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martes, 30 de enero de 2018

EL CHISTE DE LA VIEJA Y EL CURDA

   El gran humorista Pepe Pelayo es un tipo brillante. No da puntada sin hilo. Acaba de publicar en su Facebook una interesente reflexión sobre lo comemierda que se ha vuelto la gente llevando al extremo las campañas ─en principio bien intencionadas─ por el respeto y la no discriminación de los demás.
   Eso ha provocado que hoy en día, gracias al fundamentalismo exacerbado que padecemos, hacer humorismo se haya convertido en tarea casi imposible.
   El escrito de Pepe me ha inspirado una versión actualizada y políticamente correcta de aquel viejo chiste de la vieja y el curda que se encuentran en la calle y él le grita “¡¡¡Fea!!!”, ella responde “¡¡¡Borracho!!! y él remata diciendo “Sí, pero lo mío se me pasa mañana”.


   Había una vez, en un país, ciudad y época que no se especifican, dos seres humanos de procedencia, edades, ocupaciones, y características físicas y personales desconocidas que se cruzaron en una calle cualquiera. El Alguien número 1 le gritó algo al Alguien Número 2. El Alguien Número 2 lo consideró un improperio y respondió con otro. Entonces, el Alguien Número 1 cerró la conversación jocosa con una frase que nadie escuchó.
    Ya sé que dicho de esta manera el legendario chiste no le va a causar gracia a nadie. Pero no me pueden negar que cumple con todos los requisitos actuales.
Y colorín colorao, este cuento de cómo el humorismo fue erradicado de la faz de la Tierra se ha acabao.

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