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viernes, 14 de marzo de 2014

PONLE EL CUÑO, ES ARAGÓN

    De una forma u otra, la orquesta Aragón siempre estuvo ahí. Su música dando vueltas a mi alrededor. Acompañándome en mi largo camino hasta hoy. Ahí, cerquita, junto a mí, alegrándome la vida.
 RECUERDO Nº 1
    Las cabeceras de Esperanza y Cruces, dos municipios de la provincia de Las Villas, estaban separadas por sólo 21 kilómetros. Así que no era raro que la planta crucense CMHK La Casa Virgilio, que era local pero tenía 1000 watts de potencia, entrara bastante bien en el radiorreceptor de mi hogar esperanceño. (1)
    Yo, nacido en 1938, estaba dejando de ser un chama para convertirme en un adolescente con granitos en el rostro, interesado en las novelitas de relajo y preocupado por mantener mi pelo –sobre todo la mota a lo Tony Curtis- en su lugar a base de vaselina.
    Pues fue por entonces que supe de la existencia de una orquesta típica cienfueguera que mantenía un programa propio en La Casa Virgilio. La llamaban Aragón, me gustó cómo interpretaba los danzones y por eso me aficioné a oírla. (2)
RECUERDO Nº 2
    Cuando cursaba bachillerato en el Instituto de Santa Clara, descubrí que un boniato podía aprender más matemáticas que yo. Así que recibía clases particulares de una profesora villaclareña cuya ilusión era componer canciones e intepretarlas al piano. A su casa iba a afinarle el instrumento un músico de nombre Richard Egües que, cuando terminaba su trabajo, nos regalaba un miniconcierto que los alumnos de la profe apreciábamos porque el tipo le sabía cantidad a eso de las teclas.
    Pasó el tiempo y un día apareció la Aragón en “El show del mediodía” que yo veía en el televisor del Casino Español de mi pueblo. Y, ¡sorpresa!, resultó que el flautista era Richard, el afinador, que por lo visto también le sabía cantidad a eso de soplar y manejar las llaves y los agujeros.
RECUERDO Nº 3
    Aquellos humildes aragones que yo solía escuchar años atrás por La Casa Virgilio ya eran famosos, sonaban a toda hora en la radio donde los locutores les llamaban “los estilistas del cha cha cha” y en las vitrolas escandalosas de los bares de toda Cuba los parroquianos echaban medios para que retumbaran a to meter “toma chocolate, paga lo que debes”, “soy un tipo delicado que nací para el amor” y “nosotros, que nos queremos tanto”.
RECUERDO Nº 4
    Los 25 de diciembre de cada año, en una sociedad de recreo -posiblemente el Liceo- de un pueblecito llamado Jicotea, reventaban un gran baile que atraía a gente de todas partes. Yo no sé cómo los jicoteenses se las arreglaban pero lograban que la orquesta más célebre de Cuba, fuera a tocar allí cada Día de Navidad.
    Jicotea quedaba al lado de Esperanza. Un chofer de alquiler cobraba 10 quilos por persona para llevarnos a los muchachones esperanceños a ver tocar a la Aragón. La pensión costaba dos pesos por hombre. Mis amigos y yo siempre andábamos arrancaos así que si queríamos entrar tenía que ser sin pagar.

     Para lograrlo había dos opciones. Una era, cuando llegaba el carro de la orquesta, ponerse a cargar el contrabajo y los demás instrumentos simulan-
do ser utileros. Eso lo hacían los listos y los descarados.
    Los demás teníamos que oír la música desde la calle y esperar a que fueran las 12 y media o la 1 de la madrugada, hora en que nos dejaban pasar gratis, siempre que vistiéramos saco y corbata y fuéramos de raza blanca.
RECUERDO Nº 5
    Yo vivía en la casa de huéspedes de Teresa, encima de Las Vegas, frente por frente a Radio Progreso. Y los lunes, atravesaba Infanta y me metía en el estudio 1 de la Onda de la Alegría para participar en el aquelarre en que se convertía el programa de la Aragón. Lay dirigiendo, Pepito Palma creando los solos más exquisitos -los que no aparecían en los discos-, Richard maravillando con su flauta, Bacallao tirando pasillos increíbles, el público de pie, gritando ¡Sabrosona! y bailando junto a las lunetas ya ves cómo te silban, ya ves cómo te llevan, cachim cacham cachumba, a esa sabrosona le zumba. Y yo gozando.
RECUERDO Nº 6
    1966. Me dieron mi primera oportunidad de dirigir un programa propio en televisión. Le puse como título “Un millón de lunes” y en cuanto pude, metí a la Aragón.
    Fue el mismo año en que empecé a colaborar en la revista Cuba, escribiendo retratos de personajes de la música cubana. ¿Adivinan a quienes elegí para uno de mis primeros reportajes?
    Se llamó “Poner a bailar el trompo” y lo reproduzco a continuación, como mi modesto homenaje a la orquesta que, de una forma o de otra, siempre estuvo ahí, acompañándome y alegrándome la vida.

