Para todos mis compañeros operadores y técnicos,
vencedores de mil batallas libradas en la guerra del video tape
ANTES Y DESPUÉS DEL KINESCOPIO
Excepto los materiales registrados en soporte cinematográfico (películas, documentales, muñes, cortos musicales, anuncios, noticias…), en los inicios de la televisión todos los programas salían al aire en directo. Una vez emitidos, no quedaba constancia de ellos, sus imágenes y sonidos se convertían en recuerdos más o menos imprecisos, almacenados en las memorias de sus televidentes.
El primer sistema de telegrabación fue el kinescopio, desarrollado por la Eastman en 1947, que consistía en la filmación del programa. Cargada con película virgen y sincronizada con la tasa de imágenes por segundo de la tv, se colocaba una cámara de 16 ó 35 mm, frente a un monitor de video y se echaba a andar al comenzar la emisión para grabar lo que aparecía en pantalla.
La calidad que se alcanzaba era bastante pobre pero el kinescopiado cumplió un importante papel: como filme que era, permitía la edición del programa y su retransmisión cuantas veces se considerara oportunas.
En Norteamérica, el kinescopio fue usado para que las producciones televisivas realizadas en New York y otras ciudades de la costa este, se pudieran ver en la costa oeste y en otros territorios donde no se captaba la señal original.
Un beneficio que en los primeros años se consideró residual pero que con el paso del tiempo adquirió gran relevancia, es su valor documental. Gracias a los registros en kinescopios se conservan materiales de gran interés histórico y cultural. (1)
Éstas son imágenes extraídas de kinescopios filmados en CMQ TV:
Cuando aún no funcionaba su cadena nacional por conexiones directas, la emisora cubana CMQ Televisión utilizó kinescopios para filmar su programación hecha en La Habana y distribuirla en las demás provincias (2). Así, los villareños podíamos ver sus programas, que se emitían con dos semanas de retraso desde una planta instalada en las cercanías de Santa Clara.
Tras el triunfo de la revolución y la creación del Instituto Cubano de Radiodifusión se continuó utilizando el soporte kinescopio aunque con muy limitada aplicación práctica.
Esta decisión del ICR determinó que hoy podamos disfrutar de algunos “San Nicolás del Peladero”, “Detrás de la fachada”, “Guateque Palmas y Cañas” y otros espacios que se conservaron.
En 1951 comenzó en Estados Unidos la implantación del video tape, un sistema de registro en cinta magnética que ofrecía mayor nitidez en imagen y sonido que la del kinescopio y que, poco a poco, fue sustituyendo a éste en las televisoras norteamericanas. (3)
A FALTA DE CONFIRMACIÓN
La verdad es una norma consustancial a este blog -¿qué sentido tendría soltar mentiritas en una bitácora tan personal como ésta?- y por ello es mi deber aclararles que los párrafos que leerán a continuación contienen información extraída de chácharas entre cubanos, en las que muchas veces priman recuerdos confusos y comentarios sin confirmación documental. (4)
Aún sabiendo que podría contener inexactitudes, me ha parecido interesante incluir aquí el material advirtiéndoles de que el texto que vean marcado en negritas y color púrpura está pendiente de verificación.
A falta de confirmación, podríamos enunciar que la primera vez que se utilizó el video tape en Cuba fue a mediados de los años 50 cuando empresarios yanquis, interesados en ofrecerles beisbol a sus paisanos durante los meses en que recesaban las ligas mayores, se inventaron un campeonato de pelota cuyos juegos, celebrados en la isla, se registraban en video tape. Las cintas grabadas se llevaban a los EEUU para ser transmitidas allí.
Dichos empresarios estaban vinculados con los dueños de CMQ, quienes les suplían facilidades logísticas. Según he oído, a los Mestre no les interesó desarrollar el video tape en Cuba en aquel tiempo y cuando se acabó esa temporada de beisbol, los americanos recogieron sus videograbadoras y se las llevaron de regreso a su país.
No he podido determinar la fecha exacta de las primeras grabaciones profesionales en video tape realizadas en nuesto país después del triunfo de la revolución. Allá por la segunda mitad de los años 60 escuché rumores de que en el Departamento Técnico de Televisión Cubana disponían de equipos videoteperos que registraban discursos de Fidel Castro. Es posible que fuera sólo un runrún que corría por los pasillos.
Cuando comencé a dirigir, en 1966, todos los programas que se realizaban salían al aire en directo. La idea de grabar materiales en cinta de video era una quimera sin futuro definido que prometía seguir siendo una fantasía, teniendo en cuenta el distanciamiento entre los gobiernos de Washington y La Habana y el consecuente congelamiento del intercambio comercial que impedía la compra de equipos en USA.
Sin embargo, el arribo del video tape a nuestra televisión no estaba tan lejano como parecía en el 66. El gobierno revolucionario se las arregló para importar equipos.
Fuentes generalmente bien informadas me aseguran que en 1968 se recibió y se instaló un equipamiento donado por la UNESCO a través de un convenio con el Ministerio de Educación cubano. El acuerdo entre el organismo internacional y el MINED estableciá la condición de que se usara en teleclases y otros programas de carácter pedagógico. Se echó a andar un curso de entrenamiento en el que se formó a un grupo de técnicos y operadores que se encargaron de manejar las máquinas.
Los programas educacionales fueron los primeros que se hicieron pero pronto comenzaron a grabarse algunos espacios de entretenimiento que poco o nada tenían que ver con el propósito inicial. Hay quien habla de que el primer musical que se grabó, lo dirigió Ernesto Casas.
En 1969 ya existía disponible una infraestructura propia del ICR que permitía grabar y difundir programas.
Según mis reportes, el primer programa mío que se grabó en video tape fue un accidentado “Recital” que dirigí el lunes 25 de agosto de 1969 en el Estudio 1 de Mazón y San Miguel con los cantantes rumanos Ilinka Cervacev y Dan Spataru. (5)
Días después, el 5 de septiembre, grabé un especial informativo con motivo del triunfo de Cuba en el Campeonato Mundial de Beisbol Aficionado que se celebró en República Dominicana.
LOS AÑOS 70: AGÁRRENSE SI PUEDEN
A medida que transcurría la década del 70 se fue generalizando el uso del tape en nuestra tv. Los telegrabados fueron ganando cada vez más espacio en la programación, alternando con las emisiones en directo.
El Departamento de Video Tape se ubicó en un área del cuarto piso de Radiocentro, entrada por la calle M, con varios cubículos en los que se efectuaban grabaciones y ediciones.
