El 3 de abril de 1983 salió al aire, por el Canal 6 de TV Cubana, Joven Joven. En pocas semanas, el programa se convirtió en uno de los más vistos y, con el tiempo, en un fenómeno social de esos que puede –y debe- generar la televisión.
En junio, ante el alboroto juvenil que se estaba formando en toda la isla cada domingo a las 12 del día, la popular revista Opina olió que allí había noticia y decidió publicar una extensa entrevista conmigo, que apareció en su número de julio del 83. El encargado de hacerla fue el periodista Fernando Miguel. Ambos nos conocíamos desde hacía muchos años, cuando comenzábamos en nuestras respectivas profesiones. Tuvimos una larguísima conversación en la que hablé no sólo de JJ sino, además, de la tele, de mis orígenes, de mi estilo de trabajo, de mis concepciones, en fin… No se grabó, él fue tomando notas y después, de ellas, extrajo lo que consideró más interesante para los lectores.
Como en todas las veces que alguien transcribió mis palabras y las publicó, yo quedé decepcionado. Algunas cosas no se ubicaron en el contexto en que las dije, hubo ideas incompletas, se podía inferir cierta desconsideración por mi parte hacia compañeros a los que yo respetaba, en ciertos momentos aparecí como un gurú arrogante dictando lo que se debía hacer y lo que no, en fin, que sin llegar a enfadarme, no me gustó nada como salió aquello.
Tras haber realizado una tonga de entrevistas en mis años como colaborador de la revista Cuba Internacional, yo sabía perfectamente los peligros que conlleva trasladar a un papel las palabras y opiniones de otros, sobre todo cuando no existe una grabación a la que echar mano para resolver dudas. Por ello no culpé a mi amigo Fernando; de hecho nunca le hablé de mi reacción. Tampoco era como para ponerse pesado con alguien que –estoy seguro- había actuado de buena fe.
Hoy, tres décadas después, he revisado aquella entrevista y, aunque mantengo lo que pensé de ella en 1983, he decidido incluirla aquí ya que considero que, en líneas generales y dejando a un lado el tiquitiqui de si me gustó o no, reflejó mis conceptos y puntos de vista de aquel momento, sobre todo en lo referente a la forma de funcionar de algunos dirigentes de la TV Cubana de entonces.
Y ahora, permítanme una dedicatoria al estilo de los premiados en los Oscar, los Globos de Oro, los Emmy, los Tony, etc.
Señoras y señores, ladies and gentlemen:
Esta entrada de mi blog, se la quiero dedicar a Fernando Miguel, al fotógrafo Kuko Progresito, al jefe de diseño (y mi hermano) Arístide, a Beatriz, a Balari, a Armando y a los demás compañeros de Opina, que tan bien se portaron siempre conmigo, acogiéndome en su redacción del Focsa como uno más de ellos y haciéndome feliz al darme la oportunidad de dirigir los espectáculos de entrega de sus Girasoles. Gracias, amigos, donde quiera que estén.
En junio, ante el alboroto juvenil que se estaba formando en toda la isla cada domingo a las 12 del día, la popular revista Opina olió que allí había noticia y decidió publicar una extensa entrevista conmigo, que apareció en su número de julio del 83. El encargado de hacerla fue el periodista Fernando Miguel. Ambos nos conocíamos desde hacía muchos años, cuando comenzábamos en nuestras respectivas profesiones. Tuvimos una larguísima conversación en la que hablé no sólo de JJ sino, además, de la tele, de mis orígenes, de mi estilo de trabajo, de mis concepciones, en fin… No se grabó, él fue tomando notas y después, de ellas, extrajo lo que consideró más interesante para los lectores.
Como en todas las veces que alguien transcribió mis palabras y las publicó, yo quedé decepcionado. Algunas cosas no se ubicaron en el contexto en que las dije, hubo ideas incompletas, se podía inferir cierta desconsideración por mi parte hacia compañeros a los que yo respetaba, en ciertos momentos aparecí como un gurú arrogante dictando lo que se debía hacer y lo que no, en fin, que sin llegar a enfadarme, no me gustó nada como salió aquello.
