Traductor

Páginas vistas

martes, 10 de marzo de 2015

TODAS LAS MIRTAS


Esta pieza del blog está dedicada a Mirta Medina,
la estrella cuya carrera creció mientras la mía también crecía.
A Loly Torriente, la infatigable productora.
A Miguel Ángel Masjuán, el talento en la sombra.
A Raúl de la Nuez, a Miguel Patterson, 
a Manolo Barreiro, a Carmelo Rubio,
a la gente del Carlos Marx y de TV Cubana que hizo posible
“Todas las Mirtas”,
mi programa favorito.

EN TODOS MIS FREGAOS
    No es posible, ni ético por mi parte, escribir la historia de mi carrera profesional sin mencionar a Mirta Medina. De hecho, su nombre ha aparecido en unas cuantas piezas de este blog. Revisando mi curriculo, es fácil comprobar que a lo largo de casi treinta años, no hubo fregao artístico en que yo me metiera –televisión, teatro, eventos, discos- en el que, en mayor o menor medida, ella no estuviese presente.

BUSCANDO UN HUECO
    Nos conocimos a principios de la década del 60, cuando ambos coincidimos en los primeros tiempos del grupo Teatro Musical de la Habana, que por entonces aún se llamaba Conjunto Nacional de Entretenimiento y tenía su sede en el antiguo Convento de Santa Clara, en el corazón de la Habana Vieja. (1)
    Mirta y yo conectamos desde el primer momento, quizás porque los dos teníamos unas ganas enormes de almorzarnos el mundo sin masticarlo. Ambos andábamos buscando un hueco por donde colarnos en el ambiente del espectáculo y la compañía que fundó y dirigía el comediante mexicano Alfonso Arau, un colectivo integrado por grandes profesionales -profesores y creadores-, prometía ser el sitio ideal para desarrollar nuestras potencialidades.
    Si uno fantaseaba con subirse al podio algún día, era allí donde había que plantar en aquellos momentos. Y allí estábamos ambos, cada uno en lo suyo, absorbiendo como esponjas todo el conocimiento y acumulando experiencias que de mucho nos servirían en el futuro.
    Mirta, diamante sin pulir, era una chica desenvuelta y talentosa que, desde que llegó, destacó en el grupo de proyectos personales en bruto que éramos todos los del Musical en aquellos días. En la corta distancia, su sonrisa fácil transmitía sinceridad y simpatía, para mí las bases de una facilidad especial que siempre tuvo para ganarse primero a todo el que se le acercase y más tarde al público.
    Cuando desembarcó, jovencita y vivaracha, en el TMH, cargaba en su mochila con méritos aún verdes pero muy importantes: buena voz de cantante, capacidad para aprender y fijar todo lo que le enseñasen ya fuese en una clase o en un ensayo, aptitud para bailar y actuar, madera de comediante y una determinación de trabajar y trabajar, un convencimiento de que su esfuerzo y su tenacidad serían la vía para hacer realidad su sueño de convertirse en una estrella.

EL MUSICAL, EX-ALCÁZAR, EX-ALHAMBRA
    Compartimos muchas funciones en el viejo teatro de Consulado y Virtudes que antes había sido el Alkázar y más antes aún el Alhambra. Allí, entre el sudor de los ensayos y los aplausos del público asistente, paso a paso, nuestras trayectorias comenzaron a perfilarse.
     Yo fui el asistente de dirección y el jefe de escena cuando ella fue la solista del coro femenino, -Bobby Carcassés fue el solista del masculino-, en la puesta en escena que hizo Humberto Arenal de “Mefistófeles”.
    Y también cuando ella se encargó del papel de Olga en la versión libre y acriollada de “La tía de Carlos” que escribió José Triana para que la dirigiera Francisco Morín.