El hecho de poder grabar los programas significó un paso de avance: abrió otras vías artísticas de expresión, modificó sustancialmente el modus operandi, nos dio la posibilidad de editar sin estar en el aire y con ello ofrecer un producto final más pulido en el que se eliminaban las limitaciones y equivocaciones del directo.
Pero a estas alturas, no he podido comprender del todo por qué el video tape, con sus innegables ventajas, se convirtió en una tortura para quienes lo usamos en sus primeros años.
Innumerables problemas impedían el desarrollo normal del trabajo. Pienso que hay que achacar esta situación a una suma de factores: deficiente organización del departamento, pobre preparación del personal, descontrol en la videoteca, mala calidad de los equipos, sobreexplotación del sistema, falta de piezas de repuesto, fallos en las comunicaciones internas, errores humanos y un etcétera en el que no puede faltar como protagonista el famoso “retorno”, mecanismo –que se tornó diabólico- diseñado para que tras la grabación de un fragmento en un cubículo del cuarto piso, el director y sus colaboradores pudieran verlo en el estudio, revisarlo y darle el visto bueno o no.
El “retorno”, fundamental para que el trabajo se realizara correctamente, o no funcionaba o lo hacía mal en un alto porcentaje de ocasiones y por su culpa iban al inodoro nuestro tiempo y nuestras neuronas.
EL 75, ANNUS HORRIBILIS
Un año representativo de la ciénaga por donde navegábamos en los 70, fue el de 1975. Cada empleado de TV Cubana que tuvo relación con el Departamento de Video Tape podría relatar sus lamentables experiencias personales. Aquí van algunas de las mías.
Allá por marzo, comenzó una especie de reparación capital del estudio 19 del Focsa. Con ese motivo, al dramático “Teatro ICR” le asignaron el 17 los sábados, domingos y lunes. Y mi musical “Juntos a las 9” pasó de transmitirse en directo los sábados a grabarse los viernes en diferentes locaciones. Maldita la hora.
“Juntos…”, que por entonces llevaba 146 emisiones empezando a las 21:00 y terminando a las 22:00, cayó enredado en la telaraña del video tape y sus desatinos y aunque me propuse seguirlo haciendo de arriba abajo, sin cortes, tal y como si estuviese saliendo al aire, rara fue la ocasión en que mis compañeros y yo nos fuimos del Focsa pocos minutos después de las 10 de la noche. Era un milagro que la grabación diera comienzo y terminara según el horario establecido.
El viernes 1 de agosto grabé un “Juntos a las 9” en el estudio 10 que puede servir de ejemplo perfecto de los problemas que sufríamos.
Desde antes de comenzar la grabación, durante los ajustes necesarios entre los equipos del estudio y los del cubículo de video tape, ya se pusieron de manifiesto las primeras dificultades. Una recreación aproximada de ellas podría ser la que hago en siguiente diálogo:
-- Video Tape, Estudio 10 llamando a Video Tape. Hola, ¿estás ahí? Hola, hola… (REPETICIÓN DE LAS MISMAS O PARECIDAS PALABRAS DURANTE 30, 40 Ó MÁS SEGUNDOS)
-- (TRAS UNA PAUSA) Dime, estudio.
-- Fulanita, por aquí estamos listos. ¿Podemos comenzar a grabar?
-- Espérate un momentico, que tengo aquí al técnico porque no me llega tu señal de audio.
-- Te la envié hace diez minutos y dijiste que la recibías correctamente.
-- Pues ahora no me llega.
-- Bueno, no importa, te la vuelvo a mandar.
-- Hazme el favor, sube un poco el nivel.
-- (AUMENTANDO EL VOLUMEN) Dime si oyes bien ahora. (PAUSA)
-- Estudio, estudio, chequea si rfgtsphsss, tyvbcccnnnzz.
-- Oye, no entiendo lo que me estás diciendo.
-- Mira, yo… (SE CORTA) sobresaturación… (VUELVE A CORTARSE) ¿Por qué no le yfgbvcccxs rqwsñkkknnnnn?
-- Fulanita, hay una interferencia.
-- Tgbnvcdeeerrfgnnn
-- (A LOS QUE ESTÁBAMOS EN LA CABINA) ¿Qué está diciendo? (GESTOS DE QUE NO SE ENTIENDE) A ver, compañerita, dime ahora, ¿qué tal recibes el audio? (PAUSA LARGA, LARGUÍSIMA) Video Tape, aquí estudio 10… ¿Estás ahí? Fulanita, Fulanitaaaaaa…
Les parecerá una exageración satírica, una situación que recordada ahora provoca risa, pero les aseguro que los tiros iban por ahí. La comunicación interna defectuosa, la mala calidad de las imágenes o del sonido, el equipo que no grababa bien, un técnico que no podía atender nuestra incidencia porque andaba resolviendo un problema similar en otro cubículo… cualquier cosa servía para que la simple grabación de un programa se convirtiera en los 70 en una verdadera hazaña laboral y tecnológica y, al mismo tiempo, en un proceso de destrucción de los nervios de los involucrados.
Aquella noche de agosto deberíamos haber terminado el “Juntos a las 9” a las 22:30. Se presentaron tantos problemas ajenos a lo puramente artístico y la grabación se demoró tanto, tantísimo, que a las 23.45 el grupo operativo (camarógrafos, sonidistas, etc.) decidió darla por terminada y marcharse del estudio 10 cuando aún faltaban 20 minutos de materiales por grabar. (5)
En aquel momento me molestó bastante que abandonaran pero más tarde me suavicé cuando ellos me explicaron que el gesto no tenía nada que ver conmigo y que se trataba de una protesta porque estaban hasta las narices de soportar, día sí y día también, situaciones como aquella.
EPISODIO 1: ESPECIAL NUEVA PROGRAMACIÓN
El viernes 21 de febrero, desde las 8:00 hasta las 13:30 horas, dirigí la grabación de un especial informativo que estaba previsto que saliese al aire una noche de la siguiente semana, en horario estelar. Tenía como objetivo anunciar a bombo y platillo la nueva programación que Televisión Cubana ofrecería a partir del 2 de marzo.
Los dirigentes del ICR intentaban dar la mayor relevancia pública a una serie de cambios que se iban a producir –sobre todo nuevos programas y modificaciones de horarios-, los que se iban a promover como un paso adelante en la calidad del servicio que nuestros canales ofrecían a los televidentes.
UN MONTÓN DE GENTE
La importancia que se le quería dar al especial estaba dada por las personas que intervinieron. Encabezados por el director general de TV Cubana, Leslie Rodríguez, asesores de programación, directores, escritores, locutores y figuras muy conocidas de la teleaudiencia, fueron convocados para que dieran la cara y afirmaran que durante meses en la tele se había hecho un gran trabajo para reorganizar y mejorar la cosa. Y que ahora ese esfuerzo comenzaría a dar frutos.