Tras haber realizado una tonga de entrevistas en mis años como colaborador de la revista Cuba Internacional, yo sabía perfectamente los peligros que conlleva trasladar a un papel las palabras y opiniones de otros, sobre todo cuando no existe una grabación a la que echar mano para resolver dudas. Por ello no culpé a mi amigo Fernando; de hecho nunca le hablé de mi reacción. Tampoco era como para ponerse pesado con alguien que –estoy seguro- había actuado de buena fe.
Hoy, tres décadas después, he revisado aquella entrevista y, aunque mantengo lo que pensé de ella en 1983, he decidido incluirla aquí ya que considero que, en líneas generales y dejando a un lado el tiquitiqui de si me gustó o no, reflejó mis conceptos y puntos de vista de aquel momento, sobre todo en lo referente a la forma de funcionar de algunos dirigentes de la TV Cubana de entonces.
Y ahora, permítanme una dedicatoria al estilo de los premiados en los Oscar, los Globos de Oro, los Emmy, los Tony, etc.
Señoras y señores, ladies and gentlemen:
Esta entrada de mi blog, se la quiero dedicar a Fernando Miguel, al fotógrafo Kuko Progresito, al jefe de diseño (y mi hermano) Arístide, a Beatriz, a Balari, a Armando y a los demás compañeros de Opina, que tan bien se portaron siempre conmigo, acogiéndome en su redacción del Focsa como uno más de ellos y haciéndome feliz al darme la oportunidad de dirigir los espectáculos de entrega de sus Girasoles. Gracias, amigos, donde quiera que estén.
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LA ENTREVISTA TAL CUAL SALIÓ
EL TALENTO ES MÁS IMPORTANTE QUE LOS RECURSOS
EL TALENTO ES MÁS IMPORTANTE QUE LOS RECURSOS
EUGENIO PEDRAZA GINORI
Director de programas de radio y televisión, director de espectáculos musicales de teatro, productor de discos, autor de letras de canciones y periodista.
Director de programas de radio y televisión, director de espectáculos musicales de teatro, productor de discos, autor de letras de canciones y periodista.
por Fernando Miguel
Fotos Kuko
Acaba de aparecer en televisión la identificación del canal 6. Son las doce del día y hoy es domingo. Comienza, “por encima y a millón”, el programa Joven Joven. Y mientras se van sucediendo las sorpresas, vamos reconstruyendo la conversación que sostuvimos con Eugenio Pedraza Ginori, director de Joven Joven.
-- ¿Por qué Joven Joven?
-- El programa surge por la necesidad que había de mejorar la programación musical dedicada a los más jóvenes. Los mejores momentos de Buenas Tardes y Para Bailar –programas que hicieron época- habían pasado ya. Hacía falta algo nuevo.
Esto se había discutido muchas veces a distintos niveles. Todo el mundo estaba de acuerdo pero los propósitos no se hacían realidad. Y, mientras tanto, el proyecto de Joven Joven había sido presentado en 1976 y dormía el sueño eterno en una gaveta.
-- ¿Y cómo se hizo posible? ¿Cómo fue que se logró que se sacara de la gaveta?
-- Hubo una persona que se enfrentó a los problemas y a los esquemas, apadrinó nuestra idea, nos respaldó, hizo renacer nuestro entusiasmo y logró que el programa saliera al aire.
-- ¿Quién es esa persona? ¿Se puede saber o es un secreto?
-- Se llama Nora Blanco. Ella se hizo cargo de la Redacción Musical del canal 6 a principios de marzo y solamente un mes después, gracias a su dinamismo, Joven Joven estaba en las pantallas.
Trabajamos en colaboración estrecha con la UJC, la Organización de Pioneros, la FEU, la FEEM y otros organismos. Esto nos ayuda extraordinariamente. La asesoría de compañeros que trabajan directamente con los jóvenes, que conocen sus problemas y necesidades, nos ha resultado de gran utilidad.
-- ¿Qué es lo que se proponen con el programa?
