Sí, ya sé que sería una acción que pudiera
ser tildada de falsa, oportunista y demagógica.
Pero qué lindo y solidario sería que los que
mandan en Cuba, desde el nivel más alto del Partido y el Gobierno hasta los
dirigentes municipales, decidieran, mientras dure el aislamiento por el
coronavirus, renunciar a sus privilegios, rechazar sus cuotas especiales de
alimentos y sus carros oficiales, ceder sus residencias a los que más las
necesiten y pasar con sus familiares la cuarentena
aislados en los edificios, cuarterías y chozas en mal estado en que malvive ese
pueblo con el que afirman estar identificados.
Por ejemplo, aquí
O aquí
O aquí
Y que salieran a la calle
solamente en caso de extrema necesidad, a comprar pollos y víveres
haciendo una larga cola en la bodega. Eso sí, cumpliendo la orientación de guardar la
distancia de metro y medio entre persona y persona.
Disculpen si los aburro con fantasías irrealizables, pero son pajas mentales que se hace uno cuando está encerrado y no tiene otra cosa mejor en qué matar el tiempo.
Disculpen si los aburro con fantasías irrealizables, pero son pajas mentales que se hace uno cuando está encerrado y no tiene otra cosa mejor en qué matar el tiempo.
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