En tiempos de mi juventud, cuando alguien, tras analizar varios indicios y circunstancias de una situación que se mantenía oculta, creía llegar a una conclusión sobre el asunto, usaba la expresión "A mí no me jode nadie".
-- A mí no me jode nadie, Fulanita tiene que estarle pegando los tarros a su marido con Zutanito.
He recordado eso en estas semanas al ver la estrategia que han establecido el partido único y el desgobierno cubano para combatir el impacto tremendo que está teniendo Internet en el interior de la sociedad criolla
En la época en que Fidel Castro tenía el control absoluto de todos los medios de comunicación, y por tanto del discurso político, sus campañas mentirosas y manipuladoras apenas eran arañadas por las noticias, muchas veces también mentirosas y manipuladoras, de algunas emisoras radiales del extranjero captables en la isla con más o menos estática.
Pero el mundo no se caracteriza por estar quieto parao y avanza incontenible gracias a la inteligencia humana, la ciencia y la tecnología. Y un día llegó Internet.
En el alto mando cubano se consideró que aquello de tener libre conexión con gente de otros países, con otras ideologías y culturas, le abría infinitas posibilidades al enemigo de penetrar con su propaganda en la finca que ellos administraban a su forma y manera. Así que, aplicando su mentalidad estalinista, Quientúsabes y su pandilla decidieron prohibir todo lo que empezara por www. Al imperialismo, ni tantito así.
Así estuvimos muchos años los cubanos que pertenecíamos a lo que arriba llaman "población", oyendo hablar de una cosa de afuera llamada Internet, pero sin tener acceso a ella. Y en eso estábamos cuando de pronto se derrumbó el campo socialista y la isla se vio sin el apoyo financiero y material de la URSS y sus socitos europeos. De buenas a primeras nos vimos metidos en un atolladero llamado Período Especial.
Hacían falta billetes verdes y con urgencia.
Alguien, sabe Dios quién, convenció a los amos de la finca de que tener el monopolio de la red global dentro del territorio cubano podía ser una fuente importante de las ansiadas y necesarias divisas. Y con la aparición de los teléfonos móviles, celulares les decían, empezaron poco a poco a llegar las conexiones, primero a las webs y después a las redes sociales.
Todos sabemos lo que vino después, así que no hagamos demasiado extenso el relato.
Hoy en día cualquiera anda con un teléfono a cuestas en Cuba, buscando una zona wifi donde se pueda conectar con Internet. Y usa la red no solo para saber de sus familiares emigrados. También lo hace para recibir noticias y para transmitirlas. Cuba se ha abierto al mundo, tal y como dijo en La Habana aquel Papa de cuyo nombre ni me acuerdo.
A duras penas, obligados por las circunstancias, los amos de la finca castrista fueron abriendo la mano y hoy, contra su voluntad, tienen que lidiar con Internet, ese poderoso monstruo de cien cabezas que llegó para quedarse.
Y como no han aprendido, ni les interesa aprender, las lecciones de la historia, en la Plaza de la Revolución siguen creyendo que la propaganda burda y machacona sobre un historial repleto de victorias y un futuro luminoso les puede funcionar en 2021 como en 1967.
Sin tener a un Fidel que con su carisma y su ascendencia sobre las masas manipuladas les tire un cabo, el Ñato Puesto a Dedo y sus jefes no saben qué hacer y hacen lo que se hacía antes. Ellos mismos se autoproclaman continuidad. Pero el cuartico ya no está igualito. El derrumbe del país es tan visible, tan profundo, que ya no es posible taparlo.
Tienen perdida la guerra de la información y ellos lo saben. A la revolú, que nos prometió bienestar eterno a cambio de unos años de sacrificios y traicionó uno por uno todos sus principios y objetivos, le queda poco y ellos lo saben. Al final de la película no fueron derrotados por un poderoso ejército invasor de hombres armados hasta los dientes, sino por un montón de bits que circulan por una maraña de satélites espaciales.
¿Quién te iba a decir, Fidel Castro, que Internet echaría la última palada de tierra en la tumba del proceso revolucionario que tu procreaste y, guiado por tu ego descomunal y tus locuras, tú mismo mataste?
Bueno, no me voy a desviar más y vuelvo a lo que iba al principio con eso de "a mí no me jode nadie".
Ese empeño en repetir el mismo cansino discurso de toda la vida, repleto de consignas vacías que no conectan con el cubano desengañado y hambriento de libertades de hoy, ese seguir en el mismo tracatraca de himnos, banderitas agitadas y referencias a un Martí de usar y tirar que se han inventado a su medida, ese proceder anquilosado tiene que tener su origen en alguna parte, tiene que obedecer a algo.
Y aquí es donde entra a jugar una teoría que tengo dándome vueltas en la cabeza desde hace tiempo y que, si la miras con cuidado, de fantasiosa e imposible no tiene nada.
Yo creo que esos reportajes engañabobos y esas campañas contra los periodistas independientes, artistas y activistas, esos bodrios que salen cada día en la Mesa Retonta y en el Menticiero de la Televisión, son productos elaborados por una red clandestina de opositores que opera, en silencio y desde las sombras, en las entrañas mismas de los órganos que dirigen y ejecutan la política informativa del país.
Si no fuese así, no tiene explicación que el desgobierno, su partido y su seguridad del estado se estén dando continuamente tiros en sus propios pies. Fíjense en este intento de desprestigiar a la artista plástica Tania Bruguera que salió días atrás en el NTV. Resulta un paquete tan mal envuelto, tan absurdo y pedestre, que logra lo contrario de lo que pretende. En lugar de destruir la imagen de una activista como Tania, hace que la conozcan y valoren millones de personas que nunca habían oído hablar de ella.
Vean (si tienen estómago) el reportaje y díganme cómo es posible que haya salido al aire si no fuera porque detrás de eso hay todo un conjunto de ocultos y valiosos combatientes contrarrevolucionarios que se la están jugando dentro del monstruo para acabar de una vez por todas con la dictadura.
Esa es la única explicación. A mí no me jode nadie.
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Nota 1:
En el material transmitido con la intención de desprestigiar a la Bruguera se plantea como negativo aceptar una beca ofrecida por Estados Unidos. Y también participar en un evento de discusión política.
Vale preguntarse ¿cúantos jóvenes de naciones del Tercer Mundo han estudiado gratuitamente en Cuba y como parte de esos estudios han recibido instrucción ideológica favorable al comunismo para que la apliquen al regresar a sus lugares de origen? ¿Cuántos extranjeros han participado en cientos de congresos, conferencias, debates, etc. que los castristas han organizado en la isla para divulgar sus ideas, buscar solidaridad y afianzar su penetración ideológica en otros países?
Nota 2:
La ingeniosa y acertada palabra menticiero conque me referí al NTV, se la copié a Mabel Cuesta, alguien a quien recomiendo seguir en Facebook porque cada vez que dispara da en el blanco.
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