-- El lenguaje televisivo que queremos buscar es nuevo. No caer ni en lo ñoño ni en lo paternalista que ha caracterizado a otros programas. Vamos a luchar porque se establezca un clima de fiesta sana, ausente de chabacanería, que refleje todo el entusiasmo que es capaz de generar nuestra juventud revolucionaria.
-- Ginori, ¿estás satisfecho?
-- La televisión es de un poder de penetración tremendo, muy absorbente, muy atractiva. Un programa te lo ven dos o tres millones de personas. Si haces un programa que tenga éxito, te sientes útil porque sabes que llegas a millones de cubanos. Eso me da una euforia tremenda. Ahora me siento como me sentí cuando hacía el Guzmán 79, trabajando mucho, pero muy entusiasmado. Joven Joven es un baño en la fuente de la juventud.
Acaba de aparecer en televisión la identificación del canal 6. Son las doce del día y hoy es domingo. Comienza, “por encima y a millón”, el programa Joven Joven. Y mientras se van sucediendo las sorpresas, vamos reconstruyendo la conversación que sostuvimos con Eugenio Pedraza Ginori, director de Joven Joven.
-- ¿Por qué Joven Joven?
-- El programa surge por la necesidad que había de mejorar la programación musical dedicada a los más jóvenes. Los mejores momentos de Buenas Tardes y Para Bailar –programas que hicieron época- habían pasado ya. Hacía falta algo nuevo.
Esto se había discutido muchas veces a distintos niveles. Todo el mundo estaba de acuerdo pero los propósitos no se hacían realidad. Y, mientras tanto, el proyecto de Joven Joven había sido presentado en 1976 y dormía el sueño eterno en una gaveta.
-- ¿Y cómo se hizo posible? ¿Cómo fue que se logró que se sacara de la gaveta?
-- Hubo una persona que se enfrentó a los problemas y a los esquemas, apadrinó nuestra idea, nos respaldó, hizo renacer nuestro entusiasmo y logró que el programa saliera al aire.
-- ¿Quién es esa persona? ¿Se puede saber o es un secreto?
-- Se llama Nora Blanco. Ella se hizo cargo de la Redacción Musical del canal 6 a principios de marzo y solamente un mes después, gracias a su dinamismo, Joven Joven estaba en las pantallas.
Trabajamos en colaboración estrecha con la UJC, la Organización de Pioneros, la FEU, la FEEM y otros organismos. Esto nos ayuda extraordinariamente. La asesoría de compañeros que trabajan directamente con los jóvenes, que conocen sus problemas y necesidades, nos ha resultado de gran utilidad.
Carlos Otero, Alfredo Rodríguez, Rakelita Mayedo y Pedraza Ginori
en el ensayo del cuarto programa de Joven Joven.
Estudio 19 Focsa. Domingo 24 de abril de 1983
-- ¿Qué es lo que se proponen con el programa?
-- El lenguaje televisivo que queremos buscar es nuevo. No caer ni en lo ñoño ni en lo paternalista que ha caracterizado a otros programas. Vamos a luchar porque se establezca un clima de fiesta sana, ausente de chabacanería, que refleje todo el entusiasmo que es capaz de generar nuestra juventud revolucionaria.
-- Ginori, ¿estás satisfecho?
-- La televisión es de un poder de penetración tremendo, muy absorbente, muy atractiva. Un programa te lo ven dos o tres millones de personas. Si haces un programa que tenga éxito, te sientes útil porque sabes que llegas a millones de cubanos. Eso me da una euforia tremenda. Ahora me siento como me sentí cuando hacía el Guzmán 79, trabajando mucho, pero muy entusiasmado. Joven Joven es un baño en la fuente de la juventud.
CUANDO UN PROGRAMA NO DA MÁS LO SEGUIMOS MANTENIENDO
-- ¿Y qué hace falta para que un programa tenga éxito?
-- Que se te ocurra una buena idea, que trabajes muchísimo para que se convierta en realidad y que sepas sacarlo el aire.
Cuando un programa tiene éxito, lo mantienen demasiado tiempo en el aire, hasta que los televidentes se saturan.
-- ¿Crees que a los programas se les debe dar un descanso?
-- Ése es un defecto que tenemos en televisión. Cuando un programa no da más, lo seguimos manteniendo.