Desde marzo, los televidentes se iban a poner las botas mirando el gran salto de calidad que estaban esperando en sus pantallas.
Además de Leslie, éstos fueron los participantes:
Asesores > Blanca Díaz, José Arbesú, Marta Riera, Osvaldo Huerta, María de los Ángeles Rodríguez, Pedro Méndez, José A. Gámez y Douglas Fernández.
Escritores > Héctor Núñez, Rafael Brenes, José M. Carballido Rey y Enrique Núñez Rodríguez.
Directores > Rolando Ávalos, Jesús Cabrera y Joaquín M. Condall.
Presentadores de programas > Enrique Goizueta, Nela del Rosario, Ibrahim Aput, Aida Rodríguez, Manolo de la Rosa, Fernando Guardado, Acralys Valdés, Eduardo Riera, Dinorah del Real, Enrique Navarrete, Antonio Pera, Conchita García, Teresita Segarra y Jesús Esteban.
Otras figuras conocidas > Germán Pinelli, Nitza Villapol y los actores Enrique Molina y Luis Felipe Bagós.
MI SÁBADO DE JUNTOS A LAS 9
Por entonces, yo estaba al frente de dos espacios de frecuencia semanal que salían en directo: “Como me gusta mi campo” (que salía los jueves al mediodía) y “Juntos a las 9” (A la hora del cañonazo).
“Juntos...” me tenía ocupado todo el sábado. A las 9 de la mañana ya yo estaba en el estudio 17 del Focsa para chequear con los tramoyistas la colocación de la escenografía. A las 10 mantenía allí mismo una reunión con el equipo de iluminadores y el de coordinación en la que les informaba cómo se iba a desarrollar el programa. A las 11, la orquesta invitada tocaba algo para que los de audio la sonorizaran correctamente.
Tras una pausa para almorzar –generalmente no iba a mi casa-, a las 13:30 comenzaba el ensayo, que se extendía hasta las 17:00. Tres horas después, ya estaba de nuevo en el Focsa comprobando que todo marchase bien: llegada del personal técnico y artístico, maquillaje, peluquería, repaso del guión con los presentadores e invitados, etc.
La transmisión, en directo, se producía desde las 21:00. Una hora después terminaba, momento en que la tensión acumulada durante todo el día por un programa tan complicado como “A la hora del cañonazo” comenzaba a fluir lentamente fuera de mi cuerpo y yo me sacudía de encima las preocupaciones de un director y volvía a ser persona.
EDITANDO TODA LA MADRUGADA
Pero, la noche de aquel sábado 22 de febrero, en lugar de irme a descansar al finalizar la emisión, tuve que desplazarme hasta Radiocentro para comenzar la edición en video del especial sobre la nueva programación que había grabado en la mañana del viernes.
Era un trabajo cuidadoso y enrevesado ya que a las intervenciones de los participantes que hablaron, había que insertarles imágenes y promociones de los espacios que saldrían desde el 2 de marzo.
A las 6:05 de la mañana del domingo, tras todo un día anterior abducido por “Juntos a las 9” seguido por una pesada madrugada trabajando en un cubículo de video tape, me sentí agotado y me fui a dormir. En ese momento, habíamos logrado editar 48 de los 58 minutos que debía durar el programa.
LA SORPRESITA
El director de Televisión Cubana, los jefes de redacciones y los asesores tenían previsto visionar el programa ese lunes por la tarde. Yo disponía de un turno a las 10 de la mañana para terminar el segmento que nos faltaba.
Pero cuando llegué, descubrí que un operador –“por error”, “sin darse cuenta”, me aseguraron- había borrado la cinta que contenía todo lo editado durante la noche del sábado al domingo.
Afortunadamente, el material original, registrado en otras cintas, estaba intacto y pude rehacer la edición empezando desde el minuto cero y trabajando un montón de horas.
ESTAMOS TOMANDO MEDIDAS
No puedo afirmar que la borradera fuera el pan de cada día en el Departamento de Video Tape pero sí que se producía con cierta frecuencia. No era raro escuchar historias similares que afectaban no sólo el trabajo de los directores sino también el de todos los que habían participado en la creación de los programas.
En aquella época, la tele padecía de una tremenda falta de material (¿cuándo no?) y se había establecido como norma que las cintas magnéticas, una vez emitidas al aire, se reutilizaran regrabando sobre ellas nuevos programas.
Este sistema requería de una perfecta organización y de un cuidado exquisito a la hora de que el personal trajinara con los videocasetes. Nada de esto existía y a veces se borraban espacios que no se habían transmitido o materiales de programas que aún estaban sin editar.
Las explicaciones que se daban a estos desaguisados andaban por la onda de “fue un fallo”, “alguien se equivocó”, “estamos tomando medidas para que no vuelva a suceder”, “se le ha aplicado una sanción al compañero” y vaguedades similares que no iban a la raíz del problema: el desorden y el relajo que imperaban en aquella dependencia.
EPISODIO 2: REPITE Y PON CAMARONES
Cuatro meses después de que ocurriera lo contado arriba, en junio, volvió a ser un programa mío la víctima. Alguien borró el casete de un “Juntos a las 9” que ya estaba editado, listo para ser transmitido. Y para más inri, se cargaron también los originales con los que se había hecho la edición.
Como era la segunda vez que me ocurría algo así, me cabrée bastante y me negué a resolver el problema realizando un nuevo programa, como alguien me sugirió. La historia de esta huelguita mía ya la he contado en otra pieza. Puede leerse pulsando este enlace:
El Blog de Pedraza Ginori > MENCIONE A JUANITO HERNÁNDEZ Y VERÁ ARMARSE EL GUIRIGAY
LA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL
En diciembre de aquel año 75 de fatídica memoria, se divisó una luz al final del túnel. Con motivo de la celebración del I Congreso del Partido Comunista, comenzó a funcionar una flamante unidad de control remoto japonesa marca NEC y los equipos de grabación y edición que la complementaban. Con su puesta en funcionamiento, la televisión en colores regresó a Cuba 16 años después de que se apagara la señal del Canal 12 de Pumarejo.
Por una parte la calidad de su dotación tecnológica -adecuada para trabajos profesionales- y por otra el cuidado y hasta el mimo conque se gestionó la operación de la NEC fueron un ejemplo, establecieron una referencia de cómo había que hacer las cosas y sirvieron de punto de partida a una profunda reestructuración del Departamento de Video Tape, que mejoró –lentamente, todo hay que decirlo- su manera de funcionar.
