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sábado, 15 de febrero de 2020

LOS TIEMPOS DEL CHEQUE ABIERTO AL MÁXIMO LÍDER

  De vez en cuando es muy bueno realizar un ejercicio que ayuda mucho a la comprensión de la realidad y a la salud ideológica: revisar la prensa de antes.
  Por ejemplo, hoy les presento al jueves 3 de diciembre de 1959, un día del tiempo aquel en que los cubanos le habíamos entregado al barbudo salvador de la patria un cheque abierto para que, donde ponía "Cantidad", él escribiera la cifra que le viniera en ganas, por alta que fuera.
  El proceso que por entonces se llamaba Revolución Cubana (y ahora nadie sabe cómo se llama) llevaba once meses en el poder, le daban su apoyo incondicional las grandes masas que habían sufrido la dictadura de Batista y se ilusionaron con Quientúsabes, que prometía libertad, justicia y prosperidad en discursos interminables, apasionados y, como se vio después, mentirosos y demagógicos.

  Todavía en la isla había la cantidad suficiente de capitalismo que permitía que Monguito ofreciera en su bar de Ayestarán y San Pablo un menú barato, distinto cada día y seguramente bien condimentado y sabroso: aporreado de tasajo, chilindrón de cordero, lechón asado, caldo gallego…

  Ya no se presentaban shows en los cines, la mayoría de las salas de teatro habaneras de los años 50 ya no funcionaban, pero todavía se podía encontrar una cartelera interesante gracias a teatristas independientes: “La oscuridad al final de la escalera”, de William Inge, en Las Máscaras, “Nina”, una comedia de André Roussin, en El Sótano, “Aniversario de boda”, de Chodorov, llevaba más de 100 representaciones en Prometeo…
  Nuestra televisión ya no contaba con las grandes estrellas internacionales que eran habituales en los 50, pero, bueno, “Jueves de Partagás” iba tirando con figuras nacionales y los programas dramáticos mantenían su alta calidad.




  Y, respondiendo al llamamiento de Quientúsabes (Máximo Líder, Comandante en Jefe, Salvador de la Patria y poripallá cualquier elogio que se le ocurriera a los lamebotas), la gente donaba ingenuamente su dinerito (en pesos y dólares que por entonces valían lo mismo) y sus objetos de oro (aretes, relojes, sortijas, dientes, etc.) para la campaña de Compra de Armas y Aviones que defenderían al pueblo revolucionario amenazado por la gusanera imperialista malo malosa.
 


  Fíjense que la relación de donativos se ubica debajo del titular "Y tú, ¿qué haces por Cuba?", utilizando a Martí para sus fines y metiéndonos en la mente un sentimiento de culpa, diciéndonos que los que no habíamos luchado contra Batista, debíamos sacrificarnos.
  Visto con los ojos de hoy, sabiendo lo que sabemos hoy, ¡qué cándidos éramos! ¡Nos trajinaron bien trajinaos!
  A ver si para la próxima no tropezamos con la misma piedra y no le damos un cheque abierto al próximo egocentrista que nos prometa libertad, justicia y prosperidad y lo único que nos entregue sea humo.
 

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