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sábado, 3 de julio de 2021

EL ÑATO EXPLOTÓ EN EL PRIMER INNING


   El discurso que Díaz-Canel pronunció ayer, 2 de julio, en la reunión del Consejo de Ministros parece el lamento de un pitcher descontrolado al que le han hecho 5 carreras en el primer inning y está mirando ansioso hacia el banco, deseando que el manager acabe de salir a quitarle la pelota y mandarlo a las duchas.
   Sin el carisma y la elocuencia manipuladora de masas de Fidel ni la carga histórica y la autoridad militar de Raúl, sin el poder real para tomar decisiones audaces y efectivas (liberar las fuerzas productivas, por ejemplo), el presidente puesto a dedo transmitió en sus palabras su mediocridad, su pensamiento burocrático y su incapacidad total para enfrentarse a los problemas de una nación arruinada en lo financiero, destruida en lo material y desesperada y agobiada en lo humano.
    Miguel El Ñato, que ni es un líder ni es na, está metido en un pozo profundo, lidiando con la crisis económica, la pandemia que se ha desatado, la falta de alimentos, servicios y medicinas, los apagones, las inundaciones, la gente que no trabaja porque no hay incentivos, los derechos humanos y las libertades que brillan por su ausencia, el socialismo a la cubana que no funciona ni a jodía, Biden que no da muestra de querer aflojar el lazo que apretó Trump, el rechazo de la población que se burla de él llamándole Singao, la rebelión de una creciente oleada de jóvenes que se enfrentan al sistema desafiando a la represión y, para más inri, ahora le viene encima un ciclón con su estela de daños en cosechas y viviendas. Y él cree que puede salir del pozo con reuniones de dirigentes gordos, llamamientos a combatir “todo lo que frene” y a implementar las directrices del reciente congreso del PCC y exhortaciones a cumplir las 63 medidas de esto y las 43 medidas de lo otro.
   Como si las situaciones fueran las mismas que los años 60, como si él fuera Fidel o Raúl, como si los cubanos de a pie no estuvieran, como nunca antes, a punto de estallar, Díaz-Canel da muestra de que el marxismo, si es que alguna vez lo leyó, le entró por una oreja y le salió enseguida por la otra, cuando, sin hacer un análisis serio de las condiciones objetivas, afirmó en su patética y voluntarista alocución de ayer: «superamos los retos de los primeros años de la revolución, superamos el periodo especial y vamos a superar también este momento».
   En la distancia, sin tener la información de lo que se cuece en las reuniones secretas de la cúpula, no hay que ser un brillante analista político ni un experto en cubanología para predecir que los militares que realmente tienen la sartén por el mango, preocupados porque se les vaya a joder el chiringuito, ya deben estar pensando seriamente en salir del banco y caminar hasta el box para quitarle la pelota y mandar a las duchas al pitcher que pusieron para abrir el juego y explotó en el primer inning.
 
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   La información sobre el discurso del Presidente Ñato y Sin Casa se puede leer en este enlace.
 
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   PD. Si yo fuera dibujante de viñetas, pintaría al Ñato subiendo por las lomas de la Sierra Maestra rumbo al Pico Turquino, mientras empuja un armario con un elefante dentro.

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