En los años 80, la gran mayoría de las dificultades técnicas y organizativas se habían atenuado o desaparecido y uno podía grabar y editar con tranquilidad, preocupándose sólo por los aspectos artísticos.
ESPINAS Y ROSAS
Haciendo recuento, para mí el video tape fue una mescolanza de malos y buenos momentos, una combinación de salao con dulce.
Me dejó recuerdos que hace tiempo debí olvidar pero aún siguen presentes en mi memoria: las horas que trabajé de más por causas que no me eran imputables, las luchas que cogí, las tensiones que sufrí, las neuronas que me dejé por su culpa. Aunque si vamos a mencionar la palabra culpa, al video tape como tal no le puedo achacar alguna. Él era sólo un conjunto de elementos de tecnología y no era responsable en absoluto de la manera caótica conque lo gestionaron en sus primeros años.
En el lado positivo, amplió mis horizontes creativos al poner en mis manos sus posibilidades de edición y posprodución y me permitió hacer algunos de los programas de cuya realización me siento más satisfecho, como el primer “Siempre es 26”, “Yo también soy joven”, “Todas las Mirtas”, “Bailar el amor” (con Rebeca y Miguel Ángel), los especiales de Marta Valdés ("Hagamos la canción") y el Conjunto Folclórico Nacional, “Por la carretera” (con Amaury Pérez Vidal), “Esta noche viene el Musical”, “Carmina Burana”, “La verdadera historia de Pedro Navaja”…
Gracias al kinescopio podemos hoy disfrutar del arte de uno de nuestros
Excepto los materiales registrados en soporte cinematográfico (películas, documentales, muñes, cortos musicales, anuncios, noticias…), en los inicios de la televisión todos los programas salían al aire en directo. Una vez emitidos, no quedaba constancia de ellos, sus imágenes y sonidos se convertían en recuerdos más o menos imprecisos, almacenados en las memorias de sus televidentes.
El primer sistema de telegrabación fue el kinescopio, desarrollado por la Eastman en 1947, que consistía en la filmación del programa. Cargada con película virgen y sincronizada con la tasa de imágenes por segundo de la tv, se colocaba una cámara de 16 ó 35 mm, frente a un monitor de video y se echaba a andar al comenzar la emisión para grabar lo que aparecía en pantalla.
Gabinete de kinescopio, con monitor y cámara cinematográfica |
En Norteamérica, el kinescopio fue usado para que las producciones televisivas realizadas en New York y otras ciudades de la costa este, se pudieran ver en la costa oeste y en otros territorios donde no se captaba la señal original.
Un beneficio que en los primeros años se consideró residual pero que con el paso del tiempo adquirió gran relevancia, es su valor documental. Gracias a los registros en kinescopios se conservan materiales de gran interés histórico y cultural. (1)
Éstas son imágenes extraídas de kinescopios filmados en CMQ TV:
Benny Moré y su Orquesta |
Cuando aún no funcionaba su cadena nacional por conexiones directas, la emisora cubana CMQ Televisión utilizó kinescopios para filmar su programación hecha en La Habana y distribuirla en las demás provincias (2). Así, los villareños podíamos ver sus programas, que se emitían con dos semanas de retraso desde una planta instalada en las cercanías de Santa Clara.
Conjunto de Roberto Faz (Reyes, Faz y Rolito) |
Esta decisión del ICR determinó que hoy podamos disfrutar de algunos “San Nicolás del Peladero”, “Detrás de la fachada”, “Guateque Palmas y Cañas” y otros espacios que se conservaron.
Pacho Alonso y Los Bocucos (con Ibrahim Ferrer) |
Los Van Van en sus inicios (Pupy, Noroña, Formell, Changuito) |
A FALTA DE CONFIRMACIÓN
La verdad es una norma consustancial a este blog -¿qué sentido tendría soltar mentiritas en una bitácora tan personal como ésta?- y por ello es mi deber aclararles que los párrafos que leerán a continuación contienen información extraída de chácharas entre cubanos, en las que muchas veces priman recuerdos confusos y comentarios sin confirmación documental. (4)
Aún sabiendo que podría contener inexactitudes, me ha parecido interesante incluir aquí el material advirtiéndoles de que el texto que vean marcado en negritas y color púrpura está pendiente de verificación.
A falta de confirmación, podríamos enunciar que la primera vez que se utilizó el video tape en Cuba fue a mediados de los años 50 cuando empresarios yanquis, interesados en ofrecerles beisbol a sus paisanos durante los meses en que recesaban las ligas mayores, se inventaron un campeonato de pelota cuyos juegos, celebrados en la isla, se registraban en video tape. Las cintas grabadas se llevaban a los EEUU para ser transmitidas allí.
Dichos empresarios estaban vinculados con los dueños de CMQ, quienes les suplían facilidades logísticas. Según he oído, a los Mestre no les interesó desarrollar el video tape en Cuba en aquel tiempo y cuando se acabó esa temporada de beisbol, los americanos recogieron sus videograbadoras y se las llevaron de regreso a su país.
No he podido determinar la fecha exacta de las primeras grabaciones profesionales en video tape realizadas en nuesto país después del triunfo de la revolución. Allá por la segunda mitad de los años 60 escuché rumores de que en el Departamento Técnico de Televisión Cubana disponían de equipos videoteperos que registraban discursos de Fidel Castro. Es posible que fuera sólo un runrún que corría por los pasillos.
Cuando comencé a dirigir, en 1966, todos los programas que se realizaban salían al aire en directo. La idea de grabar materiales en cinta de video era una quimera sin futuro definido que prometía seguir siendo una fantasía, teniendo en cuenta el distanciamiento entre los gobiernos de Washington y La Habana y el consecuente congelamiento del intercambio comercial que impedía la compra de equipos en USA.
Sin embargo, el arribo del video tape a nuestra televisión no estaba tan lejano como parecía en el 66. El gobierno revolucionario se las arregló para importar equipos.
Fuentes generalmente bien informadas me aseguran que en 1968 se recibió y se instaló un equipamiento donado por la UNESCO a través de un convenio con el Ministerio de Educación cubano. El acuerdo entre el organismo internacional y el MINED estableciá la condición de que se usara en teleclases y otros programas de carácter pedagógico. Se echó a andar un curso de entrenamiento en el que se formó a un grupo de técnicos y operadores que se encargaron de manejar las máquinas.
Los programas educacionales fueron los primeros que se hicieron pero pronto comenzaron a grabarse algunos espacios de entretenimiento que poco o nada tenían que ver con el propósito inicial. Hay quien habla de que el primer musical que se grabó, lo dirigió Ernesto Casas.
