La mosca que se posó durante dos minutos en el pelo de Mike Pence y se convirtió en la estrella del debate de ayer debe ser la pariente americana de las moscas que vivían en los estudios del ICRT y salían por televisión a cada rato.
Eran el terror de los que hacíamos programas porque echaban a perder nuestro trabajo. En el estudio 17 del FOCSA, territorio eternamente libre de desinfectantes, había una a la que le pusimos de nombre Meca porque cada vez que la veíamos aparecer exclamábamos “¡Me cago en su madre!”.
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