CUBAenCOÑA
Noticias, ciertas o
no, contadas en jodedera
y al estilo de los
lamebotas cómplices de la dictadura.
Núm. 11 // Habana, domingo 6
de septiembre, 2020.
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Solo han transcurrido unos días de septiembre y ya es un
hecho que el plan de consumo de aire por habitante de este mes en el país se
incumple en un 6%, lo cual significa 25 219 microgramos por metrocúbico/hora
por encima de lo previsto. Así se reveló ayer en la reunión semanal de chequeo
celebrada por el Instituto Nacional de Respiración.
Esta situación inaceptable se debe a las reiteradas indisciplinas de la
población que, haciendo caso omiso de la reglamentación vigente, absorbe más
aire del que debe, produciendo un sobregiro que se hace necesario y urgente
reducir. En tal sentido, el compañero viceministro del sector anunció dos
líneas de acción que se pondrán en práctica la próxima semana para acorralar el
problema y solucionarlo. La primera se basa en la campaña “Cada cubano un
respirador responsable”, que apelará a la conciencia y sentido patriótico de
nuestro combativo pueblo revolucionario para que inhale y exhale menos veces
por minuto, y la segunda será la entrada en vigor, el próximo lunes 14, del
decreto ley 234/20 que permitirá aplicar sanciones a los individuos
insolidarios que utilizan en beneficio propio el aire que es de todos.
Ambas iniciativas serán apoyadas por nuestros combativos Comités de Defensa de
Revolución, que crearán las BRAC (Brigadas de Rastreo de Altos Consumidores),
encargadas de visitar casa por casa para ofrecer charlas de concienciación
respiratoria, así como para, aplicando en narices y bocas modernos
respirógrafos de fabricación rusa, detectar y denunciar a los infractores. Los
elementos irresponsables que sobrepasen los microgramos/hora que les
corresponden se enfrentarán a multas que van desde los 100 hasta los 3000
pesos.
Al hacer el resumen de la reunión del INR, el viceministro señaló que las
constantes restricciones del bloqueo económico estadounidense y la contracción
económica mundial producto de la pandemia, de la que Cuba no escapa, hacen que
la solución más viable esté en las manos de cada compatriota. La racionalidad
en el uso de nuestros recursos es clave para contrarrestar los efectos que las
actuales circunstancias generan sobre el bienestar general. Y terminó
afirmando: “Una medida radical sería interrumpir el flujo de aire existente en
la atmósfera, pero esa nunca se tomará. Inspirada en los ejemplos de Martí y Fidel,
la revolución garantiza hoy y garantizará siempre la respiración de los
cubanos”.
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