    En marzo del 64 Mirta interpretó el personaje de La Becaria en “Mi solar”, el clásico de Alberto Alonso que, convertido en comedia musical, se mantuvo durante más de 80 representaciones en Consulado y Virtudes. Y en la cabina de control, detrás del gallinero, yo estuve dando las órdenes a los técnicos de luces, audio y tramoya. (2)
    En la revista de variedades musicales “Buenos días, Drácula”, el primer espectáculo que me permitieron dirigir en el escenario del TMH, incluí un segmento, tipo minirecital, con Mirta. Yo estaba convencido de que ella tenía lo que había que tener para llegar muy lejos y quise poner mi granito de arena en cuanto a su promoción. Así que mandé a construir en cartón las cinco letras de su nombre en tamaño gigante y se colocaron como única escenografía de su actuación, ocupando todo el escenario. De aquella manera al público, mientras disfrutaba, se le fijaba en la mente que ella se llamaba Mirta. Visto con la óptica actual, el recurso parece algo naif tirando pa tonto, pero esas cosas se hacían entonces. Y lo más jodido es que funcionaban.
    El jueves 31 de marzo de 1966 se estrenó en el TMH “Irma la dulce”. Arenal, que la dirigió, confió en Mirta para hacer la protagonista, compartiendo el papel de “francesa de moral altamente dudosa” con Ana Aurora Díaz. No participé en el montaje porque ya tenía mi interés puesto para el cartón de la tv pero algunas de las canciones de la obra fueron versiones al español escritas por mí.







    En mayo del 67, cuando ya había aterrizado en el ICRT, compaginé mi trabajo en la tele con la dirección de un espectáculo en el Musical. El guión era de Jesús Gregorio y se titulaba “Música para ojos y orejas”. Adivinen quién estaba en el elenco. Pues, esa misma, Mirta.

UNA TONGA DE ACTIVIDADES JUNTOS
    Después, durante casi 30 años, vinieron una tonga de actividades en las que trabajamos juntos. Programas de televisión (“Buenas tardes”, “Juntos a las 9”, “Joven Joven”…), espectáculos teatrales, un disco extended play que le produje en la EGREM, shows de variedades en el Karl Marx (“Lunes para la juventud”, “Se soltó Papillón”, “Eso que anda”…), los concursos Adolfo Guzmán de Música Cubana ICRT, canciones con letras escritas por mí para su repertorio –tanto originales como versiones en español de obras extranjeras-, en fin…
    Los triunfos ganados en el Teatro Musical dieron paso a otros que fueron conformando su carrera y afianzando su popularidad. Integrante del cuarteto Los Bucaneros, mitad del exitoso dúo Mirta y Raúl, cantante habitual del hit parade de las radios, actriz, comediante, animadora, bailarina, vedette, Girasol de Opina, discos de la EGREM, giras internacionales, estrella de “My fair lady”, “Hello Dolly” y otro montón de obras, algunas de ellas con el Conjunto Nacional de Espectáculos que dirigía Virulo…
    Una de las figuras más populares de los 70 y los 80, la vivaracha que un día traspasó las puertas del Musical en busca de su pedacito de podio, en los 90 ya había logrado ocupar su sitio en ese reducido grupo de élite que forman los artistas que son reconocidos por el público cuando se pronuncia sólo el nombre, sin necesidad de apellido.
   Recuerdo a Mirta como muy disciplinada y laboriosa, alguien que se tomaba muy en serio lo que hacía. Cuando trabajábamos juntos, yo sentía que valoraba mis opiniones y sugerencias, seguía al pie de la letra las pautas que conveniábamos y confiaba en mí. Si le decía “colócate aquí”, se colocaba exactamente allí. Se aprendía todo lo que había que aprenderse. Nunca la vi olvidarse de la letra de una canción o de un diálogo. Jamás se quejaba de tener que ensayar una y otra vez; al contrario, parecía disfrutar el hacerlo. Conocí pocos profesionales con un rigor como el de ella. Así que siempre me resultó un placer dirigirla.