Tienen que tener vida limitada. Excepto un programa de variedades que, con pequeñas modificaciones cada seis meses, se puede prolongar.
-- ¿El éxito de un programa está condicionado al director?
-- El director tiene que tener realmente el mando en el programa. A veces no es así, a veces estás atado por esquemas burocráticos, te llenan de asesores y en la práctica no tienes la dirección efectiva del programa.
No conozco ningún programa que haya triunfado en el que el director no haya mandado de verdad.
El jefe que está por encima de ti tiene una opción: elegirte a ti. Ahí es donde acierta o se equivoca; pero una vez designado te tiene que dejar hacer.
Creo en el trabajo colectivo, en el que cada uno aporta en su especialidad, pero todos bajo una dirección. Donde todos meten la cuchareta y todos mandan, la cosa sale mal. Eso ha hecho fracasar a más de una buena idea.
En Joven Joven tenemos un colectivo de realización fuerte, unido, entusiasta, con unas ganas de trabajar como hacía tiempo que yo no veía en la televisión.
Cuando se tiene una buena idea, talento y el mando en la mano para decidir, el programa es un éxito.
-- ¿Cómo te iniciaste como director?
-- En el 61 empiezo dirigiendo programas de radio. Fue en Radio Progreso. Hasta que Alfonso Arau me capta para llevarme al grupo que él estaba formando y que dio origen al Teatro Musical de La Habana. En teatro estuve hasta el 65.
-- Ya en la televisión he hecho no sólo musicales. También teatros ICRT, novelas, comedias, programas humorísticos, ¡hasta noticieros!, la cocina, cualquier cosa… Menos la pelota, he hecho de todo en televisión.
-- A mí lo que más me gusta es la televisión, por un problema de carácter. En el teatro te pasas diez meses preparando una obra y en televisión se cambia cada semana. Es viva. Te exige dinamismo.
-- En televisión empecé de asistente de Manolo Rifat y Ernesto Casas. Rifat me ayudó mucho. Ernesto me enseñó la seriedad con que hay que enfrentarla.
-- ¿Y cómo pasaste a dirigir?
-- En aquellos años había tres grandes directores de programas musicales: Manolo Rifat, Joaquín M. Condall y Amaury Pérez. Y me dije: “yo me voy a meter aquí a pelear con ellos”. A lo largo de los años he tenido la satisfacción de compartir con ellos tres una comisión de evaluación de directores. Les tengo mucho respeto porque, cada uno con su estilo, fueron grandes directores de musicales.
Ahora me parece que hay que ir urgentemente a buscar nuevos directores para formar, porque no hay relevo.
-- Buscarlos, ¿dónde?
-- En la masa.
-- ¿Y cómo se forma un director?
-- Debieran formarse en las escuelas de arte, pero no está contemplado. Hacen falta cursos para directores de teatro, de televisión, de variedades…
-- En cuanto a los programas musicales, ¿qué opinas de la utilización de agrupaciones de música bailable en televisión?
-- Las orquestas se presentaban poco en televisión. Benny Moré iba un día. A pesar de que era el Benny se le llevaba de tiempo en tiempo. Y es que antes se trabajaba a base de producciones, de estampas.
Vino otra etapa, que correspondió con el surgimiento de los grupos, yo diría que desde los Beatles, en que ver tocar un instrumento se convirtió en un espectáculo. La gente no lo rechaza, lo pide, lo que hay es que dar lo que le gusta a la gente, que son los grupos que están alante, que innovan, que tienen éxito en la calle.
NO CREO QUE LAS LIMITACIONES DE RECURSOS SEAN DETERMINANTES
-- ¿Cómo afectan a los programas las actuales limitaciones de recursos?
-- Trabajamos con recursos mínimos. Pero yo no creo que las limitaciones económicas sean determinantes, ellas son un escudo para que mucha gente lo utilice.
