En 1968, el Departamento de Dramatizados de Televisión Cubana se dividía –al menos- en dos áreas (1): a una correspondían los espacios "serios" como las novelas, los cuentos y los obras teatrales. Su responsable era el actor Juan Carlos Romero. A la otra, estaban asignados los de humor y su jefa era Ana Lasalle.
Entre los programas que esta última redacción manejaba estaba “Tele-Revista”, del que me entregaron la dirección a mediados de aquel año. De esa manera comencé a trabajar con Ana.
ANA, LA FAMOSA
Actriz, directora y activista revolucionaria, ella afirmaba haber nacido en Francia y desarrollado una exitosa carrera artística en España y Argentina antes de arribar en 1957 a Cuba, país en que se afincó definitivamente hasta su fallecimiento en 1989.
Cuando llegué al Instituto Cubano de Radiodifusión (ICR), Ana ya era famosa. Despertaba admiración en el público por sus personajes en programas dramáticos y humorísticos -en especial la Tecla que interpretó durante años en “Casos y cosas de casa”-.
José Antonio Rivero, Ana Lasalle y Coqui García en "Casos y cosas de casa"
Dentro de la TV Cubana, era una figura muy controvertida, admitida por algunos, masticada pero no tragada por otros y mal valorada por no poca gente. Ya veremos por qué.
EL PROGRAMA TELE-REVISTA
Cuando comencé a dirigirlo, ya llevaba un tiempo transmitiéndose cada semana por el Canal 6, los viernes de 20:30 a 21:00 horas. El estudio era el 10 de Radiocentro, a cuyo lunetario se permitía la entrada de público. Transcurrieron ocho meses y medio desde el primer día en que lo saqué al aire (5 de julio de 1968) hasta el último (21 de marzo del 69).
Su formato era simple: un chiste interpretado por actores y a continuación un número musical. “Tele-Revista” contaba con dos agrupaciones que se alternaban cada quince días. Al hacerme cargo del programa, éstas eran el grupo de rock-pop Los Barba, en el que cantaban Miguelito Velazco y Beatriz Márquez y el Combo de Senén Suárez, con sus cantantes Bobby Leonard y Laíto Sureda. Poco después de mi entrada, a partir del 13 de septiembre, la Orquesta Revé entró en la rotación sustituyendo a Los Barba. (2)
Destacar que el bajista de Revé era un compositor desconocido para el gran público que se llamaba Juan Formell y estaba revolucionando el repertorio de la orquesta –y de paso toda la música bailable cubana- con sus obras y novedosos arreglos.
Elio Revé tocando la paila y Juan Formell la guitarra bajo
en la Orquesta Revé de 1968
La parte humorística de “Tele-Revista” estaba en el piso cuando lo heredé. Creí que la culpa era de los sketchs que se presentaban, realmente infumables. Pensé que el guionista no tenía sentido del humor.
Pronto descubrí que el pobre hombre poco podía hacer. Como conocía los límites estrechos en que debía trabajar, colocaba solamente chistes de los llamados blancos a los que aplicaba la autocensura. Aún así, tenía a Ana Lasalle pegada a su cogote, escudriñándole los libretos y eliminando de ellos todo lo que no fuese considerado por ella como correcto. Nada de humorismo político. Nada de críticas a lo que funcionaba mal en Cuba. De burocracia, croquetas pegadas en el cielo de la boca o deficiencias en el transporte, nada. Ni pensarlo.
Un par de ejemplos reales de la tijera funcionando a tope:
Close up del rostro de un borracho que dice "te quiero, amor mío, no sabes cúanto te quiero". La cámara va abriendo el plano hasta mostrar que el hombre está abrazado a un poste, al que besuquea. La explicación para suprimirlo fue que un curda gracioso podía causar empatía en el público y promover el consumo de alcohol.
Otro caso:
-- Ana, ¿por qué quitaste el chiste del cura?
-- Porque no quiero que los obispos crean que la revolución se está burlando de ellos.
En el papel, el material aprobado carecía de toda posibilidad de divertir. A esto súmenle que la Lasalle había determinado que se utilizara en el programa a actores de segunda y hasta tercera fila. La mayoría de ellos no contaban con el don de la gracia ni tenían nada que ver con el mundo de la comedia y el resultado era de un patetismo absoluto. El supuesto chiste se terminaba, el público que asistía al estudio no se reía y me imagino que los televidentes tampoco.
Por respeto a mí mismo, tuve que emplearme a fondo a ver si lograba mejorar aquello. Me acordé del éxito que habían alcanzado años atrás, durante el capitalismo, los cortos cómicos de "Cine-Revista" (3) y me fui al ICAIC, logré que me alquilaran algunos y los copié. Inútil intento porque en el socialismo, según Ana, eran intelevisables.
Me puse a hurgar en viejas revistas a ver si encontraba algunos chistes blancos, buenos y admisibles. Opté por reducir el tiempo dedicado a los fragmentos "humorísticos". Aumenté los números musicales. Por ello, me busqué unos cuantos disgustos con el guionista (que veía peligrar su puesto de trabajo), con el elenco (cada vez más pequeño) y, cómo no, con Ana (que no veía con simpatía que en uno de sus programas, la música primara sobre el humor).
Para mí fue una experiencia negativa, frustrante, trabajar en "Tele-Revista". Y debo aclarar que cuando lo dejé, su parte cómica continuaba donde la encontré: en el piso.
TEATRO ICR
Las obras que se transmitían en este espacio eran, por lo general, grandes piezas de la dramaturgia universal. Salía todos los lunes por el Canal 6 desde las 9:45 de la noche y su duración andaba por la hora y pico. Creado a iniciativa de Marcos Behemaras, cumplió una importantísima función, la de ofrecer a las grandes masas la posibilidad de conocer y disfrutar del teatro sin moverse de casa.
En “Teatro ICR”, la actividad comenzaba semanas antes de ir al aire, con el diseño y confección del vestuario y la escenografía. Al mismo tiempo, se iba montando la obra con los actores. Estos primeros ensayos se hacían por las noches, en las instalaciones de la antigua CMQ (que habían renombrado como Radio Liberación) y culminaban el viernes anterior a la transmisión.
Por su gran valor cultural, se le otorgaron ciertos privilegios. Por ejemplo, éste fue el primer programa que ocupó en exclusiva durante tres días seguidos, el estudio 19, el mayor de TV Cubana.
El sábado por la tarde se ensayaba “en seco” con el elenco, que ajustaba sus movimientos a la escenografía ya instalada. Estaba presente el grupo operativo (camarógrafos, luces, audio, musicalizador, coordinador, auxiliares), observando y tomando notas. El domingo, ya iluminados los sets, se empleaba la mañana y la tarde en ensayos con cámaras y micrófonos. El lunes por la tarde se hacía una prueba general y por la noche, todos al aire.