NUESTRAS AVENTURAS TEATRALES
    Disfruté especialmente nuestras aventuras teatrales. En julio de 1982, en el Karl Marx me encargaron la dirección del Festival Internacional Gala 82 en el que participaron artistas de Cuba y otros países socialistas. En una de las noches hicimos un recital de Mirta que grabé en videotape y después, en septiembre, se transmitió por el Canal 6 con el título “Mirta Medina en Concierto”.
    A mediados del 86, tras mi salida del dominical “Joven Joven”, decidí que ya era hora de zafarme del compromiso de hacer programas semanales en televisión y me dediqué a crear especiales, esos que después se llamaron “unitarios”.
    Unos meses antes, en abril, Mirta como figura central y yo en el libreto y la dirección habíamos presentado en el Karl Marx, un espectáculo en el que ella dio rienda suelta a todas sus posibilidades artísticas. Lo fabricamos a mano, elaborando idea a idea, con la valiosa colaboración creativa del bailarín y coreógrafo Miguel Ángel Masjuán. Los tres le dedicamos al proyecto muchas horas de trabajo y mucho entusiasmo. Aunque parezca autobombo, es de justicia afirmar que nos quedó de rechupete. Las butacas del enorme teatro se llenaron y el público, entusiasmado, aplaudió todo lo que nosotros habíamos soñado y muchos decibelios más. (3)

DEL TEATRO A LA TV
    No hay cosa que le dé a uno más hambre de éxito que un éxito anterior. Así que, puestos y convidados, quise llevar aquel show a la tele. Pero no simplemente plantar unas cámaras y grabar una función sino trasladarlo al lenguaje televisivo, aprovechando las posibilidades de corte y edición que el videotape había puesto a nuestra disposición. Fue así como lo que en el teatro se tituló “Mirta a todo Mirta” se fue convirtiendo en el especial de TV Cubana “Todas las Mirtas”.
    No me explico todavía cómo yo logré convencer a los dirigentes de Radiocentro para hacer un programa como aquel, complicadísimo de realizar, con un plan de trabajo que establecía cuándo empezaríamos a filmar pero no tenía fecha establecida para terminar. Creo que fue la confianza que me había ganado durante 20 años y el brillito que resplandecía en mis ojos cuando argumenté mi interés en hacerlo, los que lograron que me dieran la luz verde.
    A lo largo de meses, comenzando en 1986 y terminando en el año siguiente, se fueron grabando los distintos segmentos. A veces en exteriores, otras en estudio, aquello fue saliendo.


Aquí me ven, el 22 de octubre de 1986, dirigiendo el segmento "Silencios",
que grabamos durante dos días 
en la Plaza de la Catedral y sus alrededores.
Conmigo aparecen dos excelentes profesionales,
la maquillista Manolita Fernández y el camarógrafo Agustín Ribot.

    Las dificultades fueron enormes, los obstáculos casi insuperables. Nuestra tele de los 80, ahogada por la mediocridad, la burocracia y la falta de recursos, con una capacidad de producción dejada de la mano por los de más arriba a quienes sólo le interesaba la televisión como medio de transmitir ideología, no estaba ni de lejos en condiciones de afrontar un proyecto de aquella magnitud. Sólo la persistencia nuestra, a prueba de bomba, y el empeño y la pasión que la productora Loly Torriente puso en resolver problemas, nos permitió finalizar el rodaje. Todavía nos quedaba la difícil edición en video, que se logró gracias al talento de Carmelo Rubio, que se compró el programa y lo hizo suyo. 
    No recuerdo haber visto un especial musical unitario como aquel en la tele nuestra, en el que cada fragmento fuera totalmente diferente a los demás, en el que la figura central mostrara en una hora su dominio de tantos y tan diversos campos, en el que cada minuto hubiese sido construido con tanta precisión y aliento artístico y con tanto deseo de salirse de la norma.
    La norma, todo sea dicho, era poner a actuar a un cantante, una orquesta o un ballet y colocar enfrente tres cámaras (izquierda, centro y derecha) captando lo que hacían. Y punto pelota.

