Traductor

Páginas vistas

jueves, 13 de febrero de 2020

NELSON RODRÍGUEZ, EL DEL ENCANTO NATURAL

   Nelson Rodríguez Zurbarán, la persona que mejor representa al cine cubano, falleció ayer en Miami. Infinidad de testimonios lo sitúan como un artista, teórico y profesor de categoría excepcional. No voy a abundar en esas facetas porque hay mucha gente más autorizada que yo para hablar de él como profesional. Así que hablaré de él como persona.
 


   Loly Buján era muy amiga de Nelson y de su mamá Asela Zurbarán. Cuando Loly y yo formalizamos nuestra relación, insistió en que Nelson y yo nos conociéramos. Era la década del 70 y ya él había alcanzado un gran prestigio por haber montado algunas de las mejores películas del ICAIC. Confieso que la primera vez que se presentó la oportunidad de encontrarnos, yo me sentía cortado, no sabía si mi conversación iba a estar a la altura de un intelectual de su categoría. Pero él, que era un gran tipo, desplegó todo su don de gentes y su encanto natural y fulminó en dos minutos aquella prevención mía.
   Desde el primer momento conectamos. Loly y yo le visitábamos con frecuencia por las tardes en su apartamentico del Vedado y los tres lo pasábamos muy bien conversando de lo humano y lo divino, tomando su café y escuchando los discos de su amada Dionne Warwick.


    Después, cuando hubo que marcharse de Cuba, nos separamos. Al menos veinte años pasaron hasta que volvimos a contactar vía redes sociales. Durante la cruel enfermedad de Loly, ella me pidió que le mantuviera informado y jamás nos faltó su mensaje de aliento y de cariño, ni sus oraciones al espíritu de su mamá y a San Rafael (“el médico divino”, como le llamaba). Y en el duro trance de la muerte de ella, le agradecí muchísimo su apoyo. Después vinieron su invitación a que le visitara en Jersey City, el intercambio de mensajes a cada rato y sus cálidas y puntuales felicitaciones en cada cumpleaños mío, en los que tenía el detalle de llamarme “querido amigo”.
   Hoy voy a apartar por un rato mi ateísmo recalcitrante para imaginar que, en cualquier momento de los próximos días, en algún sitio maravilloso del Más Allá donde siguen viviendo los buenos, Loly y Nelson se van a reencontrar y conversando se pondrán al día, mientras toman café arropados por una canción de la Warwick.


:::::::::::::::::::::::::

No hay comentarios:

Publicar un comentario