Para los actores era un esfuerzo descomunal ya que no se usaba el pinganillo ni el tele-prompter, que les hubieran ayudado con los diálogos. Así que tenían que aprenderse de memoria una obra completa que salía en directo y de arriba a abajo, sin interrupciones de ningún tipo. (4)
Hice varios “Teatro ICR” entre 1967 y 1969. Recuerdo con especial satisfacción la puesta en televisión de la obra del dramaturgo italiano Ugo Betti “Corrupción en el Palacio de Justicia”, con un reparto impresionante encabezado por Enrique Santiesteban, Ängel Toraño y Ricardo Dantés. Nadie, ni artista ni técnico, se equivocó en los 132 minutos que duró la transmisión. Aquello parecía una película. En la última media hora, todos sentíamos lo mismo que un pitcher que va por el séptimo inning sin permitir que le pisen la primera. Cuando al fin se acabó y la tensión aflojó, nos felicitamos unos a otros, contentos de haber logrado un no hit no run.
ANA, LA CODIRECTORA
A menudo, Ana Lasalle y yo fuimos codirectores en programas dramáticos. Llegamos a hacer juntos “Doña Perfecta”, de Benito Pérez Galdos, que ella protagonizó y que ocupó durante varias semanas el espacio de “Grandes Novelas”.
Nos repartíamos el trabajo: ella seleccionaba el elenco y decidía los movimientos de los personajes, la escenografía, el vestuario y la utilería; yo me encargaba de la puesta en televisión, es decir, de cómo se reflejaba en la pantalla lo que Ana había dispuesto.
Una de sus características dirigiendo era que, durante los ensayos, apenas anotaba los desplazamientos de los actores y los ajustes que se iban haciendo a los libretos. Los confiaba a su memoria. Yo, por el contrario, lo apuntaba todo ya que necesitaba saber al detalle qué pasaría exactamente y en qué momento. De otra manera, estaría perdido a la hora de decirle qué debía hacer al personal de luces, audio y cámaras.
Al principio de nuestra colaboración artística, con cierta frecuencia ocurrían situaciones como la siguiente.
En el montaje inicial, ella le ordenaba a un actor:
-- Cuando termines de hablar, te pones de pie, caminas despacio y te asomas a la ventana.
Unos días después, cuando el hombre hacía lo marcado, lo detenía.
-- No, no, no, debes quedarte sentado.
-- Es que la otra noche usted me dijo que fuera hasta allí y me asomara.
-- ¿Yo? ¿Yo te dije eso?
Ahí saltaba yo, guión en mano:
-- Sí, Ana, aquí tengo una anotación… El martes pasado tú le mandaste que hiciera ese movimiento. Ya yo he previsto que, cuando llegue a la ventana, lo reciba una cámara que he puesto allí.
En ese momento, para no dar su brazo a torcer, ella explicaba el cambio con cualquier argumento seudoartístico, generalmente traído por los pelos. Con lo que yo debía modificar mis apuntes y lo que es peor, mi plan de desplazamientos de cámaras y de edición de imágenes. Al final del proceso, mis papeles rebosaban de tachaduras y yo llegaba inseguro a los ensayos finales en el estudio de televisión, sin saber por fin si el personaje se mantendría sentado o caminaría.
Esta manera de trabajar trajo como consecuencia algunas ligeras desavenencias entre nosotros. Tanto fue el cántaro a la fuente que, para evitar tiquitiquis delante del personal, establecimos un sistema consensuado que consistía en que lo que ella montaba se fijaba como definitivo en mi libreto, que ya no se podía variar excepto por una causa mayor muy justificada.
Desde entonces, para mortificarla sabiéndola anticlerical, renombré “la biblia” a mi guión.
-- No, eso no es así. "La biblia" dice que Paulín mira al frente -señalaba yo-.
-- Bueno, está bien -aceptaba ella-. Tú eres el único que me hace obedecer a la biblia.
ANA, LA SARGENTO
Como personas, nada teníamos en común. A pesar de ello, llegamos a encontrar una manera civilizada de trabajar juntos. Me trataba con educación. Y yo se la devolvía.
Hacia el exterior, le interesaba proyectar una imagen de mujer severa con ramalazos ásperos, a quien no le gustaban las bromas. Más no siempre se comportaba así. Hablando conmigo a solas, a veces bajaba la guardia, aparcaba su personaje de sargento malacara y se relajaba conversando, contándome historias de su vida en otros países.
Yo aprovechaba esos momentos “humanos” para vacilarla un poco. Le buscaba la lengua interrogándola sobre su pasado artístico y supuestamente comunista en España y Argentina. Con frecuencia me dio respuestas que evidenciaban mentiras y contradicciones al compararlas con otras que me había dado anteriormente a las mismas preguntas.
ANA, LA MILICIANA DE 7x24
He meditado mucho sobre si debía o no escribir esta semblanza sobre Ana. Dudaba si era correcto decir lo que voy a decir de alguien que ha fallecido, que no puede replicarme. Lo que me decidió a hacerlo es que ella está en este escrito, no como persona con defectos -que todos tenemos y a montones- sino como paradigma de una actitud que hizo mucho daño.
La Lasalle se caracterizó por sus posiciones extremistas en defensa de lo que creyó bueno para la revolución. Era una fundamentalista a tiempo completo, siempre alerta para salirle al paso a cualquier manifestación o conducta que ella considerase lesiva al proceso socialista que nos estaba conduciendo a los cubanos hasta una supuesta felicidad total.
En mi memoria y probablemente en la de muchos en el ICRT, su imagen no es la de una artista sensible, como podría suponerse por su condición de actriz y directora, sino la de una mujer medio cabreada, vestida de miliciana, alertando en las asambleas sobre los peligros de la gusanera que nos rodeaba, alardeando de sus tareas como militante del partido, responsable de los Comités de Defensa, jefa de milicias, censora y fiel combatiente en la lucha sin cuartel contra todas las desviaciones, los pelos largos, los pantalones pitusa ceñidos, la música extraña y otras letales armas del imperialismo.
LOS TIEMPOS OSCUROS
Aunque el sol brillaba todos los días, eran tiempos oscuros. Vivían su apogeo las agresivas campañas oficiales contra el llamado diversionismo ideológico, entendiendo por tal cualquier cosa que no se moviera dentro de la ortodoxia pura y dura establecida desde las alturas.
El tiempo y los acontecimientos han demostrado que estas políticas intolerantes, basadas en el estalinismo y en la cerrazón de miras, sólo sirvieron para fracturar aún más de lo que estaba a la sociedad cubana, para perjudicar seriamente a la revolución metiéndola en un callejón sin salida del que ya no pudo salir y para que en Cuba se convirtiera en maldita, ahora y por los años de los años, la palabra socialismo.
En lo único que tuvieron éxito los autores intelectuales de las persecuciones y sus fieles ejecutores a nivel de calle, como Ana, fue en mantener en el poder a una élite de privilegiados que se aprovecharon de los sueños, la confianza y la energía de todo un pueblo, se cagaron en la sangre derramada y disfutaron su vaciladera, ajenos por completo a los intereses y sufrimientos de la gente de a pie.