Si tú oyes un son sabrosón,
ponle el cuño, es Aragón.
Si tú escuchas un rico danzón.
ponle el cuño, es Aragón.
                                                 (Tema de la orquesta, 
                                                  creado por Enrique Jorrín)


PONER A BAILAR EL TROMPO
ORQUESTA ARAGÓN
por Pedraza Ginori
Fotos: Orlando García
Publicado en el número de febrero de 1967
de la revista Cuba Internacional
Páginas 58 a 65

TÍRALO POR EL BALCÓN
    Un jueves de verano, cerca de las 1:00 a.m. 2000 personas repletan una carpa-teatro en el barrio habanero de La Víbora. Hay buenas razones para irse: la madrugada ha empezado, hace mucho calor, las sillas son incómodas y por el escenario han desfilado ya los favoritos del momento –entre ellos Meme Solís y Luisa María Güell-. Sin embargo nadie se levanta. Falta el “plato fuerte”, el gran final: la Aragón.

    Aparece el animador. Con cara “de circunstancias” pide excusas al público:
    -- La Aragón no ha podido venir –dice.
    La reacción es inmediata. Todos protestan.
    -- Tíralo por el balcón –grita alguien.
    -- Pero hemos traído otra orquesta en su lugar –explica.
    -- ¡No! ¡Noooo!
    -- ¡Queremos a la Aragón!
    Antes de que aquello degenere, el animador aclara que todo ha sido una broma para dar tiempo a que se preparase la orquesta. La tensión cede. Se abre el telón y se oyen los compases del tema:
si tu escuchas un rico danzón, ponle el cuño, es Aragón.
    Estalla el aplauso. Aragón y el público se entregan a un ritual. Los músicos tocan, cantan y bailan. Los espectadores corean, dan palmadas. No se están quietos en los asientos y pasillos.
    Ocho horas después, en el taller o en la fábrica, Juan contará a Pedro:
    -- Oye, anoche Aragón estuvo en la carpa. La verdad es que esa gente son unos bárbaros.


    En este país el baile es la primera afición. “El deporte nacional” ha dicho alguien. El cubano es un trompo. El ritmo le entra por los pies. La música popular es una gran parte de la isla, un tema de todos los días. El que más y el que menos, “conoce”. Por eso llegar arriba-arriba es más que difícil. Aragón –la orquesta más popular de nuestra historia- llegó a la cúspide hace once años. Desde que se encaramó allí, no ha habido quien la baje.

COMERSE UN CAKE
    Orestes Aragón reunió a la gente y creó la orquesta. Eso fue en Cienfuegos, 1939. La gente en esa época eran: Depestre y Candelario (violines), Noelio (güiro), Varona (timbal), Rufino (piano), Loyola (flauta) y Pablito Romay (cantante) con el propio Aragón como contrabajista.

    Ensayaron en Horroutinier 149 –casa del director- y de ahí salieron a ver qué pasaba. Tocaron sus primeros bailes en la Sociedad Minerva, en el Club de Estibadores. en la cancha del frontón, en el Progresista.
    En Cienfuegos había entonces buen ambiente de fiestas. Los buenos bailadores no escaseaban: Juan Quinquín, Guananá, Salustianito, los Argumedo, Chicha. Pronto la nueva orquesta se hizo dueña de su patio. Sonaba bien y aquello se fue sabiendo.
    Un día, desde el otro extremo de Las Villas, la ciudad de Remedios los solicitó. Y allá se fueron, a tocar su primera fiesta importante. Han pasado 27 años, que son muchas malas noches para estos músicos. Pero quién se va a poner a pensar en eso ahora.

    Nosotros nos pasamos la vida trabajando. La libreta siempre está repleta de “fechas”. Martes 20 y miércoles 21: Carnavales de Sagua, jueves 22: Matanzas, viernes 23: Jovellanos, sábado 24: San Antonio de los Baños, domingo 25: Habana y Quivicán. Del baile para la carretera y de la carretera para el baile. Muchos se creen que la vida del músico es suave y “se comen un cake” con eso.

IMITAR O NO IMITAR
    Al principio la Aragón trabajó con el repertorio de las orquestas de moda en La Habana: danzones a lo Belisario López y Romeu, boleros estilo Paulina Álvarez. Cuando Antonio Arcaño y sus Maravillas crearon el llamado “ritmo nuevo” (primeros pasos del mambo), el público les respondió muy bien. Casi todas las charangas incorporaron otro elemento rítimico: la tumbadora. Llegó otra etapa. Aragón se incorporó al nuevo movimiento. En aquel tiempo tocaron los números que hacían populares Arcaño, la Ideal y Maravillas del 40.
    Imitando no se llega a ninguna parte pero, en una ciudad del interior, una orquesta desconocida no podía hacer mucho más.


