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jueves, 3 de octubre de 2019

REFLEXIONES TRAS LA MUERTE DE YOLANDITA RUIZ


Texto publicado en Facebook el 2 de octubre de 2019 a las 20:36 horas
 
   Desde el principio de ese absurdo utópico que se dio en llamar revolución cubana y que la gestión voluntarista, la estupidez y la maldad convirtieron en un fracaso monumental, los dirigentes que ocuparon el poder por la fuerza intentaron borrar a los artistas que no estuvieron de acuerdo con el proceso, que cometían el imperdonable pecado de no compartir las ideas y métodos del gobierno y el partido único. Asfixiados por un ambiente hostil, cerradas las posibilidades de desarrollar su carrera, a muchos talentosos actores, músicos, bailarines, pintores, etc. no les quedó otra opción que emigrar. Quien se marchaba ─aun antes de que lo hiciera─ se le etiquetaba como traidor a la patria, desertor de un ejército del que curiosamente no formaba parte. Sus obras fueron prohibidas en los medios de comunicación. Sus nombres entraron en las listas negras y no se pudieron mencionar más en la prensa ni frente a un micrófono.
   Así se intentó eliminar a muchos de la memoria colectiva de los cubanos. Entre ellos, citando solo a unos pocos de los relacionados con la música, Celia Cruz, la Sonora Matancera, René Cabel, Bobby Collazo, Luis García, Cachao, Paquito D’Rivera, Leopoldo Fernández, Olga y Tony, Bobby Jiménez, Arturo Sandoval, Doris de la Torre, Rolando Laserie, Mike Porcel, Meme Solís, Julio Gutiérrez, Albita Rodríguez, Ela O’Farrill y José Antonio Fajardo. No eran delincuentes, políticos contrarrevolucionarios o peligrosos agentes del enemigo, sino grandes valores de nuestra cultura que ejercieron su derecho a pensar diferente. Les aplicaron todo el poder de la maquinaria gubernamental buscando suprimirlos, tacharlos, multiplicarlos por cero. En más de una ocasión lo lograron. Hay millones de cubanos de las nuevas generaciones que no les conocen ni han podido disfrutar de su arte.
   Dondequiera, en cualquier país, el personal necesita endulzar con arte su vida cotidiana y mucho más si esta está repleta de carencias, dificultades y malos rollos, como es el caso de Cuba. Y la admiración que en la isla se sentía por los artistas que se ausentaron, se fue sustituyendo por la identificación con los nuevos ídolos que surgieron a pesar de las trabas. La condición del ser humano incluye una tendencia natural a agradecer los momentos de placer estético que recibe. A veces se materializa con un aplauso, otras no, pero siempre ese agradecimiento se guarda en la mejor gaveta de la mente. Es ley de vida, aunque eso no gusta a quienes planean las políticas desde la plaza de la revolución, los mismos totomoyos que llevan 60 años subvalorando al pueblo e intentando engañarlo y manipularlo.
   Yolandita Ruiz, una gran actriz cubana, decidió en los años 90 darse de baja del socialismo y marcharse al extranjero en busca de otros horizontes de realización personal y artística. Como se fue, pasó a engrosar las filas de los oficialmente prohibidos en la isla. Lamentablemente, ella falleció hace pocas horas, el 1 de octubre, en Madrid.

   Mas con su desaparición solo se fue su físico. A los que la conocimos como persona y a los millones que nos deleitamos con sus actuaciones, siempre nos quedará el recuerdo de su talento, su simpatía y su modestia. Y llevaremos guardada la luz de sus ojos verdes, los más preciosos y expresivos que han brillado sobre la faz de la tierra.
   Todo eso que nos ha dejado es lo que los fundamentalistas quisieron borrar de la memoria nacional y no pudieron. A pesar del tiempo, a pesar del silencio impuesto sobre su nombre y su brillante trayectoria, fracasaron.
   La amplia repercusión popular en redes sociales que ha tenido la muerte de Yolandita es un ejemplo de cómo han cambiado las cosas en los últimos tiempos. Por citar solo un caso, al momento de escribir estas líneas, la noticia de su partida que publiqué ayer en mi muro de Facebook tiene 8653 reacciones, todas positivas. Y se siguen recibiendo más y más a cada minuto. (Actualización: 9188, el 3 octubre a las 8:44 horas)
   A los cubanos, donde quiera que vivan, les ha impactado su desaparición y han querido expresarlo en miles de cálidos mensajes. Quieren que se sepa públicamente que se acordaban de ella, que la respetaban y querían y que les duele mucho que la muerte, esa cabrona, se la haya llevado. Muchos resaltan su tristeza porque haya fallecido fuera de la tierra que la vio nacer y a la que entregó su arte, que se haya ido para siempre alejada del gran cariño que se ganó entre sus compatriotas a través de años de excelentes actuaciones.
   Algo parecido ocurrió semanas atrás, cuando falleció en Miami el gran actor Evelio Taillacq, otra figura muy querida.
   El cuartico estuvo igualito durante mucho tiempo, hasta que llegaron Internet, los teléfonos celulares y el cansancio generalizado de la población. La cosa se les ha complicado a los que dirigen lo que un día fue monopolio comunista de la información. Hoy ya no pueden, como hacían, planchar o ignorar a alguien que no les gusta. Aunque, por lo visto, la orientación no ha cambiado y siguen erre que erre.
   Han pasado muchas horas y hasta este momento la patética web de la TV Cubana no ha reflejado, ni siquiera con una simple nota, la desaparición de Yolanda y Evelio, dos de las más populares figuras en la historia de las pantallas cubanas. En lugar de hacerlo, dedica su espacio a hablar del endurecimiento del bloqueo norteamericano y de las actividades coyunturales del presidente ñato puesto a dedo.
   ¿Eso significa que “aquello” se va a caer pronto? No lo creo, pero es innegable que la gente ahora expresa abiertamente lo que antes se callaba, ya sea una denuncia sobre la basura que no se recoge, las terribles condiciones de un hospital o su dolor por la pérdida de un ídolo prohibido. Y eso es un síntoma de que se está resquebrajando la columna fundamental sobre la que se ha mantenido el régimen durante seis décadas: el miedo. Algo realmente esperanzador porque el día en que se pierda completamente el miedo, ay, mi hermano, ese día la llamada revolución se irá a tomar por culo.

LLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Solo la tecnologia y la informacion podra lo que otros no han podido, estoy seguro... como decia Consuelo Vidal... Tenga fe..! :)

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