En los 50, la tiranía de Batista había alentado la práctica de la tortura y propició la aparición de verdugos como los de la Quinta Estación que, en otras circunstancias, hubieran sido decentes sastres o vendedores de fritas. En los 60 y 70, las ofensivas revolucionarias dieron alas y soporte a personajes como Ana, que en Argentina quizás había sido sólo una actriz preocupada por interpretar lo mejor posible a García Lorca pero que en La Habana encontró el ambiente propicio para sacar a pasear al furibundo talibán que llevaba dentro.
DEFENDER LA REVOLUCIÓN CORTANDO PELOS Y BARBAS
Un amigo, de quien no tengo por qué dudar, afirma que vio una noche a la Lasalle, tijera en mano en plena calle del Vedado, cortándole la melena, a su juicio exageradamente larga, a un joven retenido a la fuerza por algunos fanáticos como ella. Y yo me lo creo. De Ana se podían esperar cosas como ésa.
O como ésta, de la que doy fe:
En una reunión a la que asistí en su oficina, recién llegado a Tele-Revista, ella le ordenó a Pepe Luis Pérez, director de Los Barba, que cambiara el nombre de su grupo ya que él y sus músicos no tenían historial revolucionario alguno para llevar ese 'glorioso' apelativo. (3)
-- Aqui los únicos barbas son Fidel y Camilo -le soltó, rotunda.
Cuando salimos, el bueno de Pepe Luis estaba acojonado y yo traté de tranquilizarlo:
-- No le hagas caso. Esta mujer está loca.
_____________________________________
N O T A S
(1) Es posible que en Dramatizados existiera también un área dedicada en exclusiva a las series de “Aventuras”, que salían de lunes a viernes y tenían una alta complejidad en su producción y realización. Pero no lo puedo afirmar.
(2) Aunque yo programaba a los demás artistas, las orquestas fijas las determinaba la Redacción Humorística gestionada por Ana Lasalle. Como podrán ver en la documentación que aparece debajo, el 16 de agosto del 68 fue el último “Tele-Revista” en que participó el grupo Los Barba. Hasta ese día actuaba cada quince días, alternando con el Combo de Senén Súarez.
¿Por qué Los Barba fueron sustituidos en la rotación por la Orquesta Revé?
¿Este reemplazo obedeció a que Pepe Luis Pérez rechazó cambiarle el nombre a su grupo, como planteó Ana?
(3) “Cine-Revista” fue un magazine cinematográfico en colores, hecho en Cuba, que había pegado mucho en los años prerrevolucionarios en los teatros de la isla, donde se exhibía acompañando a las películas.
Su contenido incluía documentales cortos, anuncios y chistes escenificados por buenos actores, todo muy bien realizado por un grupo de gente talentosa, entre ellos Tomás Gutiérrez Alea, Onelio Jorge Cardoso, Jorge Herrera, Pablito Martínez, Iván Nápoles, Holbein López y José López “Lopito”. El productor era el mexicano Manuel Barbachano Ponce.
(4) Años atrás, en los novelas diarias que producía Escuela de Televisión usaron el teleprompter, aparato que mostraba en su pantalla el texto para que los actores lo leyeran. Una anécdota, de dudosa veracidad pero muy simpática, cuenta que durante una escena muy romántica en que Otto Sirgo se besaba con una actriz, éste le susurró a su compañera, con suficiente volumen como para que lo recogiera un micrófono:
--Muévete un poco a tu derecha, que no me dejas ver el teleprompter.
Los equipos de Pumarejo fueron confiscados. Así que, el artilugio debía estar llenándose de polvo en algún almacén del ICR. ¿Por qué no se usaba? Una vez hice esta pregunta y me contestaron que se había averiado.
-- ¿Y no se puede reparar o comprar uno nuevo?
-- No es posible, por culpa del bloqueo.
Respuesta faciloide. Seguramente se hubiera podido obtener alguno si se lo pedíamos a las televisoras amigas de Europa del Este, donde no existía embargo contra Cuba.
-- ¿Y no habrá otra forma? Quizás con un auricular oculto en el pelo, por donde un apuntador pudiera soplarle la letra a los intérpretes...
-- No, eso es muy complejo.
Resulta increible que en decenas de años no se resolviera este problema. Pero es que la indiferencia y la insensibilidad de nuestros diigentes eran el pan nuestro de cada día. Todo resultaba tan surrealista que si me hubieran contestado que aprenderse montones de páginas de diálogos era la parte de sacrificio que le tocaba a los actores en la construcción del socialismo, yo no me hubiera sorprendido de esa absurda argumentación.
Entre los programas que esta última redacción manejaba estaba “Tele-Revista”, del que me entregaron la dirección a mediados de aquel año. De esa manera comencé a trabajar con Ana.
ANA, LA FAMOSA
Actriz, directora y activista revolucionaria, ella afirmaba haber nacido en Francia y desarrollado una exitosa carrera artística en España y Argentina antes de arribar en 1957 a Cuba, país en que se afincó definitivamente hasta su fallecimiento en 1989.
Así lucía Ana poco después de haber recalado
en La Habana procedente de Argentina
(Foto publicada en Bohemia, 21 abril de 1957)
Cuando llegué al Instituto Cubano de Radiodifusión (ICR), Ana ya era famosa. Despertaba admiración en el público por sus personajes en programas dramáticos y humorísticos -en especial la Tecla que interpretó durante años en “Casos y cosas de casa”-.
José Antonio Rivero, Ana Lasalle y Coqui García en "Casos y cosas de casa"
Dentro de la TV Cubana, era una figura muy controvertida, admitida por algunos, masticada pero no tragada por otros y mal valorada por no poca gente. Ya veremos por qué.
EL PROGRAMA TELE-REVISTA
Cuando comencé a dirigirlo, ya llevaba un tiempo transmitiéndose cada semana por el Canal 6, los viernes de 20:30 a 21:00 horas. El estudio era el 10 de Radiocentro, a cuyo lunetario se permitía la entrada de público. Transcurrieron ocho meses y medio desde el primer día en que lo saqué al aire (5 de julio de 1968) hasta el último (21 de marzo del 69).
Su formato era simple: un chiste interpretado por actores y a continuación un número musical. “Tele-Revista” contaba con dos agrupaciones que se alternaban cada quince días. Al hacerme cargo del programa, éstas eran el grupo de rock-pop Los Barba, en el que cantaban Miguelito Velazco y Beatriz Márquez y el Combo de Senén Suárez, con sus cantantes Bobby Leonard y Laíto Sureda. Poco después de mi entrada, a partir del 13 de septiembre, la Orquesta Revé entró en la rotación sustituyendo a Los Barba. (2)
Destacar que el bajista de Revé era un compositor desconocido para el gran público que se llamaba Juan Formell y estaba revolucionando el repertorio de la orquesta –y de paso toda la música bailable cubana- con sus obras y novedosos arreglos.
