El Aparato de Propaganda del Partido Comunista de Fracasilandia, que es el que determina qué se publica y cómo en todos los medios oficialistas, cada día se parece más a su homólogo de Corea del Norte.
Ayer, 27 de julio, decidió que lo importante, lo que había que destacar en la información deportiva de la jornada, no era que Cuba obtuvo su primera medalla en la Olimpiada de Tokio, sino que el presidente barrigón felicitó al atleta que la ganó.
No fue una casualidad, sino una acción dentro de un plan establecido. Antes de su próximo viaje al infierno, Raúl El Que Manda está mandado a correr, tratando urgentemente de construirle un liderazgo a su sucesor Díaz-Canel SG. En todo caso, un liderazgo artificial, vacío de contenido, construido sobre cimientos de humo.
Qué distinto sería si el Granma, el NTV, Radio Reloj y todos sus colegas de la isla publicaran que gracias al Ñato ha llegado la libertad a Cuba, están garantizados los derechos humanos que se recogen en la Carta de la ONU y se han resuelto para siempre estos problemas: no tener un sueldo digno en una moneda que sirva para comprar, la falta de alimentos y medicinas, el déficit de viviendas dignas, los cortes de agua, los apagones y, porípallá, otros muchos desastres que hoy machacan y agobian a los cubanos de a pie.
Así sí, con hechos concretos que eliminen el lazo que aprieta el cuello de la gente, El Puesto a Dedo comenzaría a convertirse en un líder de masas. Lo demás es el cuento de la buena pipa.
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