    Todos en la orquesta somos bailadores. Eso nos ayuda mucho. Tenemos muchos números archivados que nunca llegaron al baile porque no los sentimos en el ensayo. Lay nunca nos impone un repertorio. Este sistema nos ha dado muy buen resultado. 


CANTICOS DE KINDERGARTEN
    En 1947, Aragón enfermó gravemente. Nunca más pudo tocar. Surgió entonces la dirección conjunta: Lay en lo musical, Varona en lo económico y Depestre como representante.
    La orquesta era conocida en muchos pueblos del interior. Gustaba. No faltaban los contratos para sábados y domingos. Pero la cosa amenazaba con no pasar de ahí. Los aragones músicos estaban obligados a realizar otros trabajos para subsistir.

Orquesta América

    Una mañana de 1949, mientras trabajaba en su casa como mecánico dental, Lay escuchaba la radio. En una emisora local habanera que apenas se captaba en Cienfuegos, descubrió algo que lo estremeció:
    -- Caballeros, hay una orquesta nueva en La Habana que es un fenómeno. Tienen que oírla.

    El fenómeno descubierto resultó ser la América. Su ritmo era cha cha cha. Cuando los demás oyeron aquello, las reacciones fueron diversas:
    -- Oye, Felo, ¡qué bueno esta eso!
    -- A mí no me gusta. Parecen canticos de kindergarten.


Rafael   Lay
     Pero Lay presintió que allí había algo. Insistió. Logró convencerles de hacer una prueba con el nuevo ritmo. Viajó a La Habana y conoció a Enrique Jorrín, creador de aquella modalidad. Le ofreció difundir sus números en provincias. Jorrín accedió. En dos noches, Lay copió 35 piezas del repertorio de la América. Y regresó a Cienfuegos.
    Noches después, “La engañadora” y “El alardoso” estaban en los atriles. Cuando Lay bajó la mano y el ensayo comenzó, Aragón tocó por primera vez el cha cha cha. Fue aquél –ellos no lo sabían- un momento importante de la música cubana.


    En la radio hacemos un programa en vivo, con público en el estudio: “La gran revista del lunes”. Nos gusta hacerlo. Radio Progreso es nuestra casa. En casi todas las emisoras de Cuba hay programas con discos de nosotros. En televisión aparecemos en el programa “Un millón de lunes” en CMQ (3). Los bailes nos roban el resto del tiempo. 

    Cuentan que Aragón le dio al cha cha cha en la misma costura desde el primer momento. Con aquello en la mano, todo fue mucho mejor. La orquesta comenzó a ganar terreno. Los exigentes orientales hicieron suyo al grupo. Oriente –sobre todo la zona de Guantánamo y Santiago- les adoptó. Esto se debió a que tocaban el cha cha cha un poco más rápido, “más alante”. A los bailadores de allí, acostumbrados al son, les resultaba más fácil de asimilar.
    Dueños absolutos de los carnavales orientales –hueso duro de roer para cualquier orquesta- Aragón buscó otras metas. Camagüey, Matanzas y Las Villas les abrieron sus puertas. No había ya fiesta importante en que no sonara. Pero de La Habana nada. Allí “el mambo estaba cuadrao”. Y La Habana era la capital, la fama.
                                                                                   Orestes Varona 

    Nos pasamos las 24 horas del día pensando en la orquesta. Eso tiene que redundar en la calidad. Aprendemos de memoria las instrumentaciones. Siempre tocamos sin papeles. Así podemos ponerle un extra a cada interpretación. Trabajamos todos los ritmos cubanos, pero nuestra base es el cha cha cha. Últimamente hemos estrenado el mozam-chá, que es una mezcla de mozambique, samba y cha cha cha. Pero no es un ritmo. Es más bien un estilo de tocar.

LOS DISCOS, UN IMPULSO
    La orquesta mantenía dos programas radiales diarios: uno en Radio Tiempo, de Cienfuegos, y el otro en La Casa Virgilio, de Cruces. Los contratos en Oriente y Camaguey aumentaban. Muchas veces no podían actuar en radio. Grabaron discos.

    -- Pero la calidad de las grabaciones era pésima. Un día, el hijo de Virgilio convenció a su padre para que nos pagase el pasaje hasta La Habana y así poder grabar buenos discos. En los Estudios Sonovox imprimimos 45 números.
    La orquesta regresó a Cienfuegos. Lay y Depestre quedaron en la capital. Con los discos bajo el brazo y la esperanza dándoles vueltas, llegaron una tarde a la Grabadora Panart.
    -- Chico, no me interesa. Yo tengo el “macho” del cha cha cha, América. Para grabarles a ustedes me tienen que poner mil pesos de garantía. 