Elio Revé tocando la paila y Juan Formell la guitarra bajo
en la Orquesta Revé de 1968
La parte humorística de “Tele-Revista” estaba en el piso cuando lo heredé. Creí que la culpa era de los sketchs que se presentaban, realmente infumables. Pensé que el guionista no tenía sentido del humor.
Pronto descubrí que el pobre hombre poco podía hacer. Como conocía los límites estrechos en que debía trabajar, colocaba solamente chistes de los llamados blancos a los que aplicaba la autocensura. Aún así, tenía a Ana Lasalle pegada a su cogote, escudriñándole los libretos y eliminando de ellos todo lo que no fuese considerado por ella como correcto. Nada de humorismo político. Nada de críticas a lo que funcionaba mal en Cuba. De burocracia, croquetas pegadas en el cielo de la boca o deficiencias en el transporte, nada. Ni pensarlo.
Un par de ejemplos reales de la tijera funcionando a tope:
Close up del rostro de un borracho que dice "te quiero, amor mío, no sabes cúanto te quiero". La cámara va abriendo el plano hasta mostrar que el hombre está abrazado a un poste, al que besuquea. La explicación para suprimirlo fue que un curda gracioso podía causar empatía en el público y promover el consumo de alcohol.
Otro caso:
-- Ana, ¿por qué quitaste el chiste del cura?
-- Porque no quiero que los obispos crean que la revolución se está burlando de ellos.
En el papel, el material aprobado carecía de toda posibilidad de divertir. A esto súmenle que la Lasalle había determinado que se utilizara en el programa a actores de segunda y hasta tercera fila. La mayoría de ellos no contaban con el don de la gracia ni tenían nada que ver con el mundo de la comedia y el resultado era de un patetismo absoluto. El supuesto chiste se terminaba, el público que asistía al estudio no se reía y me imagino que los televidentes tampoco.
Por respeto a mí mismo, tuve que emplearme a fondo a ver si lograba mejorar aquello. Me acordé del éxito que habían alcanzado años atrás, durante el capitalismo, los cortos cómicos de "Cine-Revista" (3) y me fui al ICAIC, logré que me alquilaran algunos y los copié. Inútil intento porque en el socialismo, según Ana, eran intelevisables.
Me puse a hurgar en viejas revistas a ver si encontraba algunos chistes blancos, buenos y admisibles. Opté por reducir el tiempo dedicado a los fragmentos "humorísticos". Aumenté los números musicales. Por ello, me busqué unos cuantos disgustos con el guionista (que veía peligrar su puesto de trabajo), con el elenco (cada vez más pequeño) y, cómo no, con Ana (que no veía con simpatía que en uno de sus programas, la música primara sobre el humor).
Para mí fue una experiencia negativa, frustrante, trabajar en "Tele-Revista". Y debo aclarar que cuando lo dejé, su parte cómica continuaba donde la encontré: en el piso.
TEATRO ICR
Las obras que se transmitían en este espacio eran, por lo general, grandes piezas de la dramaturgia universal. Salía todos los lunes por el Canal 6 desde las 9:45 de la noche y su duración andaba por la hora y pico. Creado a iniciativa de Marcos Behemaras, cumplió una importantísima función, la de ofrecer a las grandes masas la posibilidad de conocer y disfrutar del teatro sin moverse de casa.
En “Teatro ICR”, la actividad comenzaba semanas antes de ir al aire, con el diseño y confección del vestuario y la escenografía. Al mismo tiempo, se iba montando la obra con los actores. Estos primeros ensayos se hacían por las noches, en las instalaciones de la antigua CMQ (que habían renombrado como Radio Liberación) y culminaban el viernes anterior a la transmisión.
Por su gran valor cultural, se le otorgaron ciertos privilegios. Por ejemplo, éste fue el primer programa que ocupó en exclusiva durante tres días seguidos, el estudio 19, el mayor de TV Cubana.
El sábado por la tarde se ensayaba “en seco” con el elenco, que ajustaba sus movimientos a la escenografía ya instalada. Estaba presente el grupo operativo (camarógrafos, luces, audio, musicalizador, coordinador, auxiliares), observando y tomando notas. El domingo, ya iluminados los sets, se empleaba la mañana y la tarde en ensayos con cámaras y micrófonos. El lunes por la tarde se hacía una prueba general y por la noche, todos al aire.
Para los actores era un esfuerzo descomunal ya que no se usaba el pinganillo ni el tele-prompter, que les hubieran ayudado con los diálogos. Así que tenían que aprenderse de memoria una obra completa que salía en directo y de arriba a abajo, sin interrupciones de ningún tipo. (4)
Hice varios “Teatro ICR” entre 1967 y 1969. Recuerdo con especial satisfacción la puesta en televisión de la obra del dramaturgo italiano Ugo Betti “Corrupción en el Palacio de Justicia”, con un reparto impresionante encabezado por Enrique Santiesteban, Ängel Toraño y Ricardo Dantés. Nadie, ni artista ni técnico, se equivocó en los 132 minutos que duró la transmisión. Aquello parecía una película. En la última media hora, todos sentíamos lo mismo que un pitcher que va por el séptimo inning sin permitir que le pisen la primera. Cuando al fin se acabó y la tensión aflojó, nos felicitamos unos a otros, contentos de haber logrado un no hit no run.
ANA, LA CODIRECTORA
A menudo, Ana Lasalle y yo fuimos codirectores en programas dramáticos. Llegamos a hacer juntos “Doña Perfecta”, de Benito Pérez Galdos, que ella protagonizó y que ocupó durante varias semanas el espacio de “Grandes Novelas”.
Nos repartíamos el trabajo: ella seleccionaba el elenco y decidía los movimientos de los personajes, la escenografía, el vestuario y la utilería; yo me encargaba de la puesta en televisión, es decir, de cómo se reflejaba en la pantalla lo que Ana había dispuesto.
Una de sus características dirigiendo era que, durante los ensayos, apenas anotaba los desplazamientos de los actores y los ajustes que se iban haciendo a los libretos. Los confiaba a su memoria. Yo, por el contrario, lo apuntaba todo ya que necesitaba saber al detalle qué pasaría exactamente y en qué momento. De otra manera, estaría perdido a la hora de decirle qué debía hacer al personal de luces, audio y cámaras.
Al principio de nuestra colaboración artística, con cierta frecuencia ocurrían situaciones como la siguiente.
En el montaje inicial, ella le ordenaba a un actor:
-- Cuando termines de hablar, te pones de pie, caminas despacio y te asomas a la ventana.
Unos días después, cuando el hombre hacía lo marcado, lo detenía.
-- No, no, no, debes quedarte sentado.
-- Es que la otra noche usted me dijo que fuera hasta allí y me asomara.
-- ¿Yo? ¿Yo te dije eso?