En 1969 ya existía disponible una infraestructura propia del ICR que permitía grabar y difundir programas.
Según mis reportes, el primer programa mío que se grabó en video tape fue un accidentado “Recital” que dirigí el lunes 25 de agosto de 1969 en el Estudio 1 de Mazón y San Miguel con los cantantes rumanos Ilinka Cervacev y Dan Spataru. (5)
Días después, el 5 de septiembre, grabé un especial informativo con motivo del triunfo de Cuba en el Campeonato Mundial de Beisbol Aficionado que se celebró en República Dominicana.
LOS AÑOS 70: AGÁRRENSE SI PUEDEN
A medida que transcurría la década del 70 se fue generalizando el uso del tape en nuestra tv. Los telegrabados fueron ganando cada vez más espacio en la programación, alternando con las emisiones en directo.
El Departamento de Video Tape se ubicó en un área del cuarto piso de Radiocentro, entrada por la calle M, con varios cubículos en los que se efectuaban grabaciones y ediciones.
El hecho de poder grabar los programas significó un paso de avance: abrió otras vías artísticas de expresión, modificó sustancialmente el modus operandi, nos dio la posibilidad de editar sin estar en el aire y con ello ofrecer un producto final más pulido en el que se eliminaban las limitaciones y equivocaciones del directo.
Pero a estas alturas, no he podido comprender del todo por qué el video tape, con sus innegables ventajas, se convirtió en una tortura para quienes lo usamos en sus primeros años.
Innumerables problemas impedían el desarrollo normal del trabajo. Pienso que hay que achacar esta situación a una suma de factores: deficiente organización del departamento, pobre preparación del personal, descontrol en la videoteca, mala calidad de los equipos, sobreexplotación del sistema, falta de piezas de repuesto, fallos en las comunicaciones internas, errores humanos y un etcétera en el que no puede faltar como protagonista el famoso “retorno”, mecanismo –que se tornó diabólico- diseñado para que tras la grabación de un fragmento en un cubículo del cuarto piso, el director y sus colaboradores pudieran verlo en el estudio, revisarlo y darle el visto bueno o no.
El “retorno”, fundamental para que el trabajo se realizara correctamente, o no funcionaba o lo hacía mal en un alto porcentaje de ocasiones y por su culpa iban al inodoro nuestro tiempo y nuestras neuronas.
EL 75, ANNUS HORRIBILIS
Un año representativo de la ciénaga por donde navegábamos en los 70, fue el de 1975. Cada empleado de TV Cubana que tuvo relación con el Departamento de Video Tape podría relatar sus lamentables experiencias personales. Aquí van algunas de las mías.
Allá por marzo, comenzó una especie de reparación capital del estudio 19 del Focsa. Con ese motivo, al dramático “Teatro ICR” le asignaron el 17 los sábados, domingos y lunes. Y mi musical “Juntos a las 9” pasó de transmitirse en directo los sábados a grabarse los viernes en diferentes locaciones. Maldita la hora.
“Juntos…”, que por entonces llevaba 146 emisiones empezando a las 21:00 y terminando a las 22:00, cayó enredado en la telaraña del video tape y sus desatinos y aunque me propuse seguirlo haciendo de arriba abajo, sin cortes, tal y como si estuviese saliendo al aire, rara fue la ocasión en que mis compañeros y yo nos fuimos del Focsa pocos minutos después de las 10 de la noche. Era un milagro que la grabación diera comienzo y terminara según el horario establecido.
El viernes 1 de agosto grabé un “Juntos a las 9” en el estudio 10 que puede servir de ejemplo perfecto de los problemas que sufríamos.
Desde antes de comenzar la grabación, durante los ajustes necesarios entre los equipos del estudio y los del cubículo de video tape, ya se pusieron de manifiesto las primeras dificultades. Una recreación aproximada de ellas podría ser la que hago en siguiente diálogo:
-- Video Tape, Estudio 10 llamando a Video Tape. Hola, ¿estás ahí? Hola, hola… (REPETICIÓN DE LAS MISMAS O PARECIDAS PALABRAS DURANTE 30, 40 Ó MÁS SEGUNDOS)
-- (TRAS UNA PAUSA) Dime, estudio.
-- Fulanita, por aquí estamos listos. ¿Podemos comenzar a grabar?
-- Espérate un momentico, que tengo aquí al técnico porque no me llega tu señal de audio.
-- Te la envié hace diez minutos y dijiste que la recibías correctamente.
-- Pues ahora no me llega.
-- Bueno, no importa, te la vuelvo a mandar.
-- Hazme el favor, sube un poco el nivel.
-- (AUMENTANDO EL VOLUMEN) Dime si oyes bien ahora. (PAUSA)
-- Estudio, estudio, chequea si rfgtsphsss, tyvbcccnnnzz.
-- Oye, no entiendo lo que me estás diciendo.
-- Mira, yo… (SE CORTA) sobresaturación… (VUELVE A CORTARSE) ¿Por qué no le yfgbvcccxs rqwsñkkknnnnn?
-- Fulanita, hay una interferencia.
-- Tgbnvcdeeerrfgnnn
-- (A LOS QUE ESTÁBAMOS EN LA CABINA) ¿Qué está diciendo? (GESTOS DE QUE NO SE ENTIENDE) A ver, compañerita, dime ahora, ¿qué tal recibes el audio? (PAUSA LARGA, LARGUÍSIMA) Video Tape, aquí estudio 10… ¿Estás ahí? Fulanita, Fulanitaaaaaa…
Les parecerá una exageración satírica, una situación que recordada ahora provoca risa, pero les aseguro que los tiros iban por ahí. La comunicación interna defectuosa, la mala calidad de las imágenes o del sonido, el equipo que no grababa bien, un técnico que no podía atender nuestra incidencia porque andaba resolviendo un problema similar en otro cubículo… cualquier cosa servía para que la simple grabación de un programa se convirtiera en los 70 en una verdadera hazaña laboral y tecnológica y, al mismo tiempo, en un proceso de destrucción de los nervios de los involucrados.
Aquella noche de agosto deberíamos haber terminado el “Juntos a las 9” a las 22:30. Se presentaron tantos problemas ajenos a lo puramente artístico y la grabación se demoró tanto, tantísimo, que a las 23.45 el grupo operativo (camarógrafos, sonidistas, etc.) decidió darla por terminada y marcharse del estudio 10 cuando aún faltaban 20 minutos de materiales por grabar. (5)
En aquel momento me molestó bastante que abandonaran pero más tarde me suavicé cuando ellos me explicaron que el gesto no tenía nada que ver conmigo y que se trataba de una protesta porque estaban hasta las narices de soportar, día sí y día también, situaciones como aquella.