    -- Decirme eso a mí, que nunca había visto mil “cocos” juntos –recuerda Lay.
    En la RCA Victor, al día siguiente:
    -- La orquesta suena bien. Pero no tenemos presupuesto para pagarles el viaje desde Cienfuegos. Cuando vengan a tocar cerca de La Habana, se dan un salto y graban cuatro números. Son 50 pesos por cada cara.
    -- Como en Panart nos habían pedido la garantía, yo pensé que el hombre nos estaba pidiendo 200 pesos. Cuando Depestre me explicó que nos iban a pagar por grabar, yo no lo quería creer.

    Los primeros discos que salieron a la calle dieron el impulso. “Mentiras criollas”, “Mambo mambo”, un arreglo moderno de “Tres lindas cubanas” y el número que abrió el camino, “El agua de Clavelito”, inspirado en un famoso adivino radial de entonces.
    -- “El agua de Clavelito” se convirtió en el himno de los carnavales de Santiago en 1952.
 

    La segunda grabación fue aún más productiva que la primera.
    -- De cuatro números, tres lograron ser éxitos nacionales. “Cero codazos, cero cabezazos”, “Los tamalitos de Olga” y “Pare, cochero”.

    Poco después no había una vitrola que no tuviera discos de la orquesta. Aquello se empezó a poner bueno.

    El año pasado incorporamos un violonchelo. Algunos nos preguntan por qué lo hicimos, si la orquesta sonaba bien. Es que nos redondea la cuerda. Así sonamos mejor. Lay siempre está preocupado por mejorarnos. Antes éramos siete. Ahora doce. Si seguimos así, llegaremos a ser una sinfónica.


DE BALDE MÚSICA A LAS 7

    -- La Habana era nuestro cráneo. Recuerdo que una vez vinimos al Club Intersocial, donde se celebraba la famosa “Verbena de Chocolate”. Allí estaban las catorce mejores orquestas del momento. Nos dieron un sube tremendo. Nosotros éramos unos guajiritos y estábamos tan asustados que los bailadores ni se enteraron de que habíamos actuado aquella noche.
Celso Valdés

    La primera fiesta habanera en que la Aragón se hizo sentir un poco fue una verbena en Marianao Social. Los entusiastas cienfuegueros residentes en La Habana constituían su mejor público.
    El primer programa radial de importancia fue “Fiesta en el Aire”, del Circuíto CMQ. Aportando un peso por cabeza, los músicos llenaban el tanque de gasolina y se iban todos los domingos a la transmisión.

    Un día, el director de la emisora radial Circuíto Nacional Cubano los llamó:
    -- Mire Lay, nosotros pensamos sacar un programa diario con discos de ustedes, a las siete de la noche. Sabemos que dentro de poco Aragón va a subir como la espuma. Por el momento no les vamos a pagar nada pero… 

    -- Bueno, está bien.
    En definitiva, aquello les convenía, CNC se oía en toda Cuba.
    -- Eso sí, sólo le pido una cosa: su palabra de que no se irán a otra emisora.
    -- No se preocupe. Si usted quiere mi palabra, ya la tiene. 

    El hombre sabía lo que decía. Salió el programa al aire y llegaron miles de cartas. La audición tuvo un éxito enorme. Entonces los de la emisora rival se interesaron en ellos.
    -- En Radio Progreso nos ofrecieron un contrato de exclusividad. ¡Un tiro, mulato!
    -- Sí, sí, eso está muy bien. Pero recuerden que yo empeñé mi palabra con CNC.
    -- Fíjate, Lay, Progreso se oye más.
    -- Y además nos van a pagar.
    -- Pero, es que yo llegué a un acuerdo con el hombre y…
    -- Ven acá, ¿tú firmaste algún papel?

    -- No, pero hice un compromiso.
    Fue la única vez que Rafael Lay faltó a su palabra. El 7 de agosto de 1955 comenzaron en Radio Progreso.


    El sello de la orquesta lo han creado Rafael Lay y Richard Egües con sus arreglos. Ellos escriben sin limitaciones porque saben que sus compañeros les vamos a tocar cualquier cosa por moñosa que sea, que así le decimos los músicos, moñosa, a una pieza que es enredada, difícil, pero con algo bueno adentro.