Ahí saltaba yo, guión en mano:
-- Sí, Ana, aquí tengo una anotación… El martes pasado tú le mandaste que hiciera ese movimiento. Ya yo he previsto que, cuando llegue a la ventana, lo reciba una cámara que he puesto allí.
En ese momento, para no dar su brazo a torcer, ella explicaba el cambio con cualquier argumento seudoartístico, generalmente traído por los pelos. Con lo que yo debía modificar mis apuntes y lo que es peor, mi plan de desplazamientos de cámaras y de edición de imágenes. Al final del proceso, mis papeles rebosaban de tachaduras y yo llegaba inseguro a los ensayos finales en el estudio de televisión, sin saber por fin si el personaje se mantendría sentado o caminaría.
Esta manera de trabajar trajo como consecuencia algunas ligeras desavenencias entre nosotros. Tanto fue el cántaro a la fuente que, para evitar tiquitiquis delante del personal, establecimos un sistema consensuado que consistía en que lo que ella montaba se fijaba como definitivo en mi libreto, que ya no se podía variar excepto por una causa mayor muy justificada.
Desde entonces, para mortificarla sabiéndola anticlerical, renombré “la biblia” a mi guión.
-- No, eso no es así. "La biblia" dice que Paulín mira al frente -señalaba yo-.
-- Bueno, está bien -aceptaba ella-. Tú eres el único que me hace obedecer a la biblia.
Ana Lasalle |
Como personas, nada teníamos en común. A pesar de ello, llegamos a encontrar una manera civilizada de trabajar juntos. Me trataba con educación. Y yo se la devolvía.
Hacia el exterior, le interesaba proyectar una imagen de mujer severa con ramalazos ásperos, a quien no le gustaban las bromas. Más no siempre se comportaba así. Hablando conmigo a solas, a veces bajaba la guardia, aparcaba su personaje de sargento malacara y se relajaba conversando, contándome historias de su vida en otros países.
Yo aprovechaba esos momentos “humanos” para vacilarla un poco. Le buscaba la lengua interrogándola sobre su pasado artístico y supuestamente comunista en España y Argentina. Con frecuencia me dio respuestas que evidenciaban mentiras y contradicciones al compararlas con otras que me había dado anteriormente a las mismas preguntas.
ANA, LA MILICIANA DE 7x24
He meditado mucho sobre si debía o no escribir esta semblanza sobre Ana. Dudaba si era correcto decir lo que voy a decir de alguien que ha fallecido, que no puede replicarme. Lo que me decidió a hacerlo es que ella está en este escrito, no como persona con defectos -que todos tenemos y a montones- sino como paradigma de una actitud que hizo mucho daño.
La Lasalle se caracterizó por sus posiciones extremistas en defensa de lo que creyó bueno para la revolución. Era una fundamentalista a tiempo completo, siempre alerta para salirle al paso a cualquier manifestación o conducta que ella considerase lesiva al proceso socialista que nos estaba conduciendo a los cubanos hasta una supuesta felicidad total.
En mi memoria y probablemente en la de muchos en el ICRT, su imagen no es la de una artista sensible, como podría suponerse por su condición de actriz y directora, sino la de una mujer medio cabreada, vestida de miliciana, alertando en las asambleas sobre los peligros de la gusanera que nos rodeaba, alardeando de sus tareas como militante del partido, responsable de los Comités de Defensa, jefa de milicias, censora y fiel combatiente en la lucha sin cuartel contra todas las desviaciones, los pelos largos, los pantalones pitusa ceñidos, la música extraña y otras letales armas del imperialismo.
LOS TIEMPOS OSCUROS
Aunque el sol brillaba todos los días, eran tiempos oscuros. Vivían su apogeo las agresivas campañas oficiales contra el llamado diversionismo ideológico, entendiendo por tal cualquier cosa que no se moviera dentro de la ortodoxia pura y dura establecida desde las alturas.
El tiempo y los acontecimientos han demostrado que estas políticas intolerantes, basadas en el estalinismo y en la cerrazón de miras, sólo sirvieron para fracturar aún más de lo que estaba a la sociedad cubana, para perjudicar seriamente a la revolución metiéndola en un callejón sin salida del que ya no pudo salir y para que en Cuba se convirtiera en maldita, ahora y por los años de los años, la palabra socialismo.
En lo único que tuvieron éxito los autores intelectuales de las persecuciones y sus fieles ejecutores a nivel de calle, como Ana, fue en mantener en el poder a una élite de privilegiados que se aprovecharon de los sueños, la confianza y la energía de todo un pueblo, se cagaron en la sangre derramada y disfutaron su vaciladera, ajenos por completo a los intereses y sufrimientos de la gente de a pie.
En los 50, la tiranía de Batista había alentado la práctica de la tortura y propició la aparición de verdugos como los de la Quinta Estación que, en otras circunstancias, hubieran sido decentes sastres o vendedores de fritas. En los 60 y 70, las ofensivas revolucionarias dieron alas y soporte a personajes como Ana, que en Argentina quizás había sido sólo una actriz preocupada por interpretar lo mejor posible a García Lorca pero que en La Habana encontró el ambiente propicio para sacar a pasear al furibundo talibán que llevaba dentro.
DEFENDER LA REVOLUCIÓN CORTANDO PELOS Y BARBAS
Un amigo, de quien no tengo por qué dudar, afirma que vio una noche a la Lasalle, tijera en mano en plena calle del Vedado, cortándole la melena, a su juicio exageradamente larga, a un joven retenido a la fuerza por algunos fanáticos como ella. Y yo me lo creo. De Ana se podían esperar cosas como ésa.
O como ésta, de la que doy fe:
En una reunión a la que asistí en su oficina, recién llegado a Tele-Revista, ella le ordenó a Pepe Luis Pérez, director de Los Barba, que cambiara el nombre de su grupo ya que él y sus músicos no tenían historial revolucionario alguno para llevar ese 'glorioso' apelativo. (3)
-- Aqui los únicos barbas son Fidel y Camilo -le soltó, rotunda.
Cuando salimos, el bueno de Pepe Luis estaba acojonado y yo traté de tranquilizarlo:
-- No le hagas caso. Esta mujer está loca.
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Los Barba, con Pepe Luis al piano. A la derecha, su cantante Miguelito |
N O T A S
(1) Es posible que en Dramatizados existiera también un área dedicada en exclusiva a las series de “Aventuras”, que salían de lunes a viernes y tenían una alta complejidad en su producción y realización. Pero no lo puedo afirmar.
(2) Aunque yo programaba a los demás artistas, las orquestas fijas las determinaba la Redacción Humorística gestionada por Ana Lasalle. Como podrán ver en la documentación que aparece debajo, el 16 de agosto del 68 fue el último “Tele-Revista” en que participó el grupo Los Barba. Hasta ese día actuaba cada quince días, alternando con el Combo de Senén Súarez.