Magnetoscopio Sony U-Matic |
OTROS RELATOS DE 1975
EPISODIO 1: ESPECIAL NUEVA PROGRAMACIÓN
El viernes 21 de febrero, desde las 8:00 hasta las 13:30 horas, dirigí la grabación de un especial informativo que estaba previsto que saliese al aire una noche de la siguiente semana, en horario estelar. Tenía como objetivo anunciar a bombo y platillo la nueva programación que Televisión Cubana ofrecería a partir del 2 de marzo.
Los dirigentes del ICR intentaban dar la mayor relevancia pública a una serie de cambios que se iban a producir –sobre todo nuevos programas y modificaciones de horarios-, los que se iban a promover como un paso adelante en la calidad del servicio que nuestros canales ofrecían a los televidentes.
UN MONTÓN DE GENTE
La importancia que se le quería dar al especial estaba dada por las personas que intervinieron. Encabezados por el director general de TV Cubana, Leslie Rodríguez, asesores de programación, directores, escritores, locutores y figuras muy conocidas de la teleaudiencia, fueron convocados para que dieran la cara y afirmaran que durante meses en la tele se había hecho un gran trabajo para reorganizar y mejorar la cosa. Y que ahora ese esfuerzo comenzaría a dar frutos.
Desde marzo, los televidentes se iban a poner las botas mirando el gran salto de calidad que estaban esperando en sus pantallas.
Además de Leslie, éstos fueron los participantes:
Asesores > Blanca Díaz, José Arbesú, Marta Riera, Osvaldo Huerta, María de los Ángeles Rodríguez, Pedro Méndez, José A. Gámez y Douglas Fernández.
Escritores > Héctor Núñez, Rafael Brenes, José M. Carballido Rey y Enrique Núñez Rodríguez.
Directores > Rolando Ávalos, Jesús Cabrera y Joaquín M. Condall.
Presentadores de programas > Enrique Goizueta, Nela del Rosario, Ibrahim Aput, Aida Rodríguez, Manolo de la Rosa, Fernando Guardado, Acralys Valdés, Eduardo Riera, Dinorah del Real, Enrique Navarrete, Antonio Pera, Conchita García, Teresita Segarra y Jesús Esteban.
Otras figuras conocidas > Germán Pinelli, Nitza Villapol y los actores Enrique Molina y Luis Felipe Bagós.
MI SÁBADO DE JUNTOS A LAS 9
Por entonces, yo estaba al frente de dos espacios de frecuencia semanal que salían en directo: “Como me gusta mi campo” (que salía los jueves al mediodía) y “Juntos a las 9” (A la hora del cañonazo).
“Juntos...” me tenía ocupado todo el sábado. A las 9 de la mañana ya yo estaba en el estudio 17 del Focsa para chequear con los tramoyistas la colocación de la escenografía. A las 10 mantenía allí mismo una reunión con el equipo de iluminadores y el de coordinación en la que les informaba cómo se iba a desarrollar el programa. A las 11, la orquesta invitada tocaba algo para que los de audio la sonorizaran correctamente.
Tras una pausa para almorzar –generalmente no iba a mi casa-, a las 13:30 comenzaba el ensayo, que se extendía hasta las 17:00. Tres horas después, ya estaba de nuevo en el Focsa comprobando que todo marchase bien: llegada del personal técnico y artístico, maquillaje, peluquería, repaso del guión con los presentadores e invitados, etc.
La transmisión, en directo, se producía desde las 21:00. Una hora después terminaba, momento en que la tensión acumulada durante todo el día por un programa tan complicado como “A la hora del cañonazo” comenzaba a fluir lentamente fuera de mi cuerpo y yo me sacudía de encima las preocupaciones de un director y volvía a ser persona.
EDITANDO TODA LA MADRUGADA
Pero, la noche de aquel sábado 22 de febrero, en lugar de irme a descansar al finalizar la emisión, tuve que desplazarme hasta Radiocentro para comenzar la edición en video del especial sobre la nueva programación que había grabado en la mañana del viernes.
Era un trabajo cuidadoso y enrevesado ya que a las intervenciones de los participantes que hablaron, había que insertarles imágenes y promociones de los espacios que saldrían desde el 2 de marzo.
A las 6:05 de la mañana del domingo, tras todo un día anterior abducido por “Juntos a las 9” seguido por una pesada madrugada trabajando en un cubículo de video tape, me sentí agotado y me fui a dormir. En ese momento, habíamos logrado editar 48 de los 58 minutos que debía durar el programa.
LA SORPRESITA
El director de Televisión Cubana, los jefes de redacciones y los asesores tenían previsto visionar el programa ese lunes por la tarde. Yo disponía de un turno a las 10 de la mañana para terminar el segmento que nos faltaba.
Pero cuando llegué, descubrí que un operador –“por error”, “sin darse cuenta”, me aseguraron- había borrado la cinta que contenía todo lo editado durante la noche del sábado al domingo.
Afortunadamente, el material original, registrado en otras cintas, estaba intacto y pude rehacer la edición empezando desde el minuto cero y trabajando un montón de horas.
ESTAMOS TOMANDO MEDIDAS
No puedo afirmar que la borradera fuera el pan de cada día en el Departamento de Video Tape pero sí que se producía con cierta frecuencia. No era raro escuchar historias similares que afectaban no sólo el trabajo de los directores sino también el de todos los que habían participado en la creación de los programas.
En aquella época, la tele padecía de una tremenda falta de material (¿cuándo no?) y se había establecido como norma que las cintas magnéticas, una vez emitidas al aire, se reutilizaran regrabando sobre ellas nuevos programas.
Este sistema requería de una perfecta organización y de un cuidado exquisito a la hora de que el personal trajinara con los videocasetes. Nada de esto existía y a veces se borraban espacios que no se habían transmitido o materiales de programas que aún estaban sin editar.
Las explicaciones que se daban a estos desaguisados andaban por la onda de “fue un fallo”, “alguien se equivocó”, “estamos tomando medidas para que no vuelva a suceder”, “se le ha aplicado una sanción al compañero” y vaguedades similares que no iban a la raíz del problema: el desorden y el relajo que imperaban en aquella dependencia.
Otro magnetoscopio Sony (años 80) |
Cuatro meses después de que ocurriera lo contado arriba, en junio, volvió a ser un programa mío la víctima. Alguien borró el casete de un “Juntos a las 9” que ya estaba editado, listo para ser transmitido. Y para más inri, se cargaron también los originales con los que se había hecho la edición.
