Nací el 4 de octubre de 1938, lo que quiere
decir que ya he cumplido 81 años y medio. Como estoy en la franja de edad más
vulnerable, cuando el coronavirus dijo “abre que voy” y dejó de ser una
neumonía remota que mataba a chinos y coreanos para aterrizar en España, donde
vivo, seguí las instrucciones que se le dieron a la población y me acuartelé en
mi piso.
Hoy, domingo 12 de abril, llevo exactamente
28 días confinado, trancado, encerrado a cal y canto, quieto en base. En ese
tiempo, he salido a la calle únicamente en tres ocasiones, por necesidad
imperiosa y durante períodos cortos, de unos minutos. Solo en casa como
Macaulay Culkin, me he convertido en una especie de Anna Frank, parezco un
guayabito escondido en su agujero mirando por un huequito y con miedo a la
ratonera con queso que le espera afuera. Soy un hombre viejo y acojonado,
jugándole cabeza a una enfermedad que, con 108,862 muertes comprobadas y no se
sabe cuántos miles más por confirmar, ha demostrado ser algo que hay que
tomarse muy en serio.
Afortunadamente, a diferencia de cuando la peste negra del siglo XIV o la influenza de 1918-20 que se llevaron por delante a media humanidad, ahora la tecnología me ayuda a pasar la cuarentena entretenido. Tengo la lectura, la radio, la tele, la posibilidad de ver series y películas en mi hogar y ese invento de los inventos que se llama Internet.
Afortunadamente, a diferencia de cuando la peste negra del siglo XIV o la influenza de 1918-20 que se llevaron por delante a media humanidad, ahora la tecnología me ayuda a pasar la cuarentena entretenido. Tengo la lectura, la radio, la tele, la posibilidad de ver series y películas en mi hogar y ese invento de los inventos que se llama Internet.
Ah, se me olvidaba el aporte de la secta que gobierna en Cuba: una incalificable teoría voluntarista que machaca con insistencia a la población de la isla inundando los medios de comunicación con banderitas, ataques al imperialismo, referencias al bloqueo, citas martianas a conveniencia, discursos maniqueos y musiquita heroica para introducir la ideología en el asunto y plantear que solo en el socialismo se puede vencer a la enfermedad. Lo que, si se analiza bien, es un punto de vista muy pesimista. Significa que el Covid-19 es hoy por hoy invencible, ya que en el planeta, que se sepa, no existe ningún país socialista. Y menos Cuba, una finca castrista concebida para el beneficio de unos pocos privilegiados en la que el socialismo ni estuvo, ni está, ni se le espera.
Potenciado por el hecho de que hoy en día
cualquiera puede ser un emisor de mensajes, se ha desatado un tsunami de
chismes y tonterías como nunca se había visto antes en la historia. En la punta
superior de ese iceberg de absurdos y superchería, está la costumbre ancestral
del hombre de enfrentar sus problemas a través de la fe, de la creencia en que
se los va a resolver un ente superior y todopoderoso o alguna corriente de
pensamiento.
Entiendo que esa actitud provoque cierta
dosis de serenidad, que las prácticas religiosas pueden tranquilizar, que la
esperanza es un bien valioso al que aferrarse en momentos de crisis, pero, con
todo respeto, ¿la cruda realidad de hoy, con una epidemia imparable matando a
miles cada día, no está demostrando que lo espiritual no es el camino?
Ahora mismo, cientos de científicos trabajan
a toda velocidad en hospitales y laboratorios de muchos países, en busca de una
vacuna y/o un medicamento que ponga fin a la pesadilla que se vive. Hay que ver el gran trabajo que le cuesta a la gente aplicar la lógica y el raciocinio y entender que
la solución solo vendrá por vía de la ciencia, que es en ella en lo que hay que
creer, en ella donde debe estar depositada la esperanza.
¿Es que mañana o pasado, cuando la unión
de la inteligencia humana y el saber acumulado durante siglos derroten por fin
al coronavirus, se le agradecerá el logro a Dios? ¿Es que no habremos
aprovechado esta terrible situación de hoy para extraer de ella una experiencia
positiva que nos redefina como especie y nos aleje, por fin, del pensamiento de
la época de las cavernas?
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