¿Por qué Los Barba fueron sustituidos en la rotación por la Orquesta Revé?
¿Este reemplazo obedeció a que Pepe Luis Pérez rechazó cambiarle el nombre a su grupo, como planteó Ana?
(3) “Cine-Revista” fue un magazine cinematográfico en colores, hecho en Cuba, que había pegado mucho en los años prerrevolucionarios en los teatros de la isla, donde se exhibía acompañando a las películas.
Su contenido incluía documentales cortos, anuncios y chistes escenificados por buenos actores, todo muy bien realizado por un grupo de gente talentosa, entre ellos Tomás Gutiérrez Alea, Onelio Jorge Cardoso, Jorge Herrera, Pablito Martínez, Iván Nápoles, Holbein López y José López “Lopito”. El productor era el mexicano Manuel Barbachano Ponce.
(4) Años atrás, en los novelas diarias que producía Escuela de Televisión usaron el teleprompter, aparato que mostraba en su pantalla el texto para que los actores lo leyeran. Una anécdota, de dudosa veracidad pero muy simpática, cuenta que durante una escena muy romántica en que Otto Sirgo se besaba con una actriz, éste le susurró a su compañera, con suficiente volumen como para que lo recogiera un micrófono:
--Muévete un poco a tu derecha, que no me dejas ver el teleprompter.
Los equipos de Pumarejo fueron confiscados. Así que, el artilugio debía estar llenándose de polvo en algún almacén del ICR. ¿Por qué no se usaba? Una vez hice esta pregunta y me contestaron que se había averiado.
-- ¿Y no se puede reparar o comprar uno nuevo?
-- No es posible, por culpa del bloqueo.
Respuesta faciloide. Seguramente se hubiera podido obtener alguno si se lo pedíamos a las televisoras amigas de Europa del Este, donde no existía embargo contra Cuba.
-- ¿Y no habrá otra forma? Quizás con un auricular oculto en el pelo, por donde un apuntador pudiera soplarle la letra a los intérpretes...
-- No, eso es muy complejo.
Resulta increible que en decenas de años no se resolviera este problema. Pero es que la indiferencia y la insensibilidad de nuestros diigentes eran el pan nuestro de cada día. Todo resultaba tan surrealista que si me hubieran contestado que aprenderse montones de páginas de diálogos era la parte de sacrificio que le tocaba a los actores en la construcción del socialismo, yo no me hubiera sorprendido de esa absurda argumentación.
D O C U M E N T A C I Ó N
t e a t r o i c r Transmisión en directo / Canal 6, lunes desde las 21:45 horas / Estudio 19
Por el momento, sólo dispongo de información sobre los seis programas realizados por mí en el año 1969, que fueron los últimos “Teatro ICR” que dirigí.
En cuanto consiga datos de otros años los añadiré aquí.
13 de enero de 1969
Obra (Autor): La gaviota (Anton Chejov)
Intérpretes: Miguel Gutiérrez, Mary Díaz, Agustín Campos, Mercy Aguilar, Aurora Depestre, José Carreras, Ángel Toraño y Rafael Díaz
Montaje de la obra y dirección de actores: Pedro Álvarez
Dirección para televisión: Pedraza Ginori
27 de enero de 1969
Obra (Autor): Las tres perfectas casadas (Alejandro Casona)
Intérpretes: Verónica Lynn, Severino Puente, Armando Bianchi, Guillermo "Willy" Leyva, Niola Montes, Cris Ruth, Alfredo Perojo, Teresita Diego y Edith Depestre.
Montaje de la obra y dirección de actores: Ana Lasalle
Dirección para televisión: Pedraza Ginori
17 de febrero de 1969
Obra (Autor): Despierta y canta (Clifford Odets)
Intérpretes: Josefina Henríquez, Ángel Toraño, Manolo Mesa, Alfonso Silvestre, Ángel Muñoz, Alejandro Duval, Marta Jorge, Rigoberto Águila y Agustín Campos
Montaje de la obra y dirección de actores: Modesto Centeno
Dirección para televisión: Pedraza Ginori
17 de marzo de 1969
Obra (Autor): La fuerza bruta (John Steinbeck)
Intérpretes: Guillermo “Willy” Leyva, Carlos Más, Luis Manuel Martínez Casado, Aurora Pita, Carlos Paulín, Carlos Quintas, Bernardo Menéndez, Rafael Linares y José Núñez Sariol
Camarógrafos: Tony Roselló, Alegre, Surí y Félix Rodríguez.
Montaje de la obra y dirección de actores: Ana Lasalle
Dirección para televisión: Pedraza Ginori
19 de mayo de 1969
Obra (Autor): La promesa (Alexei Arbuzov)
Intérpretes: Marlene Díaz, Gonzalo Fontana y Agustín Benítez
Escenografía: Campanería
Coordinador: Elio Doncel
Camarógrafos: Tony Roselló, Alegre, Surí y Félix Rodríguez
Montaje de la obra y dirección de actores: Ana Lasalle
Dirección para televisión: Pedraza Ginori
23 de junio de 1969
Obra (Autor): Corrupción en el Palacio de Justicia (Ugo Betti)
Duración: 2,12 horas
Intérpretes: Alfredo Jorge, Marta Jorge, Enrique Santiesteban, Rafael Linares, Juan Carlos Romero, Ángel Toraño, Ricardo Dantés, Miguel Ángel García Varona, Betty Dolz y Fernando Robles
Escenografía: Ignacio Travieso
Coordinador: Mario Castro
Iluminación: Carlos Lafont
Camarógrafos: Antonio “Loquillo” Gómez, José "Yaki" Ortega, Santa Cruz y Heberto Pedrosa
Adaptación: Ana Goire
Montaje de la obra y dirección de actores: Sergio Nicols
Dirección para televisión: Pedraza Ginori
t e l e - r e v i s t a
Transmisión en directo / Canal 6, viernes desde las 20:30 horas / Estudio 10 / Duración: 30 minutos
Dirección: Pedraza Ginori
Sólo poseo los nombres de cantantes y grupos, no así de los actores y actrices que actuaron en estos programas.