LA TOMA POR ASALTO
    Con el sueldo del programa –poco pero fijo- los aragones podían ya vivir en La Habana. Llegaba el momento de tomar la capital por asalto. Establecieron su cuartel general en una casa de huéspedes, cerca de la calle Reina.
    Los primeros tiempos, difíciles. Bailes y comida no eran muy abundantes. La nostalgia de Cienfuegos, el calor de la gente dejada atrás, pesaba mucho. Con el último timbalazo del domingo alcanzaban el ómnibus para pasar el lunes –día de descanso- con la familia.
    Desde Radio Progreso. la Aragón –ya con repertorio propio- lanzó la serie de grandes éxitos “que hicieron temblar a María Santísima”. Sus discos comenzaron a venderse como pan caliente. Llegó la oportunidad en la televisión y los “guajiritos asustados” fueron vistos. Primero en el Canal 2. Más tarde en “El Show del Mediodía” de CMQ-TV, donde les acompañó el triunfo.
    Los norteamericanos de la compañía Capitol, a caza de negocio, descubrieron que la orquesta no tenía firmada exclusividad. Les ofrecieron llevarlos a California, a grabar. Con aquella oferta, la RCA Victor reaccionó. De ahí surgió el contrato que significó la difusión internacional de sus discos.

    Aragón, el fundador, murió hace cuatro o cinco años. Nosotros le seguimos pasando una parte de nuestras entradas a la viuda. Tenemos establecido un fondo para casos de enfermedad. Antes teníamos multas pero las tuvimos que quitar porque nadie cometía faltas. Somos doce hombres sin pugnas. Nos llevamos bien. Como una familia. Bueno, como una familia que se lleve bien.
                                                                                    José "Pepito" Palma
    Cobramos todos por igual, en cooperativa. Una vez al año tenemos una reunión o congreso para analizar el trabajo realizado y determinamos la política artística y económica a seguir en los próximos meses. Usted nos ve riéndonos siempre pero en el fondo somos gente seria.

ONCE AÑOS EN EL HIT PARADE
    Desde 1955 hasta hoy, Aragón ha figurado entre los diez primeros lugares del hit parade –caso posiblemente único en el mundo-.
Es casi imposible enumerar todos los éxitos con los que la orquesta ha puesto a bailar el trompo. (4)

Primero:
    “El agua de Clavelito”    “Cero codazos, cero cabezazos”
“Tres lindas cubanas”    “Mentiras criollas”    “Pare, cochero”    “Nosotros”
    “No me molesto”    “Suavecito”    “Cachita”    “Esperanza”
“Señor Juez”    “Sabrosona”    “El bodeguero”     “Bombón Cha”
    “El trago”    “Tengo una muñeca”    “Desconsiderada”.

Después:
    “No te vuelvas loco”    “Le dije a una rosa”    “La muela”
        “Naranjo y Lucas”    “Sepárala  también”    “Me voy para la luna”
            “Yo no bailo con Juana”    “La reina Isabel”

En los últimos tiempos:
        “El paso de Encarnación”    “El Cuini tiene bandera”
“Yo no me lo robé, vigilante”    “Tremendo punto”     “Jardinero del amor”
     “Felicidades, Gladys”    “Arrímate pacá”

Últimas grabaciones en Cuba: 
“Caserita villareña”    “La calle 23”
        “Besito con Mozam-chá”    "Nuestras penas”

    En el extranjero, han realizado recientemente dos grabaciones en Francia (compañía Pathe-Marconi) y una en México.
 

    El triunfo de Aragón no se ha limitado a nuestras fronteras. A través de los discos y en presentaciones personales, la orquesta se ha hecho sentir en el exterior. La primera gira, en 1955, fue a Panamá. Después, Venezuela y Guatemala.
    -- A Miami íbamos a tocar una vez al mes. En nueva York estuvimos seis veces tocando en el Palladium, las Montañas y el teatro Puerto Rico. También trabajamos en Los Angeles.
    En 1965, formaron parte del espectáculo “Gran Music Hall de Cuba” que, durante cuatro meses, viajó por Francia, Polonia, RDA y la URSS.
    -- En todas partes gustamos mucho, ésa es la verdad. Pero donde con mayor entusiasmo nos acogieron fue en París –teatro Olympia y cabaret Zamba- y en la Unión Soviética –Leningrado, Jarkov, Kiev y Moscú-.
    -- ¿Tú sabes lo que es estar en Europa, a miles de millas de aquí, y sentir una voz en el público que en español chapurreado te pide “Por favor, toquen “La reina Isabel”? ¡Muchacho, se te ponen los pelos de punta!

 
    Lo de la Aragón –la alegría- no tiene para cuando acabarse. (5)


RECUADRO 1
LOS ARAGONES DE 1966: 
Rafael Lay (director, arreglista, compositor, violinista, cantante)
  Richard Egües (flautista, arreglista, compositor)

    Celso Valdés (violinista)
      Dagoberto González (violinista)

         Tomás Valdés (violonchelista, bailarín)
          José Palma (pianista)
            José Beltrán (contrabajista)
              Orestes Varona (timbalero)

                Guido Sarría (tumbador)
                   Francisco Arbolaez (güirista)
                     Rafael Bacallao (cantante, bailarín)
                       José Antonio Olmos (cantante)

Cuatro al azar, para ver los matices:

    Lay, 39 años. Entró en la orquesta a los 13. Vive en un onceno piso, Vedado. Alumno actual del Conservatorio Caturla. Sus cuatro hijos también. Compositor de “Cero codazos”  y “Sí, envidia”.
    -- Estudio música para llevar los temas populares cubanos a orquesta sinfónica.

