Pedraza Ginori en mayo de 1968
Así era yo entonces. Tenía 29 años y atravesaba por una de esas etapas en que uno se siente capaz de comerse el mundo.
Estaba divorciado y sin compromisos estables. O sea, por la libre.
Me sumergía con intensidad en la noche habanera, no tenía ni gota de barriga,
escribía reportajes en la revista Cuba, tras mi paso por Radio Progreso y el Teatro Musical de La Habana, ya dirigía espectáculos en teatros y programas en Televisión Cubana, había creado canciones que interpretaban Los Meme, Ela Calvo y Tomas Morales, la vida me sonreía y yo le sonreía a la vida.
Me esperaba un futuro rico en emociones y muchos buenos momentos, en el que disfruté de éxitos, amores y valiosas amistades, y protagonicé interesantes y enriquecedoras experiencias creativas (y de las otras).
Y cuando, en ese futuro, muchos años después, se me cerraron las puertas en una Cuba destrozada y sin esperanzas, tuve la suerte inmensa de que Galicia, que no me conocía de nada, me acogió y me brindó la oportunidad de que yo transitara con felicidad por el último tramo de mi camino.
Hoy, 52 años después de esa fotografía, la miro, tiro un repaso y pienso:
“Yin, de verdad, serías un malagradecido si te quejaras”.
:::::::::::::::::::::::::::
No hay comentarios:
Publicar un comentario