5 de julio de 1968
Artistas: Grupo Los Barba con sus cantantes Beatriz Márquez y Miguelito (Velazco) / Lourdes Gil y Los Galantes / Bobby Jiménez
12 de julio de 1968
Artistas: Combo de Senén Suárez con sus cantantes Laíto Sureda y Bobby Leonard / Cuarteto Los Papines / Leonor Zamora
19 de julio de 1968
Artistas: Grupo Los Barba
9 de agosto de 1968
Artistas: Combo de Senén Suárez / Cuarteto Los Prismas / Maggie Carlés
Senén Súarez y su combo |
Artistas: Los Barba / Los Zafiros
30 de agosto de 1968
Artistas: Orquesta América / Armando Pico / Marta de Santelices
6 de septiembre de 1968
Artistas: Combo de Senén Suárez / Cuarteto Los Cañas / Alfredo Martínez
13 de septiembre de 1968
Artistas: Orquesta Revé / Silvio Rodríguez / Cuarteto Los Dimos
20 de septiembre de 1968
Artistas: Combo de Senén Suárez / Cuarteto Del Rey / Moraima Secada
27 de septiembre de 1968
Artistas: Orquesta Revé / Lourdes Gil y Los Galantes
4 de octubre de 1968
Artistas: Combo de Senén Suárez / Cuarteto Los Brito / Oscar Aguirre
11 de octubre de 1968
Artistas: Orquesta Revé / Cuarteto Los Modernistas / Danny Puga / Olga Flora (Fábregas) y Ramón (Díaz)
18 de octubre de 1968
Artistas: Combo de Senén Suárez / Voces Latinas / Pablo Milanés
25 de octubre de 1968
Artistas: Orquesta Revé / Dúo Marta y Daisy (Las Capella) / Dúo Hermanos Bermúdez
1 de noviembre de 1968
Artistas: Combo de Senén Suárez / Dúo Las Leyté / Tomás Morales
8 de noviembre de 1968
Artistas: Orquesta Revé / Ariel (Díaz) / Los Pops / Beatriz Márquez / Silvio Rodríguez
15 de noviembre de 1968
Artistas: Combo de Senén Suárez / Cuarteto Las D’Aida / Antonio Palacios
22 de noviembre de 1968
Artistas: Orquesta Revé / Voces del Trópico / Juan Formell (como trovador)
29 de noviembre de 1968
Artistas: Combo de Senén Suárez / Cuarteto Las Hermanas Valdivia / Cuarteto Los Bucaneros
6 de diciembre de 1968
Artistas: Orquesta Revé / Cuarteto Los Aka con su grupo acompañante / Jesús Porto / Olga Flora (Fábregas) y Ramón (Díaz)
13 de diciembre de 1968
Artistas: Combo de Senén Suárez / Cuarteto Las D’Aida / Alden Knight
20 de diciembre de 1968
Artistas: Orquesta Revé / Cuarteto Del Rey / Cuarteto Los Modernistas / Maggie Carlés / Martín Rojas
27 de diciembre de 1968
Artistas: Combo de Senén Suárez / Elena Burke / Voces Latinas
3 de enero de 1969
Artistas: Los Bucaneros / Luisita y Yuyo (pareja de bailes) / Dúo Las Greco / Andrés Centurión / Vicente Feliú
10 de enero de 1969
Artistas: Combo de Senén Suárez / Luisita (bailarina) / Los Dimos / Leonor Zamora / Bobby Jiménez / Luis Carbonell
17 de enero de 1969
Artistas: Orquesta Revé / Luisita (bailarina) / Lourdes Gil y Los Galantes / Félix Formental / Ñico Rojas
Cuarteto Los Prisma
De izq a derecha: Alexander Domínguez, Vicky Salas,
Armando Larrinaga y Luis "Tati" Céspedes
24 de enero de 1969
Artistas: Combo de Senén Suárez / Elsa Rivero / Cuarteto Los Prisma / Luisita y Yuyo (pareja de bailes)
7 de febrero de 1969
Artistas: Orquesta Revé / Juan Formell / Combo de Franco Lagana con María Elena Pena / Miriam Ramos / Antonio Palacios / Pacolo
14 de febrero de 1969
Artistas: Combo de Senén Suárez / Yolanda Brito / Los Cañas / Teresita Fernández / Eugenio (Fernández)
Bobby Leonard cantando con el Combo de Senén Súarez
21 de febrero de 1969
Artistas: Orquesta de Música Moderna de Oriente (dirigida por Osmundo Calzado) / Ojedita / Nereida Naranjo / Voces Latinas
7 de marzo de 1969
Artistas: Orquesta Revé / Los Modernistas / Maggie Carlés / Marta y Daisy (Las Capella) / Bobby Leonard
14 de marzo de 1969
Artistas: Combo de Senén Suárez / Los Dimos / Carlos Gómez (cantautor) / Beatriz Márquez / Alfredo Martínez
21 de marzo de 1969
Artistas: Orquesta Revé / Elena Burke
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LES INVITO A LEER LAS
SIGUIENTES TRES ENTRADAS DE MI BLOG.
ÉSTOS SON SUS
VÍNCULOS:
El Blog de Pedraza Ginori > ¿QUIÉN ES EL ÚLTIMO?
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La empresa norteamericana Create Space / Amazon ha publicado,
en formato papel, mis dos libros "Pedraza Ginori Memorias Cubanas".
Sus páginas son un compendio de mis experiencias y mis circunstancias, vividas en el mundo de la televisión, los espectáculos, la creación musical,
la radio, la publicidad y la prensa.
Los dos volúmenes recogen, en clave autobiográfica, sucesos, “batallitas”, semblanzas, anécdotas y reflexiones personales.
El Libro 1, “Eugenito quiere televisión”, tiene 342 páginas.
El Libro 2, "Quietecito no va conmigo", 362 páginas.
Ambos están a la venta en las webs
www.createspace.com www.amazon.com www.amazon.es
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La empresa norteamericana Create Space / Amazon ha publicado,
en formato papel, mis dos libros "Pedraza Ginori Memorias Cubanas".
Sus páginas son un compendio de mis experiencias y mis circunstancias, vividas en el mundo de la televisión, los espectáculos, la creación musical,
la radio, la publicidad y la prensa.
Los dos volúmenes recogen, en clave autobiográfica, sucesos, “batallitas”, semblanzas, anécdotas y reflexiones personales.
El Libro 1, “Eugenito quiere televisión”, tiene 342 páginas.
El Libro 2, "Quietecito no va conmigo", 362 páginas.
Ambos están a la venta en las webs
www.createspace.com www.amazon.com www.amazon.es
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Mil gracias Yin. Por favor, no pares con tus acertados apuntes históricos. Te lo agradecemos todos. Me alegro que hayas confirmado la imagen que tenía de esa señora. Felicidades y desde ya esperando el próximo.
ResponderEliminarHola. Me atrevo a escribir algo con respecto a Ana Lasalle. Yo vivía en 25 entre N y O y Ana viviá por 25 y K, o sea, que relativamente éramos vecinos. Muchos de mis compañeros de aula en la Secundaria Básica "Ruben Martínez Villena" eran, por supuesto, de la zona, de los alrededores. Personalmente nunca fuí víctima de Ana ni de ninguna de las cargas fascistoides contra los "pelúos" por que en esa ´poca (finales de los 60) "gracias a Dios" estaba en el SMO, porque si no, seguro que hubiera caído preso solo por el pelo largo. Pero a lo que iba: Ana era famosa en el barrio, entre los muchachos de la época que teníamos el pelo largo y oíamos la WQAM, por dirigir a las turbas que especialmente en Coppelia y por la Zona de La Rampa cogían a la fuerza a los jóvenes y los pelaban. Por esta razón yo no soportaba a la persona en cuestión. Por suerte no fuí uno de los perjudicados por su condenable acitud. Y por suerte para ella murió antes de que le pasaran la cuenta por sus maltratos. Triste figura que solo queda en el recuerdo de los que desgraciadamente trabajaron con ella o fueron sus víctimas.
