Hoy sábado 11 de noviembre de 2017 dijo "Hasta luego, Lucas" y se nos fue para siempre Chiquito de la Calzada, el que puso a gozar a millones de españoles con una manera de contar
chistes que a nadie se le había ocurrido, el creador de un idioma y de unas
frases que repetimos como loros todos los que le seguimos y le queríamos, el
entrañable malagueño sin cuyo nombre no se puede escribir la historia del mundo
del espectáculo en España.
Es un día triste, muy triste para todos y cada uno de los humoristas españoles de diferentes estilos que lo tienen en un altar de respeto porque Chiquito era de los grandes, de los que se convierten en leyenda. Y a esos se les respeta. Y es un día cargado de tristeza también para todos nosotros, sus admiradores incondicionales, los que nos entregamos a él desde el primer día en que lo vimos, los que entendimos entonces (y seguimos sin entender ahora) cómo era posible que algunos no lo vacilaran y se divirtieran viéndolo.
Es un día triste, muy triste para todos y cada uno de los humoristas españoles de diferentes estilos que lo tienen en un altar de respeto porque Chiquito era de los grandes, de los que se convierten en leyenda. Y a esos se les respeta. Y es un día cargado de tristeza también para todos nosotros, sus admiradores incondicionales, los que nos entregamos a él desde el primer día en que lo vimos, los que entendimos entonces (y seguimos sin entender ahora) cómo era posible que algunos no lo vacilaran y se divirtieran viéndolo.
Es muy difícil explicarle a alguien que no lo conoció quién fue y qué hacía. Su
humor se caracterizó por su lenguaje corporal, sus saltitos, su incesante
caminar de un lado a otro del escenario y, sobre todo, por el uso de frases y
expresiones distorsionadas, muchas veces incomprensibles, con las que aderezaba
sus larguísimos chistes.
Estos son algunos ejemplos de su particular y
surrealista lenguaje: “Pecador de la pradera”, “¿Te dah cuen?”, “Fistro”,
“Quietorr”, "¡No puedor, no puedor!", "A güán, a peich,
agromenáuer“, ¡No te digo trigo por no llamarte Rodrigo!”,
"Grijandemorrr", “¡Duodeno sersuá!”, “Norrl”, “¡A candemor e narrr!”,
“¡Cobarde!”, “¡Al ataquerrrr!”, “¡Me cago en tus muelas!”, “¡Jarl!”, “¡Hasta
luego Lucasss!”, "Perry Manson", “Por la gloria de mi madre”,
“Guarredida española”, “Ese caballo que viene de Bonanza”, "La
Meretérita", "Una mala tarde la tiene cualquiera", "Tanto
para alicatar tres cuartos de baño", "Físicamente, moralmente",
"Te vas a hacer pupita", "Nació después de los dolores",
¡Relájese", “Eres más peligroso que un tiroteo en un ascensor”, “¡Es usted
un torpedo!", “Trabaja menos que el sastre de Tarzán”, “Cuidadín” y “Se
mueve mah que loh precioh”.
Chiquito de la Calzada |
No sé si verlo ahora en Youtube, fuera de contexto, en este
mundo vertiginoso de las redes sociales, sea la mejor forma de entrar en
Chiquito y reírse con él. Para disfrutarlo en toda su dimensión quizás hubiera
sido necesario apreciarlo desde el entorno de los años 90 españoles, cuando
empezó como un cuentachistes inquieto, gitano y sesentón, en aquel programa
“Genio y Figura” de Antena 3 Televisión y desde allí subió y subió hasta la
cima, hasta lograr que en los centros de trabajo, en las escuelas, en los bares
y en los hogares la gente lo imitara, hablara como él y viviera en un país de
jodedera llamado Chiquitistán.
Para mí, cubano, creo que sentirme ciudadano chiquistaní fue una de las mejores formas de integrarme en España. Me lo compré enseguida y hasta puse su foto cerca de mi computadora para levantarme el ánimo y sonreír cada vez que lo veía. Era mi forma de agradecerle las risas que nos echamos juntos Chiquito y yo.
Para mí, cubano, creo que sentirme ciudadano chiquistaní fue una de las mejores formas de integrarme en España. Me lo compré enseguida y hasta puse su foto cerca de mi computadora para levantarme el ánimo y sonreír cada vez que lo veía. Era mi forma de agradecerle las risas que nos echamos juntos Chiquito y yo.
Hoy, al enterarme de que se ha ido, he puesto de nuevo su imagen junto a mi
pantalla y le he dicho de nuevo “Gracias, Maestro”, tenga por seguro que seré
su fan hasta el día en que yo también me monte en ese caballo que viene de
Bonanza, deje de ser un pecador de la pradera, me despida con un “hasta luego,
Lucas” y me quede para siempre quietorrr.
////////////
No hay comentarios:
Publicar un comentario