-- Creo que Para Bailar, el Guzmán y Todo el Mundo Canta han demostrado que cuando hay una idea y la gente se pone a trabajar para eso, la cosa sale bien. Los recursos son importantes pero no determinan. Lo más importante es el talento. Talento es una palabra que nunca se menciona en las asambleas de producción que tenemos. El talento de los que realizan los programas: los camarógrafos, los técnicos, los artistas, los editores… De todos.
-- La televisión es muy cara y en el país se han priorizado otras inversiones para el desarrollo. Pero cuando tú tienes pocos recursos, tienes que tener más talento, sacar más ideas y trabajar más.
EL PÚBLICO PIDE MEJORES PROGRAMAS MUSICALES
-- A la televisión musical le hace falta un cambio violento, grande. El público pide mejores programas musicales. En realidad, ahora no hay ningún programa musical de gran impacto.
-- ¿Y Joven Joven?
-- Nosotros estamos trabajando para colarnos en ese vacío.
-- ¿A qué se debe esa ausencia de programas musicales de gran interés?
-- A la falta de agresividad y al acomodamiento.
-- ¿Quiénes son los responsables de ese acomodamiento?
-- Los que hemos tenido que hacer los programas.
-- ¿Qué los ha llevado a esa disposición pasiva?
-- Es por falta de crítica y autocrítica. Si tú sacas un programa al aire y no pasa nada… si el programa no sirve y nadie te llama la atención, el programa sigue saliendo cada semana, entonces, la gente que lo hace se acomoda. Ésa es la conclusión a que he llegado.
La crítica periodística también, que no existe o es superficial. Hace falta una crítica seria, que tenga en cuenta varios factores, las limitaciones materiales, la táctica que tú estás siguiendo en el programa…
-- ¿Y cuál es la táctica de Joven Joven?
-- Ahora estamos agresivos, buscando público pero sin hacer concesiones al mal gusto y la chabacanería.
SI SABES LO QUE VA A OCURRIR DEL PRINCIPIO HASTA EL FINAL, TE ABURRES
-- Ginori, tú tienes tu estilo en lo musical, como director. La diversidad de estilos es muy positiva, pues se puede alcanzar una variedad en la programación. Ahora, quisiéramos que nos hablaras del estilo de Pedraza Ginori.
-- Yo respeto los estilos de los demás compañeros, cuando me parecen válidos. Pero a mí me gusta trabajar lo emocional, sin caer en sensiblerías. Lo que produzca emoción en el público. Por sobre los grandes cuerpos de baile y los efectos ópticos, me parece que cuando está pasando algo humano frente a las cámaras es cuando el programa tiene más interés para el público. Y, por supuesto, en un programa tiene que haber sorpresa. Pero yo me voy por la sorpresa de tipo humano, es la mejor sorpresa.
Por eso, un programa que se llame Joven Joven tiene que ser muy dinámico. Deben ocurrir cosas inesperadas, sorprendentes. El día en que no seamos capaces de hacerlo así, habremos comenzado a perder la pelea. Si tú te sientas ante un televisor y sabes lo que va a ocurrir desde el principio hasta el final, te aburres.
NO ME GUSTA TRABAJAR CON LOS REGADOS
-- ¿Qué es lo más difícil para un director de musicales?
-- El difícil equilibrio que se debe tener entre los dos personajes que hay dentro de uno: el director y el amigo del artista. En el transcurso de las relaciones amables con el artista, uno se hace su amigo. Pero hay un momento en la carrera del artista en que ya no interesa tanto. Y entonces ya no lo utilizas tanto como antes, le programas menos veces. Algunos artistas no lo entienden y las relaciones personales se enfrían. Esa es una de las cosas amargas de ser director de televisión.
-- ¿Cuáles son los artistas con los que más te gusta trabajar?
-- Son muchos. Te digo algunos: Consuelito Vidal, Bobby Salamanca, Amaury Pérez Vidal, María de Jesús y la Orquesta Cubana de Música Moderna. Y Los Van Van. La principal virtud que le encuentro a un artista es la seriedad con que enfrente su trabajo. Luis Carbonell, María Remolá, Rebeca Martínez y Miguel Ángel Masjuán tienen un respeto tremendo por su trabajo.
No me gusta trabajar con los regados, con los que llegan tarde, con los que enfrentan su trabajo superficialmente.