    Guido, estatura: seis pies. Vive en La Habana Vieja. 

    -- Fui obrero jabonero. Ahora soy obrero de la tumbadora. Tengo catorce hijos. No recuerdo bien cuántos varones y cuántas hembras. Lo que más me impresionó en Europa fue el desfile del 7 de noviembre en Leningrado. No me acostumbré a la nieve. Me caí tres veces.

    Bacallao, 31 años. Técnico en acumuladores. Casado. Le dicen “Papín”.
    -- Cuando vivía en Cienfuegos, me sabía el repertorio de todos los cntantes de moda. Decían que yo estaba loco. Vivo cerca de una funeraria. Mi pasatiempo es conversar allí con los amigos. A veces, cuando hay mucho trabajo en la funeraria, doy mi manito y ayudo a cargar a alguien.

    Richard, toca cinco instrumentos. Hijo y padre de músicos. Doce años con Aragón. Para muchos, el mejor flautista que ha existido en nuestra música popular. Autor de “El bodeguero” y “El Cuini”. Coautor de “Sabrosona” y “Bombón Cha”.
    -- Me llamo Eduardo. Me dicen Richard porque de chiquito daba saltos imitando a Richard Talmadge, un actor de cine. He tocado con sinfónicas. Algún día terminaré un concierto para flauta y orquesta. Cuando voy de gira llevo de todo: ventilador, capa de agua, despertador, lámpara de noche. Hay que ser organizado. Lo que más me gusta en la vida es tocar la flauta.
    Nancy Morejón escribió “Richard trajo su flauta”:

los orishas oscilaban tranquilos alrededor de los dedos
los dedos de la mano derecha disminuían el ritmo
lentamente
el esperado trae su flauta
todos pedíamos la presencia alrededor de la mesa caoba
el oro del hogar se derrumbó sobre sus hombros
misteriosamente
maravilloso estar entre nosotros Richard
con esa flauta sola

RECUADRO 2
EL ENSAYO
    El lunes por la noche, tras la transmisión, los aragones se esconden en un estudio de Radio Progreso y ensayan.
    -- Bueno, caballeros, vamos a darle al Don José este. Arrancamos con cha cha cha y en la segunda parte cambiamos para mozam-cha. Viene.
    Y “Mire, Don José” suena por primera vez. Hay mucha concentración. Se producen las interrupciones. Lay, que ha escrito esta instrumentación, se olvida de la partitura y explica gráficamente:
    -- Mira -dirigiéndose al contrabajista-, fíjate, es así: cu cu cum. Y mientras tú haces eso, el ritmo va marcando pa, pa, papa. Esto no es nada, señores. Vamos de arriba.
    El número va cogiendo cuerpo. Richard sugiere un efecto extraño: un corte de batería en el mismo final.
    -- La está poniendo dura –comenta un violinista.
    -- Aguanta un poco la mano, viejo –sonríe Guido, el tumbador.
    -- Oye, Richard, ¿tú crees que eso caiga bien? –duda el director.
    -- Claro que sí. Nosotros seguimos tocando y el ritmo se detiene.
   -- Es que está difícil ese corte. Fíjate que la batería no tiene de dónde agarrarse.
    -- Sí, ya lo sé. Pero si sale bien, el público dirá: “Eso sólo lo puede hacer Aragón”.
    Parece tener toda la lógica. Deciden probar. Tocan los últimos compases de “Mire, Don José”, esta vez poniendo en práctica la idea del flautista.
    -- Chico, esto está muy duro para los bailadores. Corremos el riesgo de que el número vaya abajo en el final.
    -- Está bien. Vamos a hacerlo como está en el papel.
    Y Richard parece convencido.


    Al rato, en el descanso, entre cigarros encendidos, aparecen los cuentos. Se recuerda el viaje por Europa. Leningrado, “donde nos dieron un aplauso tremendo. Ya estábamos en el camerino y tuvimos que regresar y tocar otro número más”. Se bromea con el miedo de Egües a los accidentes de tránsito. Bacallao aprovecha para salir un momento. Alguien dice que debían apodarle “Mr. Ron”.

    Ya entonces el ambiente es de risa abierta. Surgen los cuentos de borrachos. El del compositor que bebía tanto que un día llegó al delirium tremens. Se fue a su casa y al abrir la puerta vio al diablo sentado en la sala. Decidió tomar un baño a ver si se le pasaba. Cuando entró en la ducha, Superman se le apareció y se bañó junto con él.
    Al reanudarse el ensayo tocan “Mire, Don José” completo. El nuevo número está vencido, “queridito”. El pianista Palma cruza las piernas despreocupadamente. Los violinistas no miran las particellas. Todos se mueven en sus asientos y sonríen. Una vez más, el gusto es de ellos. (6)

 
                          La magnífica secuencia del fotógrafo Orlando García,
                          en la que captó el mejor ejemplo de la alegría cubana:
                                            el solo de baile de Felo Bacallao.