Como era la segunda vez que me ocurría algo así, me cabrée bastante y me negué a resolver el problema realizando un nuevo programa, como alguien me sugirió. La historia de esta huelguita mía ya la he contado en otra pieza. Puede leerse pulsando este enlace:
El Blog de Pedraza Ginori > MENCIONE A JUANITO HERNÁNDEZ Y VERÁ ARMARSE EL GUIRIGAY
LA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL
En diciembre de aquel año 75 de fatídica memoria, se divisó una luz al final del túnel. Con motivo de la celebración del I Congreso del Partido Comunista, comenzó a funcionar una flamante unidad de control remoto japonesa marca NEC y los equipos de grabación y edición que la complementaban. Con su puesta en funcionamiento, la televisión en colores regresó a Cuba 16 años después de que se apagara la señal del Canal 12 de Pumarejo.
Por una parte la calidad de su dotación tecnológica -adecuada para trabajos profesionales- y por otra el cuidado y hasta el mimo conque se gestionó la operación de la NEC fueron un ejemplo, establecieron una referencia de cómo había que hacer las cosas y sirvieron de punto de partida a una profunda reestructuración del Departamento de Video Tape, que mejoró –lentamente, todo hay que decirlo- su manera de funcionar.
En los años 80, la gran mayoría de las dificultades técnicas y organizativas se habían atenuado o desaparecido y uno podía grabar y editar con tranquilidad, preocupándose sólo por los aspectos artísticos.
ESPINAS Y ROSAS
Haciendo recuento, para mí el video tape fue una mescolanza de malos y buenos momentos, una combinación de salao con dulce.
Me dejó recuerdos que hace tiempo debí olvidar pero aún siguen presentes en mi memoria: las horas que trabajé de más por causas que no me eran imputables, las luchas que cogí, las tensiones que sufrí, las neuronas que me dejé por su culpa. Aunque si vamos a mencionar la palabra culpa, al video tape como tal no le puedo achacar alguna. Él era sólo un conjunto de elementos de tecnología y no era responsable en absoluto de la manera caótica conque lo gestionaron en sus primeros años.
En el lado positivo, amplió mis horizontes creativos al poner en mis manos sus posibilidades de edición y posprodución y me permitió hacer algunos de los programas de cuya realización me siento más satisfecho, como el primer “Siempre es 26”, “Yo también soy joven”, “Todas las Mirtas”, “Bailar el amor” (con Rebeca y Miguel Ángel), los especiales de Marta Valdés ("Hagamos la canción") y el Conjunto Folclórico Nacional, “Por la carretera” (con Amaury Pérez Vidal), “Esta noche viene el Musical”, “Carmina Burana”, “La verdadera historia de Pedro Navaja”…
Mosaico de escenas grabadas en video tape en la Plaza de la Catedral de La Habana
para mi programa "Conjunto Folclórico Nacional de Cuba".
El Teatro Musical de La Habana presentó "La verdadera historia de Pedro Navaja"
con dirección de Jesús Gregorio. Éstas son escenas de la versión grabada en tape
que yo dirigí para Televisión Cubana.
En fin, que el estribillo creado por Enrique Jorrín para explicar los altibajos de la vida me viene de perilla para cerrar esta crónica, para decir que para mí el video tape tuvo su cosa, tuvo espina y tuvo rosa.
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Gracias al kinescopio podemos hoy disfrutar del arte de uno de nuestros
más grandes actores cómicos: Enrique Arredondo.
A la izquierda lo vemos con Elena Bolaños (Chicha) interpretando al Bernabé
de
"Detrás de la fachada". A la derecha en "San Nicolás del Peladero"
con
Candita Quintana, en un diálogo típico del bufo,
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(1) A quienes se interesen por leer más detalles sobre los kinescopios, les recomiendo una interesante entrada de la Wikipedia, accesible en este enlace:
http://es.wikipedia.org/wiki/Kinescopio
(2) Nunca he oído decir que otras televisoras comerciales cubanas de los 50, como Televisión Nacional Canal 4 y Telemundo Canal 2, utilizaran kinescopios o video tape.
(3) Información sobre cintas y equipos de video tape, pulsando los siguientes vínculos:
http://es.wikipedia.org/wiki/Magnetoscopio
http://es.wikipedia.org/wiki/Videocinta
http://es.wikipedia.org/wiki/V%C3%ADdeo
(4) Aquellos a quienes nos interesa la historia de la televisión en Cuba, echamos de menos una labor de investigación, documentación y publicación seria y rigurosa sobre este interesante tema, que lleve la veracidad como estandarte.
Desgraciadamente, hay poco material disponible que esté desprovisto de parcialidad, manipulación o tintes ideológicos. Habrá que esperar a que se den las condiciones para que llegue la hora de la objetividad.
Y mientras tanto, han ido falleciendo personajes cuyos testimonios seguramente hubiesen sido de un valor inestimable, se han destruido o perdido documentos y lo aparecido sobre el tema en la prensa nacional, antes y después de 1959, duerme en los archivos de la Biblioteca Nacional, inaccesibles para el común de los mortales.
(5) Los televidentes habituales de "Juntos a las 9" se preguntarían aquella noche por qué el programa duró sólo 40 minutos. Ahora les he explicado el motivo.
(6) En el blog conté una curiosa anécdota de este “Recital”. La pueden leer aquí:
El Blog de Pedraza Ginori > TV CUBANA: DE PALITO BARQUILLERO EN 1969
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LES INVITO A LEER LAS SIGUIENTES PIEZAS DE MI BLOG.
ÉSTOS SON SUS ENLACES:
El Blog de Pedraza Ginori > LA CUBANA DE MÚSICA MODERNA, HACIENDO HISTORIA EN EL AMADEO
El Blog de Pedraza Ginori > ANECDOTARIO (4): MARÍA CERVANTES, MARIO ROMEU Y UN COMEMIERDA CON CARNÉ
El Blog de Pedraza Ginori > JUAN FORMELL, LA DEUDA QUE NUNCA SE PAGARÁ
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La empresa norteamericana Create Space / Amazon ha publicado,
en formato papel, mis dos libros "Pedraza Ginori Memorias Cubanas".
Sus páginas son un compendio de mis experiencias y mis circunstancias, vividas en el mundo de la televisión, los espectáculos, la creación musical,
la radio, la publicidad y la prensa.
Los dos volúmenes recogen, en clave autobiográfica, sucesos, “batallitas”, semblanzas, anécdotas y reflexiones personales.