-- Cuando veas un mal programa de televisión, se debe en gran medida a que el director no es un buen jefe. Uno es de acuerdo al jefe que tenga. El rendimiento de uno está muy ligado a cómo lo dirijan. Y esto es así en todo, no sólo en la televisión.
-- ¿Tú has tenido buenos jefes?
-- Los he tenido buenos, regulares y malos.
Escucho a los animadores del programa exclamar “¡Se soltó Joven Joven!” y pienso en todo lo dicho por Pedraza Ginori la tarde de esta conversación entrevista.
-- Mira, Joven Joven ha de ser quien lo quiera ser.
-- Que se te ocurra una buena idea, que trabajes muchísimo para que se convierta en realidad y que sepas sacarlo el aire.
Cuando un programa tiene éxito, lo mantienen demasiado tiempo en el aire, hasta que los televidentes se saturan.
-- ¿Crees que a los programas se les debe dar un descanso?
-- Ése es un defecto que tenemos en televisión. Cuando un programa no da más, lo seguimos manteniendo.
Tienen que tener vida limitada. Excepto un programa de variedades que, con pequeñas modificaciones cada seis meses, se puede prolongar.
-- ¿El éxito de un programa está condicionado al director?
-- El director tiene que tener realmente el mando en el programa. A veces no es así, a veces estás atado por esquemas burocráticos, te llenan de asesores y en la práctica no tienes la dirección efectiva del programa.
No conozco ningún programa que haya triunfado en el que el director no haya mandado de verdad.
El jefe que está por encima de ti tiene una opción: elegirte a ti. Ahí es donde acierta o se equivoca; pero una vez designado te tiene que dejar hacer.
Creo en el trabajo colectivo, en el que cada uno aporta en su especialidad, pero todos bajo una dirección. Donde todos meten la cuchareta y todos mandan, la cosa sale mal. Eso ha hecho fracasar a más de una buena idea.
En Joven Joven tenemos un colectivo de realización fuerte, unido, entusiasta, con unas ganas de trabajar como hacía tiempo que yo no veía en la televisión.
Cuando se tiene una buena idea, talento y el mando en la mano para decidir, el programa es un éxito.
-- ¿Cómo te iniciaste como director?
-- En el 61 empiezo dirigiendo programas de radio. Fue en Radio Progreso. Hasta que Alfonso Arau me capta para llevarme al grupo que él estaba formando y que dio origen al Teatro Musical de La Habana. En teatro estuve hasta el 65.
-- Ya en la televisión he hecho no sólo musicales. También teatros ICRT, novelas, comedias, programas humorísticos, ¡hasta noticieros!, la cocina, cualquier cosa… Menos la pelota, he hecho de todo en televisión.
-- A mí lo que más me gusta es la televisión, por un problema de carácter. En el teatro te pasas diez meses preparando una obra y en televisión se cambia cada semana. Es viva. Te exige dinamismo.
-- En televisión empecé de asistente de Manolo Rifat y Ernesto Casas. Rifat me ayudó mucho. Ernesto me enseñó la seriedad con que hay que enfrentarla.
-- En aquellos años había tres grandes directores de programas musicales: Manolo Rifat, Joaquín M. Condall y Amaury Pérez. Y me dije: “yo me voy a meter aquí a pelear con ellos”. A lo largo de los años he tenido la satisfacción de compartir con ellos tres una comisión de evaluación de directores. Les tengo mucho respeto porque, cada uno con su estilo, fueron grandes directores de musicales.
Ahora me parece que hay que ir urgentemente a buscar nuevos directores para formar, porque no hay relevo.
-- Buscarlos, ¿dónde?
-- En la masa.
-- ¿Y cómo se forma un director?
-- Debieran formarse en las escuelas de arte, pero no está contemplado. Hacen falta cursos para directores de teatro, de televisión, de variedades…
-- En cuanto a los programas musicales, ¿qué opinas de la utilización de agrupaciones de música bailable en televisión?
-- Las orquestas se presentaban poco en televisión. Benny Moré iba un día. A pesar de que era el Benny se le llevaba de tiempo en tiempo. Y es que antes se trabajaba a base de producciones, de estampas.