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N   O   T   A   S

(1)   Hablando de la CMHK de la Casa Virgiio, me he acordado del impacto que causaba entre los niños de mi pueblo el programa del Rey Mago Africano, un supuesto Baltasar que contaba historias por la emisora de Cruces cuando se acercaba el fin de año. Existía la creencia de que si un chama le dirigía una carta pidiendo un juguete y el africano la leía por radio, era casi seguro que los magos de Oriente le complacieran el 6 de enero.

(2)   Estamos hablando de mi época de radioyente vicioso, finales de la década del 40 y principios de los 50. Además de “Ángeles de la calle”, “Jackie el pecoso”, “Leonardo Moncada” y cuanta aventura se me ponía por delante, también tenía tiempo para escuchar música en grandes cantidades. En mi memoria todo se junta en un revolico en que no es posible determinar con exactitud las fechas exactas. Pero me veo cautivo, sentado junto al radio oyendo cada domingo a la 1 “La pausa que refresca” con la Riverside, Peruchín, Tito Gómez y Alba Marina. La tira diaria de Los Tres Grandes (Arsenio, Arcaño y Melodías del 40) por Radio Salas, que se captaba mal pero se captaba. El programa de música americana de la villaclareña CMHW, a las 5 y media, con el rock and roll, Glenn Miller y Doris Day.

La América y su cha cha cha a las 6 de la tarde por una planta de la que no recuerdo el nombre (¿Unión Radio?). En Progreso la Discoteca Popular, la Sonora Matancera en “Alegrías de Hatuey” y al rato los Hermanos Castro con Carlos Díaz. Chepin Choven en la Cadena Oriental de Radio. Por una emisorita de Cienfuegos, emitía un tal Charles Pedraza que me descubrió, a pesar de la maldita estática, que había una música extraordinaria llamada jazz. En CMQ, el conjunto Casino en “El Gran Show de la Mañana” y un montón de orquestas, a media hora por cabeza, en un desfile titulado “Fiesta en el aire” que ocupaba toda la tarde dominical. Y por la noche, a las 8, la cerveza Cristal presentaba a Benny Moré y su Banda Gigante y a las 9 y media Trinidad y Hermano a Cascarita. Y “De fiesta con Bacardí” con Luis Carbonell recitando sus estampas en La Habana para que yo me ríera a carcajadas en Esperanza. Si, doy fe, la radio puede ser un vicio.

(3)   Es curioso como Rafael Lay, quien da el testimonio en este párrafo, sigue llamándole CMQ en 1966, a pesar de que hacía años le habían cambiado el nombre por el de Televisión Nacional Canal 6.

(4)   Aunque no están reflejadas en el reportaje, creo que deben aparacer aquí también estas otras piezas que fueron jonrones indiscutibles de la Aragón:
   “Caimitillo y Marañón” (que incluía el bolero “Cobarde” cantado por Felo Bacallao), “Amor ciego” (con la voz de Fernando Álvarez), “Calculadora”, “Calle 22”, “Cero penas”, “Clavelitos”, “Mi escapulario”, "Dulce guayaba", “El organillero”, “Cuatro vidas”, “El baile suavito”, “Sí, envidia”, “Guajira con tumbao”, “La cantina”, “No me vengas con cuento”, “Noche azul”, “Picando de vicio”, “Por esta adoración”, "Voy a hablar con tu papá", “Chaleco”, “Chaonda”, "Los pescadores de Varadero", “Sin clave y bongó no hay son”, “Que tenga sabor”. ”Ritmo de azúcar”, “Silencio”, “Ven, morena”, “Vida, te adoro”, “Pregúntame cómo estoy”, “Pituka la bella”, “Persistiré” y “Son al son” (éstas dos últimas con la voz solista de Elena Burke).

   A lo anterior, hay que sumar la importante labor en la difusión de danzones que llevó a cabo la orquesta, colando en las preferencias del público obras como “Unión Cienfueguera” (que hizo popular aquel estribillo que decía “sóbalo que sóbalo ya”), “Qué bien estamos”, “Recreo Estudiantil”, “Osiris”, “Mario, Nick y Humberto”, “Isora Club”, “El niche” (con el coro ajá viví), “Angoa”, “Isora Club", "Avenida 486” y reviviendo para las nuevas generaciones hitos tradicionales como "Almendra", "Fefita", "La Gioconda" y "El cadete constitucional".
   No es posible hallar en la historia musical cubana una agrupación que haya pegado tantos palos de manera consecutiva, que haya gustado tanto a todo el mundo, que fuera tan querida como la Aragón de los años 50, 60 y 70.