ResponderEliminarEstoy casi seguro, de que en su libro, '' Que levante la mano la guitarra'' Silvio Rodriguez, se refiere a ella en una anecdota exactamente igual,la de los cortes de pelos, y creo que la nombra, como una extremista, que le corto el pelo a un amigo que venia de trabajar varias semanas, en la agricultura,cumpliendo una tarea del regimen.
ResponderEliminarA mi me consta, por que lo vivi, ver Ana en la guarnicion del ICRT cortandole el pelo a dos o tres trabajadores del ICRT "O te dejas cortar el pelo o te vas de este trabajo".
ResponderEliminarNo solo ella Juanito Hernandez llego a un programa que yo estaba haciendo en el estidio 15 para decirle a una famosa cantante cubana que si no se bajaba el peinado no podia salir al aire por que solo estaban permitidos 4 pulgadas.
Roberto Urquiza.
Ella fue una tonta útil...para muchos, por entonces. Lo peor y más triste es que viniera ella, una fulana de tal, de Francia, España o de casa del carajo a imponer su fundamentalismo y nos lo dejáramos meter sin vaselina , asi de fácil. Sé de muchas víctimas del extremeismo de esta sra.
ResponderEliminarindependiente de lo que hizo bien o mal era una Buena actriz que yo fui feliz viendola ,las actrices son personajes de fantasia cuando las conoces de ver nunca la volveras admirar me ha pasado con grandes estrellas internacionales
EliminarSaludos a Pedraza Ginori..., su nombre siempre me fue familiar desde pequeno. Mi padre fue integrante del conjunto Rumbavana en Cuba en los late 60's y principio de los 70..., y algunas veces se mensionaba el nombre de Pedraza en mi casa...
ResponderEliminarTal vez a travez de este blog pudiera averiguar sobre una pregunta que nunca he podido responder: Cual era el tema musical del programa de "Grandes Novelas" (ICR) de esta misma epoca en Cuba TV?, era una pieza clasica, muy poderosa, impresionante y muy hermosa, que siempre me encanto oirla...
Les agradeceria a todos si alguien sabe esta informacion. He tenido muchos leads y falsas pistas, pero hasta ahora nadie ha podido responderme esa pregunta.
Gracias!!!
Fernando
Yo recuerdo muy bien a Ana Lassalle, y para mi fue una de las mejores actrices que pude disfrutar en Cuba, recuerdo muy bien su desempeno de Yerma, junto a Consuelito Vidal, la Comedia de Casos y Cosas de Casa con Martha del rio y Coqui Garcia, junto a Enrique Santiesteban en Enrique VIII y por supuesto en La Madre, increible su desempeno como profesional, yo creo que nosotros ya nos hemos acostumbrado a contarnos esas fabulas entre el bueno y el malo dentro del exilio y la exageracion es un matiz que popula en la calle 8, tenemos miedo decir la terrible verdad que vivimos como exiliados, Ud. tiene coherencia en lo que habla de Cuba y el sistema Comunista, pero quiere ignorar el Facismo de las emisoras de Miami y las amenazas que reciben las personas que emiten opiniones contrarias a esos Caciques que apoyan a Luis Posadas Carriles, el asesino del avion de Cubana de Aviacion de un equipo deportivo de ninos de 12 y 13 anos casi todos, los cubanos vivimos estancados en una epoca que ya termino y olvidamos lo exencial que Ana Lasalle no vivia en Cuba cuando Ventura descuartisaba cubanos en los calabosos de tortura donde casi todos salian muertos, este asesino murio en el 2003 y nadie lo acuso de nada, es triste nuestra historia pero la merecemos, no podemos perder la memoria y mucho menos justificarla con miedo o se dicen las verdades o mejor es no hablar, hice guardias en el Comite y no me arrepiento, un dia decidi marcharme y tampoco me arrepiento, pero no quiero ser complice de ese exilio mediocre de Cuba, donde la verdad se debe consultar con los Caciques, la libertad no entinde de amigos o conveniencia y todos ahora eatamos buscando a quien echarle la culpa de lo que vivimos en Cuba, para justificarnos aqui con los hijos de los asesinos del pasado de Cuba, en el exilio viven los peores criminales de Cuba, antes no lo creia, ahora estoy seguro. Y lo repito Los lideres del exilio son insoportables y no digo mas porque no tengo pruebas, Dios mio ojala nunca regresen para Cuba. No habra comida y ropa como aqui, pero como extrano aquellas buenas personas. Jorge Gonzalez. West New York, NJ, 07093.
ResponderEliminarestoy de acuerdo contigo yo disfrute su trabajo mucho en obras de lorca o como La gata y muchos mas,,,,,,,,,,,,,, fue una grna actriz que tenia un espanol muy refinado me encantaba
EliminarGracias, maestro, por su blog.
ResponderEliminarMe gustaría encontrar algún artículo, video, algo sobre el actor Fernando Robles, que falleció apenas hace un par de años. Soy amigo de su familia y pude conocer, no sólo al actor; sino también al gran hombre, gran padre y al sábio y honesto, Fernando Rodríguez y me da tristeza pocos le recuerden.
ResponderEliminarMi querido Pedraza Ginori
ResponderEliminarHoy en La Habana 25 de Niviembre de 2016, buscando algo sobre Carlos Mas el muerto de hambre de la TV cubana me encuentro con este Blog tuyo.
Hace como 5 años de mande un correo a una direccion que me mando Hilda Rabilero, pero me dijeron que tu estabas en un Festival de Cine. Depues no volvi a escribirte.
Todavia condservo la poesia qwue me escribiste cuando ambos estudiabamos en la academia de Pepe Gonzales del Valle y estabamos en segundo año de bachillerato
Hay un muchaco a las seis y media de la mañana...
Que quiere hacerse el Rey y esw cara de plangana
El referido animal tien un Jaqui colorado
que el otro dia done para los dannificados
Etc. Etc. Etc
La tengo escaneada. Si me escribes dte la mando
Mi Correo es jrlopezr@gmail.com
Solo entro los martes y a veces los viernes
Un abrazo
Lopez, el del Jaqui Colorado
Este blog me parecio maravillso , creci en cuba en los 70s y admire mucho aAna Lasalle luego en el exilio he oido historias de ella no positivas , pero que Bueno que tu alumbres mas mi camino y mis conocimientos deu na actriz que en la novella El alma encantada me fascinaba
ResponderEliminarHace poco fue que me vine a enterar de todo el daño que hizo esa señora! Por qué no se quedaría por Argentina, y de paso hubiera retenido al hdp y asesino del Che allá también?? 🤬🤬
ResponderEliminar