Vino otra etapa, que correspondió con el surgimiento de los grupos, yo diría que desde los Beatles, en que ver tocar un instrumento se convirtió en un espectáculo. La gente no lo rechaza, lo pide, lo que hay es que dar lo que le gusta a la gente, que son los grupos que están alante, que innovan, que tienen éxito en la calle.
NO CREO QUE LAS LIMITACIONES DE RECURSOS SEAN DETERMINANTES
-- ¿Cómo afectan a los programas las actuales limitaciones de recursos?
-- Trabajamos con recursos mínimos. Pero yo no creo que las limitaciones económicas sean determinantes, ellas son un escudo para que mucha gente lo utilice.
-- Creo que Para Bailar, el Guzmán y Todo el Mundo Canta han demostrado que cuando hay una idea y la gente se pone a trabajar para eso, la cosa sale bien. Los recursos son importantes pero no determinan. Lo más importante es el talento. Talento es una palabra que nunca se menciona en las asambleas de producción que tenemos. El talento de los que realizan los programas: los camarógrafos, los técnicos, los artistas, los editores… De todos.
-- La televisión es muy cara y en el país se han priorizado otras inversiones para el desarrollo. Pero cuando tú tienes pocos recursos, tienes que tener más talento, sacar más ideas y trabajar más.
EL PÚBLICO PIDE MEJORES PROGRAMAS MUSICALES
-- A la televisión musical le hace falta un cambio violento, grande. El público pide mejores programas musicales. En realidad, ahora no hay ningún programa musical de gran impacto.
-- ¿Y Joven Joven?
-- Nosotros estamos trabajando para colarnos en ese vacío.
-- ¿A qué se debe esa ausencia de programas musicales de gran interés?
-- A la falta de agresividad y al acomodamiento.
-- ¿Quiénes son los responsables de ese acomodamiento?
-- Los que hemos tenido que hacer los programas.
-- ¿Qué los ha llevado a esa disposición pasiva?
-- Es por falta de crítica y autocrítica. Si tú sacas un programa al aire y no pasa nada… si el programa no sirve y nadie te llama la atención, el programa sigue saliendo cada semana, entonces, la gente que lo hace se acomoda. Ésa es la conclusión a que he llegado.
La crítica periodística también, que no existe o es superficial. Hace falta una crítica seria, que tenga en cuenta varios factores, las limitaciones materiales, la táctica que tú estás siguiendo en el programa…
-- ¿Y cuál es la táctica de Joven Joven?
-- Ahora estamos agresivos, buscando público pero sin hacer concesiones al mal gusto y la chabacanería.
SI SABES LO QUE VA A OCURRIR DEL PRINCIPIO HASTA EL FINAL, TE ABURRES
-- Ginori, tú tienes tu estilo en lo musical, como director. La diversidad de estilos es muy positiva, pues se puede alcanzar una variedad en la programación. Ahora, quisiéramos que nos hablaras del estilo de Pedraza Ginori.
-- Yo respeto los estilos de los demás compañeros, cuando me parecen válidos. Pero a mí me gusta trabajar lo emocional, sin caer en sensiblerías. Lo que produzca emoción en el público. Por sobre los grandes cuerpos de baile y los efectos ópticos, me parece que cuando está pasando algo humano frente a las cámaras es cuando el programa tiene más interés para el público. Y, por supuesto, en un programa tiene que haber sorpresa. Pero yo me voy por la sorpresa de tipo humano, es la mejor sorpresa.
Por eso, un programa que se llame Joven Joven tiene que ser muy dinámico. Deben ocurrir cosas inesperadas, sorprendentes. El día en que no seamos capaces de hacerlo así, habremos comenzado a perder la pelea. Si tú te sientas ante un televisor y sabes lo que va a ocurrir desde el principio hasta el final, te aburres.
NO ME GUSTA TRABAJAR CON LOS REGADOS
-- ¿Qué es lo más difícil para un director de musicales?