(5)   Hoy en día, 47 años después de que Cuba Internacional publicase este material y cuando la orquesta cumple su 75 aniversario de fundada, la Aragón sigue en activo y en primera línea, llevando sus éxitos de siempre y su nuevo repertorio a audiencias de todos los continentes.

   Como es natural, ha habido un relevo en la formación. Desde 1984 la dirige Rafael Lay hijo. Él y sus compañeros aragones de ahora, herederos artísticos de aquellos legendarios músicos de los que hablamos en esta crónica, han sabido mantener lo más importante del fenómeno musical y sociológico que ha constituído la Aragón: su esencia. Gracias, muchas gracias por ello.
 
(6)   A aquellos de mis lectores que quieran ver en acción a la orquesta, les remitiré a algunas grabaciones de vídeo, tomadas de programas de Televisión Cubana, disponibles en Youtube.

   En la primera de ellas, se puede escuchar el tema de la Aragón y a continuación "Arrímate pacá", del autor Juanito Márquez.
Orquesta Aragón > Tema de la orquesta y "Arrímate pacá"
 

   En la siguiente, obra con música y letra de Pedro Aranzola, pueden disfrutar de la interacción perfecta entre la flauta de Richard y el baile de Bacallao:
Orquesta Aragón > "Los problemas de Atilana"

   La tercera toma como referencia el pregón de un dulcero. Autor: Emiliano Ponciano.
Orquesta Aragón > Caserita villareña" 

   Y por último, otro tema creado por Juanito Márquez:
Orquesta Aragón > "Pituka, la bella" 

    Y como contra, me he permitido añadir una foto para la historia.
    La que se tomaron los aragones con Benny Moré,
    un día en que coincidieron en un estudio de televisión habanero.

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LES  INVITO A LEER LAS SIGUIENTES PIEZAS DE ESTE BLOG.
ÉSTOS SON SUS ENLACES:

El Blog de Pedraza Ginori > ATRAPADO EN EL ÁLBUM DE CUBA 

El Blog de Pedraza Ginori > JUNTOS A LAS 9, A LA HORA DEL CAÑONAZO

El Blog de Pedraza Ginori > VIDEO TAPE TUVO SU COSA, TUVO ESPINA Y TUVO ROSA 
 
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 La empresa norteamericana Create Space / Amazon ha publicado,
en formato papel, mis dos libros "Pedraza Ginori Memorias Cubanas".
Sus páginas son un compendio de mis experiencias y mis circunstancias, vividas en el mundo de la televisión, los espectáculos, la creación musical,

la radio, la publicidad y la prensa.
Los dos volúmenes recogen, en clave autobiográfica, sucesos, “batallitas”, semblanzas, anécdotas y reflexiones personales.
El Libro 1, “Eugenito quiere televisión”, tiene 342 páginas. 

El Libro 2, "Quietecito no va conmigo", 362 páginas.
Ambos están a la venta en las webs
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5 comentarios:

  1. Gracias por este blog. Es un lujo andar por él.

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  2. Como nunca he tenido nexos con nada relacionado con la Radio y la TV, , los trabajos y escritos de YIN me parecen estupendos, entre otras cosas, porque me entero de temas y anécdotas totalmente desconocidos para mi. Yo leo y disfruto todo lo que él escribe y comenta.

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  3. Buenisimo y merecidisimo homenaje a los Estilistas del cha cha cha, hay cosas que sabia y algunas me desayuno con ellas. Esta tan bien narrado y detallado que parece un documental de cine, yo oia las voces de ellos hablando me gustò mucho. Ah no se si fue en un programa tuyo si se que fue al mediodia, que la Aragon en pleno verano estrenò AJÀ VIVÌ, con las D aida y fue otro bum mas, pues estuvo mucho tiempo entre los preferidos, claro Arrimate pa cà fue algo fuera de serie ya en los 60s pues hubo que cambiar algo de la letra no recuerdo porque. Ginori eres una verdadera enciclopedia.

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  4. Muy buena información. Hermano, quería preguntarte sobre un tema: EL PASO DE ENCARNACIÓN. Yo tenía entendido que era de Richard Egües, pero en una producción reciente leo que sus autores supuestamente fueron Pedro Pablo Aranzola Mesa y Manuel López Quiroga. ¿Me podrías aclarar esa duda?

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  5. Es un blog fuera de serie y suscribo, como hijo del locutor exclusivo de la Aragón en la CMHK, Casa Virgilio "la que vende de todo y todo más barato" y amigo de Rafael Lay que fue mi padre, que todo lo dicho por Ginoris aquí es cierto, inclusive lo del Rey Mago, por cierto cuyo final fue muy triste.

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