MACARENA CAPARRÓS en
algunos fragmentos
de la novela “TODAS LAS
VIDAS DE PEPE”.
En todo dúo de compañeras inseparables hay
una que sobresale y una que no. Macarena es la que no. Es mayor que Charito en
unos meses y la supera tres palmos en estatura.
A sus diez años Maca es delgadita, de brazos
largos y canillas que parecen lápices. No llama la atención como Charo, mas
posee algunos encantos: sus ojos castaños, su cabellera negra, su talle bien
proporcionado y esas facciones afiladas que auguran que de mayor será una
morena que no se distinguirá por su rostro ─«¡Ay, si yo no tuviera esta nariz
tan grande!», se lamentará ella─, pero a la que habrá que calificar de interesante.
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Macarena vive con su madre viuda y un tío
cascarrabias y buen sastre en el Callejón de los Oidores, a unas decenas de metros
de la quinta de la calle Santa Isabel la Real donde reside Rosarito. Ambas se conocen
desde que tienen uso de razón, se quieren todo lo que se pueden querer dos
rapazas que andan siempre juntas y comparten juegos y experiencias con
inocencia y complicidad.
Los años se suceden y las dos van
estirándose. No se darían cuenta de ello, sino fuera porque la ropa les va
quedando corta y por esas mujeres varias que al verlas les comentan el tema:
─¡Mira que vosotras habéis crecido!
─Si ayer mismo erais unas garrapatas y hoy
hay que ver lo altas que estáis.
Por mucho que se esfuercen, Rosario y Maca no
recuerdan cuando fueron garrapatas. Debe haber sido de muy chicas, en esa
temporada en que las niñas son tan pequeñitas tan pequeñitas que viven y
después no se acuerdan de lo que vivieron.
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Maca no cumple con los cánones de estética
femenina que rigen en los 50. Esto le resta valor en el mercado de los ligues.
Hasta ahora, ninguno de los muchachones que mariposean por los callejones y
plazas de su barrio ha sido capaz de pasar por alto su aspecto y valorar más su
personalidad especial y su nivel cultural superior.
Y como la vida avanza, teme no encontrar un
hombre interesante con quien compartir todo el caudal intelectual que ha
acumulado y las ganas de vivir a tope que lleva por dentro.
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Maca tiene perturbadores pensamientos que la
hacen volar y no la dejan quieta cada vez que recuerda a Pepe.
─¿No es guapísimo? ─le había preguntado
Charo.
─Un bombón ─respondió ella.
En su memoria sigue presente la descripción
del sexo con el cubano que su amiga le hizo.
─¿Y qué más sentiste?
─Pues un placer tan grande, tan intenso…
─Descríbemelo.
─No sé…, no tengo palabras.
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En sus primeros meses en la Casa de Abajo,
Macarena ha desplegado sus armas de mujer con sabiduría, consiguiendo acercarse
a Pepe con acciones y pequeños detalles. Anda con tiento, controla los tiempos,
no se precipita. Es una araña que va tejiendo su tela.
─Me va a costar llegar a amarte ─suelta él a
ver qué responde.
─Ya me amarás, José. Esto es una carrera de
fondo, no de velocidad.
El guajiro comprende que es objeto de una
estrategia de conquista, pero le agrada que ella lo cuide y se preocupe por él.
Aprecia mucho que se interese por el taller dulcero y le incite a desarrollar
su talento creativo, que anda de capa caída.
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En las últimas semanas, José Argimiro ha
aumentado sus gestos cariñosos e incorporado ciertas risitas y miraditas a su
trato con Maca. Hace días que el ambiente entre ellos se ha ido calentando con
señales al parecer inocentes que llevan implícita una carga de profundidad.
Existen indicios de que, al fin, está cerca la hora. Aun así, ella no fuerza la
situación y espera que la cosa fluya de forma natural. Un paso en falso podría
echarlo todo a perder.
Acostada, lee a la luz de la lamparita de
mesa. Escucha unos toques en su puerta.
─¿Se puede?
─Sí, pasa.
El guajiro se sienta en el borde de la cama y
pregunta:
─¿Qué estás leyendo?
─El libro de «Episodios Nacionales» que trata
de Carlos IV.
La obra de Pérez Galdós les da excusa para
conversar. Es un hablar por hablar, una tapadera del deseo que les va por
dentro. Se rozan las manos en la penumbra y cuando vienen a ver ya han
abandonado el tema del rey de España y están besándose, por primera vez no en
las mejillas, sino en los labios.
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SINOPSIS
Un joven guajiro cubano se encuentra por
casualidad con una hermosa bailarina española y ya nada será lo mismo.
Con el lenguaje directo, ameno y salpicado de
humor que caracteriza a su literatura, Pedraza Ginori nos retrata a Pepe, a sus
romances ─las andaluzas Charito y Macarena─ y a los otros personajes que les
acompañan a lo largo de sus historias y circunstancias.
Pepe nació en 1933 con el don de la
inmortalidad, por lo que su destino es existir eternamente. La novela se adentra
en las esencias de la tierra gallega de sus antepasados, narra su ingenua
infancia en Las Villas, descubre sus andanzas de juventud en Santa Clara y en
aquella irrepetible Habana de los años 50 que era mucha Habana, viaja con él a
España en busca de un futuro que parecía de color rosa y muestra las
sorprendentes aventuras que protagoniza en Europa de la mano del talento, el
empeño y el amor.
“Todas las vidas de Pepe” es un canto optimista
a las segundas oportunidades y demuestra, una vez más, que es posible vivir sin
fecha de caducidad, más allá de la muerte.
Se puede adquirir en
papel o en e-book,
pulsando el siguiente
enlace:
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FRAGMENTOS DE OTROS PERSONAJES
DE “TODAS LAS VIDAS DE
PEPE”
SE PUEDEN ENCONTRAR
EN PIEZAS DE ESTE BLOG
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FACEBOOK DE PEDRAZA GINORI
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