-- El difícil equilibrio que se debe tener entre los dos personajes que hay dentro de uno: el director y el amigo del artista. En el transcurso de las relaciones amables con el artista, uno se hace su amigo. Pero hay un momento en la carrera del artista en que ya no interesa tanto. Y entonces ya no lo utilizas tanto como antes, le programas menos veces. Algunos artistas no lo entienden y las relaciones personales se enfrían. Esa es una de las cosas amargas de ser director de televisión.
Consuelito Vidal y Pedraza Ginori en abril de 1991
-- ¿Cuáles son los artistas con los que más te gusta trabajar?
-- Son muchos. Te digo algunos: Consuelito Vidal, Bobby Salamanca, Amaury Pérez Vidal, María de Jesús y la Orquesta Cubana de Música Moderna. Y Los Van Van. La principal virtud que le encuentro a un artista es la seriedad con que enfrente su trabajo. Luis Carbonell, María Remolá, Rebeca Martínez y Miguel Ángel Masjuán tienen un respeto tremendo por su trabajo.
No me gusta trabajar con los regados, con los que llegan tarde, con los que enfrentan su trabajo superficialmente.
-- Cuando veas un mal programa de televisión, se debe en gran medida a que el director no es un buen jefe. Uno es de acuerdo al jefe que tenga. El rendimiento de uno está muy ligado a cómo lo dirijan. Y esto es así en todo, no sólo en la televisión.
-- ¿Tú has tenido buenos jefes?
-- Los he tenido buenos, regulares y malos.
Escucho a los animadores del programa exclamar “¡Se soltó Joven Joven!” y pienso en todo lo dicho por Pedraza Ginori la tarde de esta conversación entrevista.
-- Mira, Joven Joven ha de ser quien lo quiera ser.
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LES INVITO A LEER LAS SIGUIENTES PIEZAS DE MI BLOG.
ÉSTOS SON SUS ENLACES:
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La empresa norteamericana Create Space / Amazon ha publicado,
en formato papel, mis dos libros "Pedraza Ginori Memorias Cubanas".
Sus páginas son un compendio de mis experiencias y mis circunstancias, vividas en el mundo de la televisión, los espectáculos, la creación musical,
la radio, la publicidad y la prensa.
Los dos volúmenes recogen, en clave autobiográfica, sucesos, “batallitas”, semblanzas, anécdotas y reflexiones personales.
El Libro 1, “Eugenito quiere televisión”, tiene 342 páginas.
El Libro 2, "Quietecito no va conmigo", 362 páginas.
Ambos están a la venta en las webs
www.createspace.com www.amazon.com www.amazon.es
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La empresa norteamericana Create Space / Amazon ha publicado,
en formato papel, mis dos libros "Pedraza Ginori Memorias Cubanas".
Sus páginas son un compendio de mis experiencias y mis circunstancias, vividas en el mundo de la televisión, los espectáculos, la creación musical,
la radio, la publicidad y la prensa.
Los dos volúmenes recogen, en clave autobiográfica, sucesos, “batallitas”, semblanzas, anécdotas y reflexiones personales.
El Libro 1, “Eugenito quiere televisión”, tiene 342 páginas.
El Libro 2, "Quietecito no va conmigo", 362 páginas.
Ambos están a la venta en las webs
www.createspace.com www.amazon.com www.amazon.es
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sin palabras cuantos bellos recuerdos
ResponderEliminarginori admito q JJ tuvo su momento pero como tu decias, comprendi q muchas manos en un plato forman mucho arrebato, creo q nada supero a Buenas Tardes con mirtha, raul, Leonor, ma elena pena, alli hubo un despliegue de talentos importante.(parte del teatro musical de la Habana_).......pero no olvides q igual q le sucedio a meme con los meme y a Rosita, Martha strada y a muchos mas no podrian surgir estrellas y mucho menos clubes de fanaticos, el pais tenia una sola estrella q podia brillar, ese fue el talon de aquiles de el arte en cuba, saludos y gracias
ResponderEliminarJJ, por siempre en nuestros recuerdos. Por ti Yin que eras el alma de aquel programa y por todos los que trabajamos allì , a muchos, cambiò por siempre nuestras vidas. Un abrazo! Ines
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