla


(5)  Aunque no aparece reflejado en el programa que se imprimió y repartió al público asistente, mi memoria está soplándome al oído que fue Rafael Somavilla quien dirigió “Requiem”, obra compuesta e instrumentada por él.

(6)  Extraída del corto del ICAIC que dirigió Limeres es la “Guajira guantanamera” que está disponible aquí:

Orquesta Cubana de Música Moderna > "Guajira guantanamera" (en youtube)

(7)  Hubo muchos amantes del jazz que lucharon por él en nuestro país, realizando trabajos de promoción y apoyo en circunstancias adversas. De ellos, quiero resaltar a algunos que conocí de cerca: Leonardo Acosta, Bobby Carcassés, Ernesto Calderín y Horacio Hernández.
  Leonardo, investigador riguroso, músico, pedazo de intelectual. La lista de sus artículos y ensayos sobre el tema no la brinca un chivo. Es el autor de un libro fundamental: “Raíces del jazz latino / Un siglo de jazz en Cuba”.

  El Bobby es el Bobby. No se puede hablar de esta música en Cuba sin mencionarle. Fundador de los festivales Jazz Plaza, intérprete, conferencista. Quien no se ha relacionado con él, no sabe lo que se está perdiendo.
  Calderín era un tipo incansable y buena gente, siempre puesto “palyáz”. Nos hicimos amigos cuando se metió a productor de televisión y era el oyente atento y conocedor que todo jazzista quisiera tener en sus actuaciones.
  Horacio Hernández realizó durante muchos años programas de radio dedicados al jazz. A su labor de divulgación le debemos mucho. Asistí como alumno a unos cursos que dio en la Casa de Las Américas que me sirvieron para comprender muchas de las claves del jazz y, por tanto, para disfrutarlo más.

  Horacio es el padre de El Negro Hernández, el mejor baterista del mundo. Y la muerte, que es una cabrona, impidió que el papá viviera unos años más y pudiera disfrutar de la extraordinaria carrera internacional que ha desarrollado su hijo y del reconocimiento general que ha conseguido.

(8)  Para acceder a la entrevista completa, pulsar este vínculo:
Entrevista de Enrisco a Paquito D´Rivera (2008)


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ÉSTOS SON SUS ENLACES:

El Blog de Pedraza Ginori > ANECDOTARIO (4): MARÍA CERVANTES, MARIO ROMEU Y UN COMEMIERDA CON CARNÉ

El Blog de Pedraza Ginori > JUAN FORMELL, LA DEUDA QUE NUNCA SE PAGARÁ 

El Blog de Pedraza Ginori > CONCURSO GUZMÁN 78, LA SORPRESA

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6 comentarios:

  1. Eugenio, Entre los músicos que trataban de hacer jazz y para lograr su diffusion lo "mezclaban" con otros géneros estaba también Felipe Dulzaides. Y seguramente usted coincidió en la television con otro músico de estos "naturales" llamado Pepin Vaillant. Creo que se ha perdido un poco el recuerdo sobre ellos, a pesar de que en aquella época que como usted dice el "consumo" de la música de ese tipo estaba regulado, sin embargo hacian muchas apariciones públicas. Un saludo! Como siempre, muy interesante el artículo! G.

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  2. Algo de lo que más sorprendió de Enrique Plá en sus pirmeras apariciones con la OCMM ademas de su virtuosismo era que siendo zurdo tocaba con el drum armado para músico derecho, eso no lo hacian muchas gentes en aquella época y la destreza al tener que tocar sin cruzar las manos enseguida se notaba. Se hablaba de rivalidades generacionales con Barreto, pero yo no creo eso, considero que eran músicos que tocaban la percussion de forma diferente.

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  3. Eugenio, si me permite poner otra, quisiera comentar algo que recordé ahora. Quizás la mejor consecuencia de la creación de la Orquesta de Musica Moderna sea haber constituido la fragua de la que surgió Irakere. Lo mejor y lo mas joven de esa orquesta se consolidó en ese grupo que tuvo mayor oportunidad de expresar la intención musical de Chucho de fusionar el jazz con la musica afrocubana. Pero de forma interesante y aunque hay un dicho que dice que "nunca segundas partes fueron buenas", mas tardes José Luis Cortes hizo a su vez una excision de Irakere y se llevó la banda complete de metales (bueno, por supuesto ya Paquito y Sandoval no estaban alí) y formó NG la banda. Un piquete de esa calidad para hacer musica cubana bailable con aires jazzisticos ni el propio "Tosco" lo pudo conseguir armar después. La NG de los 90s fue una banda potentisima, en la que se incorporaron musicos también muy vituosos. Para nombrar solo unos Calixto Oviedo, tremendo percusionista, peruchin y para que hablar de cantantes, Issac Delgado y Toni Calá. Disculpa que meta tanto la cuchareta, que el blog es suyo, pero el tema es apasionante :>)

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  4. Es la primera vez que encuentro un porqué razonable a la fundación de la OCMM en mitad de los "Tiempos del Cólera". Mucho tiempo después pude ver al mismo Romeu (ya bastante mayor) dirigir a la OMM de VillaClara en un montón de standards y aquella orquesta, apelmazada en el mundo de las baladas y el acompañamisnto, sonaba que era la hostia.

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  5. Interesantísmo tu blog, Yin. Cuantos nombres y hasta rostros admirados y queridos...Lo acabo de descubrir pero me haré adicta. Por cierto, gracias por las inteligentes opiniones que tienes la gentileza de dejar en el mio.

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  6. Buen día quisiera si tiene un poco de tiempo tenga la gentileza de colgar temas de la amada Cuba pál mundo papá¡¡¡¡

    Si tiene música salsa boleros songo blues jazz contemporáneo..
    y lo puede compartir muchas gracias..

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