En su libro “La melancolía en
tiempos de incertidumbre”, que acaba de aparecer en España, la filósofa
holandesa Joke J. Hermsen plantea argumentos que me parecen
interesantes. Podrían ser un punto de partida para que los cubanos
reflexionemos. Nosotros, que nos queremos tanto y nos creemos el ombligo
del mundo, hemos sido y seguimos siendo manipulados dentro y fuera de
la isla con conceptos tan elementales y peligrosos como patria, nación,
bandera, himno, orgullo nacional, tradición, raíces, identidad cultural,
pasado glorioso, presente de lucha, futuro luminoso, exaltación de
líderes carismáticos e intachables, etc.
No se trata de desechar todo
lo mencionado y situarnos en un cero absoluto que nos anule, sino de
ponerlo en perspectiva y analizar nuestra situación, nuestra jodida
situación, con un grado razonable de distanciamiento que nos permita, al
menos, comprender cuánto nos han trajinado y fanatizado como pueblo.
Solo así estaremos alertas para que no nos vuelvan a mangonear el día
que finalice el castrismo, el día en que llegue lo que inevitablemente debe llegar.
Hermsen dice:
"La melancolía puede ser inspiradora, pero también peligrosa. Hoy mucha gente se siente amenazada y reacciona con ira si cree que alguien ofende a sus tradiciones, su cultura y su país".
"Somos seres melancólicos por naturaleza, pero en tiempos de inquietud, este carácter melancólico se acentúa y está a merced de ser manipulado".
"Una de las peores manifestaciones de la melancolía es la nostalgia. Porque la nostalgia significa sentir dolor por una patria que no existe. Y este dolor reclama un retroceso en el tiempo que puede ser la génesis del fanatismo".
"Está en nuestra naturaleza reflexionar sobre el paso del tiempo y, en ocasiones, anhelar algo que ya no tenemos, llámese juventud, pasado, infancia, patria o lo que fuere”.
"Cada día que pasa, toma fuerza la nostalgia de un pasado glorioso que nunca existió realmente, pero que, junto con el miedo al futuro, resulta una atractiva forma de fe".
Hermsen señala que en los regímenes totalitarios no existe la diversidad y el disentimiento se paga caro. "Así que cuando vemos a un político (de una sociedad democrática) atacar la pluralidad o reemplazarla por nacionalismo u otra forma de superioridad étnica o identidad política deberíamos estar preparados para contradecir eso".
"Hay que tener cuidado cuando un líder político azuza la nostalgia en lugar de hablar de futuro. Hablar de 'vuelta a los orígenes' puede terminar en totalitarismo".
SOBRE EL LIBRO “LA MELANCOLIA EN TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE”, de Joke J. Hermsen:
Históricamente, el ser humano se ha visto dominado por la melancolía; si es reprimida, acaba manifestándose en forma de ansiedad, depresión y xenofobia... Hermsen propone que es posible entenderla y asumirla para redefinir nuestra relación con el entorno. La melancolía, uno de los sentimientos más complejos y ambivalentes, ha sido considerada de formas muy distintas a lo largo de la historia; en la Edad Media era una «enfermedad diabólica», en el Renacimiento se vinculaba con la reflexión y la sabiduría, y en el Romanticismo era una cualidad que incentivaba la creatividad y el arte.
En nuestros días, la cultura del rendimiento y competitividad a cualquier precio propicia estados de estrés, confusión y depresión, así como consecuencias políticas y culturales que nos afectan a todos. En este ensayo, lúcido y necesario, la filósofa Joke J. Hermsen muestra al ser humano como un Homo melancholicus, capaz de transformar la certeza de la pérdida y de la fugacidad del tiempo en creatividad y esperanza, pero también proclive a caer en el lado oscuro y sumirse en el miedo y la depresión.
De la mano de pensadores como Hannah Arendt, Ernst Bloch y Lou Andreas-Salomé, la autora investiga las circunstancias en las que el ser humano dispone de suficiente valor, determinación y esperanza para superar la pérdida y establecer una nueva relación con el mundo y consigo mismo.
Más info aquí: https://www.eldiario.es/…/nostalgia-reclama-retroceso-genes…
Hermsen dice:
"La melancolía puede ser inspiradora, pero también peligrosa. Hoy mucha gente se siente amenazada y reacciona con ira si cree que alguien ofende a sus tradiciones, su cultura y su país".
"Somos seres melancólicos por naturaleza, pero en tiempos de inquietud, este carácter melancólico se acentúa y está a merced de ser manipulado".
"Una de las peores manifestaciones de la melancolía es la nostalgia. Porque la nostalgia significa sentir dolor por una patria que no existe. Y este dolor reclama un retroceso en el tiempo que puede ser la génesis del fanatismo".
"Está en nuestra naturaleza reflexionar sobre el paso del tiempo y, en ocasiones, anhelar algo que ya no tenemos, llámese juventud, pasado, infancia, patria o lo que fuere”.
"Cada día que pasa, toma fuerza la nostalgia de un pasado glorioso que nunca existió realmente, pero que, junto con el miedo al futuro, resulta una atractiva forma de fe".
Hermsen señala que en los regímenes totalitarios no existe la diversidad y el disentimiento se paga caro. "Así que cuando vemos a un político (de una sociedad democrática) atacar la pluralidad o reemplazarla por nacionalismo u otra forma de superioridad étnica o identidad política deberíamos estar preparados para contradecir eso".
"Hay que tener cuidado cuando un líder político azuza la nostalgia en lugar de hablar de futuro. Hablar de 'vuelta a los orígenes' puede terminar en totalitarismo".
SOBRE EL LIBRO “LA MELANCOLIA EN TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE”, de Joke J. Hermsen:
Históricamente, el ser humano se ha visto dominado por la melancolía; si es reprimida, acaba manifestándose en forma de ansiedad, depresión y xenofobia... Hermsen propone que es posible entenderla y asumirla para redefinir nuestra relación con el entorno. La melancolía, uno de los sentimientos más complejos y ambivalentes, ha sido considerada de formas muy distintas a lo largo de la historia; en la Edad Media era una «enfermedad diabólica», en el Renacimiento se vinculaba con la reflexión y la sabiduría, y en el Romanticismo era una cualidad que incentivaba la creatividad y el arte.
En nuestros días, la cultura del rendimiento y competitividad a cualquier precio propicia estados de estrés, confusión y depresión, así como consecuencias políticas y culturales que nos afectan a todos. En este ensayo, lúcido y necesario, la filósofa Joke J. Hermsen muestra al ser humano como un Homo melancholicus, capaz de transformar la certeza de la pérdida y de la fugacidad del tiempo en creatividad y esperanza, pero también proclive a caer en el lado oscuro y sumirse en el miedo y la depresión.
De la mano de pensadores como Hannah Arendt, Ernst Bloch y Lou Andreas-Salomé, la autora investiga las circunstancias en las que el ser humano dispone de suficiente valor, determinación y esperanza para superar la pérdida y establecer una nueva relación con el mundo y consigo mismo.
Más info aquí: https://www.eldiario.es/…/nostalgia-reclama-retroceso-genes…
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