El Libro 1, “Eugenito quiere televisión”, tiene 342 páginas.
El Libro 2, "Quietecito no va conmigo", 362 páginas.
Ambos están a la venta en las webs
www.createspace.com www.amazon.com www.amazon.es
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LES INVITO A LEER LAS SIGUIENTES PIEZAS DE MI BLOG.
ÉSTOS SON SUS ENLACES:
El Blog de Pedraza Ginori > LA CUBANA DE MÚSICA MODERNA, HACIENDO HISTORIA EN EL AMADEO
El Blog de Pedraza Ginori > ANECDOTARIO (4): MARÍA CERVANTES, MARIO ROMEU Y UN COMEMIERDA CON CARNÉ
El Blog de Pedraza Ginori > JUAN FORMELL, LA DEUDA QUE NUNCA SE PAGARÁ
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La empresa norteamericana Create Space / Amazon ha publicado,
en formato papel, mis dos libros "Pedraza Ginori Memorias Cubanas".
Sus páginas son un compendio de mis experiencias y mis circunstancias, vividas en el mundo de la televisión, los espectáculos, la creación musical,
la radio, la publicidad y la prensa.
Los dos volúmenes recogen, en clave autobiográfica, sucesos, “batallitas”, semblanzas, anécdotas y reflexiones personales.
El Libro 1, “Eugenito quiere televisión”, tiene 342 páginas.
El Libro 2, "Quietecito no va conmigo", 362 páginas.
Ambos están a la venta en las webs
www.createspace.com www.amazon.com www.amazon.es
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Estimado Ginori, Una vez más me complace comentar aqui que sus vivencias, anécdotas y más importante, la forma amena en la que describe las interioridades técnicas de ese mundo fascinante de la Televisión (que a mi juicio mantuvo en Cuba en los 60-70 gracias a la calidad humana de los involucrados el nivel de calidad que le antecedía como uno de los pioneros en el mundo) resultan una apasionante lectura para aquellos que "crecimos con la television". Ciertamente recuerdo que la re-introducción del video tape en los 60s tenia que ver mas con la educación que con la programacíón en si. Empezaba la secundaria en 1967 y en cada aula se instalaron unos televisores, creo que alemanes, de 17 pulgadas cuya marca era Starsfust o algo así; y todos los dias nos ponian clases que eran transmitidas a un horario determinado; pero que se veian que eran grabadas en video tape. En primer lugar, el video tape de aquellos dias siempre se veia en el televisor con una franja en el borde inferior que vibraba y cada cierto tiempo toda la imagen oscilaba por unos segundos y el audio "se iba de revolución", como en un disco que se tocara en menos revoluciones. El padre de un compañero de escuela era un director en la TV y ante mi pregunta de por qué pasaba eso me dijo que era debido a fluctuaciones del voltaje en la planta de television que eran tan numerosas y el equipo tan sensible que era imposible eliminarlas. Tambien recuerdo que aun en aquella epoca los kinescopios eran muy frecuentes, no solo en la retransmission de los actos politicos, sino cuando se hacian aquellos musicales de fin de año, imagino que porque los músicos y artistas tenian compromisos para esa noche que no permitian hacer esos programas en vivo. Y algunos drámaticos también. Es una suerte que muchos programas o apariciones de artistas de aquella epoca solo se preservan por haberse realizado esos kinescopios. Así todo cuando uno vuelve sobre los recuerdos y trata de encontrar alguna imagen de un programa o determinado artista muchas veces no existe y es realmente una pena. Muchas gracias nuevamente pues sus investigaciones y recuentos sobre el tema llenan en gran parte ese vacío
ResponderEliminarEstimado "Anónimo": Muchas gracias por sus amables palabras. Me gustaría que fuésemos amigos en Facebook. Si le apetece, envíeme un mensaje por esa vía diciéndome en qué zona de Canadá usted reside. Yo aparezco en Facebook con el nombre "Yin Pedraza Ginori". Saludos cordiales. Y i n
EliminarGracias a usted por la invitación, le dejé un mensaje en su página de Facebook.
ResponderEliminarMuchos saludos
Tu entrada, querido y amirado amigo, me da esperanzas de ver algun dia, si yo no estoy pues que mis hijos, mis amigos...el que quiera pueda ver aquellos grandes teatros ICR, Comedias del Domingo, los grandes shows de Condall, Rifat, ...y los tuyos por supuesto...Espero que la 'mala' costumbre del cubano en tiempo de revolucion de esconder cositas de las empresas estatales, haga posible que sigan apareciendo en youtube y otros lugares, viejos programas de tv que son un tesoro para los coleccionistas. Un abrazo!
ResponderEliminarAhora un tiempo mas tarde relei esto y recuerdo que el prograna de Rosita Fornes "De Repente en TV" se hacia y filmaba una semana antes de su emision.El publico entraba al estudio veia lo que se emita para todo el pais por la television y despues en vivo asistia a la grabacion ...asi que para mi era mejor pues tenia que ir a los estudios del Docsa cada 15 dias y no me perdia mi programa preferido.
ResponderEliminarNunca es tarde, si la dicha es buena y es reciente que tropece con este blog, no se ni como, buscando informacion sobre nuestra musica, nuestros artistas o nuestra TV, ni recuerdo como, lo importante es que vi el blog y la personalidad que lo escribia y todo comenzo. Gracias Pedraza Ginori por este regalo. Ya pegue un link y mi recomendacion en mi FB para deleite de cualquier otro compatriota que, como yo, ande a la caza de nuestra historia cultural y en busca de revivir recuerdos.
ResponderEliminarDetras de la fachada fue lo maximo, especialmente al comienzo cuando contaba tambien con el gran Cepero Brito. Bernabe entro despues y la Bolaños hacia de "Monga". Sin embargo, me parece que ella estuvo desde el principio. No sera que hacia pareja con Manolin Alvarez (padre) hasta que lo perdimos. Recuerdo que fue el primer gallego de San Nicolas del Peladero (el boticario), antes que Juan Carlos Romero. El restaurante recreado al principio era "La Flor del Asia" manejada por un chinito alto delgado que no recuerdo el nombre. Puede que la memoria me traicione; pero, imagenes borrosas pasan por mi mente sugiriendome estos detalles de la fachada. Del peladero estoy 100% seguro y recuerdo que el programa empezo recreando nuestra musica tradicional dejando pequeños cortes para el sketch comico que, con el tiempo, fue desplazando a la musica, casi que invirtiendo la proporcion. Quizas cuando dejaron de aparecer Barbarito Diez, Paulina Alvarez, Joseito Fernandez y el Maestro Cheo Belen.