   “Todas las Mirtas” se estrenó en el Canal 6 el sábado 8 de agosto de 1987, a las 21:13 horas, como parte de la programación de verano. Los que lo parimos (porque su creación fue un verdadero parto) sabíamos que le iba a gustar a la gente. Y así fue.
    Los periodistas del diario Vanguardia salieron a las calles de Santa Clara y recogieron estos testimonios:
    Rosa Mederos (profesora) > Después de Rosita Fornés, la única artista de nuestro país que puede incursionar en todos los géneros musicales y facetas se llama Mirta Medina. Es muy integral. 
    Rafael García (trabajador) > Mirta demostró lo que desde hace tiempo es, una verdadera artista, a pesar de la crítica, y no una simple cantante. 
    Addis Cordovés (estudiante) > Es notable cómo Mirta ha perfeccionado su estilo de un tiempo a esta parte. Hoy es una de nuestras mejores voces. 
    Marisol Torrado (dirigente administrativa) > Puede hacer desde un clásico hasta una canción actual. Podemos decir que es la nueva vedette. 
    Aurora Fernández (jubilada) > Muy buen programa. Mirta apretó. 
    Un redactor, que firmaba Richard, escribió en el mismo periódico villaclareño lo siguiente:
    ¿Cuáles son los motivos de esta aceptación mayoritaria. Pensamos que radica en el resultado final del producto visto en su integralidad. 
    De un lado, un director experimentado como Pedraza Ginori y por otro, una Mirta Medina que se exige diariamente y no se conforma con lo hecho, constituyen de por sí cartas de triunfo; a lo que se integra la disponibilidad de tiempo, pues no es menos cierto que las “premuras contemporáneas” lastran en muchos casos las pretensiones por buenas que éstas sean.
    Para materializar el propósito fue indispensable el trabajo de dirección que supo escoger y fusionar dentro del ampio carisma de la artista esas facetas que ofrece como reflejo de su versatilidad.
    Soledad Cruz, quien ejercía por entonces la crítica con un látigo en la mano, publicó en Juventud Rebelde del 23 de agosto del 87 un escrito titulado “Si Mirta quiere, puede” que incluía regaños a Mirta por no ser siempre la que protagonizó el programa y a mí me dedicó unos párrafos en los que, para mi sorpresa, me llevó suave. Dijo la temida señora:
    Felizmente Pedraza Ginori logró mostrar en “Todas las Mirtas” a ésa que puede ser suceso cultural en un programa bien concebido y elaborado, despojada de los elementos más superficiales de su quehacer, sin perder por ello ligereza ni prescindir de las lentejuelas, con las cuáles estoy de acuerdo siempre que tengan un valor artístico.
    Podrá haber opiniones en contra de “Todas las Mirtas”. Tal vez pudo tener un tono más contemporáneo en muchos sentidos, pero hasta los más exigentes convendrán en que el programa denotaba profesionalidad, uso valioso de las luces, escenografía y sobre todo porque enaltecía, puesto que los aprovechaba, los valores de la artista, que es lo que deben hacer siempre los buenos guionistas y directores.


    Para Mirta Medina y para mí, el programa significó un gran paso adelante en nuestras carreras.
     Desde los Guzmanes 78, 79 y 80, yo no había recibido tantos elogios y felicitaciones.
    Cuando lo veo ahora, cerca de treinta años después, no dejo de asombrarme de la perseverancia y el esfuerzo que exigió de mí y de los cojones que tuve, que todos los participantes tuvimos que echarle para no tirar la toalla ante tantos inconvenientes, escollos y problemas.
    Teniendo en cuenta el hecho de que nadie me obligó a hacerlo, ni siquiera me pidieron que lo hiciera, a la pregunta ¿por qué te metiste entre las patas de aquel caballo asustado?, respondería sin dilación “por disfrute, por placer”. Que, en un final, es la razón principal por la que se hace arte.

Para ver el programa (4) pulsar sobre el siguiente enlace:

Segmentos que aparecen en el video,
todos protagonizados por Mirta Medina, excepto el 3:
1. Soy una canción
(Música: Charlie Smalls / Letra en español: Pedraza Ginori)
2. Presentación de Mirta
Voz en off: Cepero Brito
3. Charleston para Mirta
(Música: Miguel Patterson / Letra: Pedraza Ginori)
Miguel Ángel Masjuán, Alberto Pujol y Luis Castellanos
4. El beso que no soy
(Autor: Alberto Pujol)
con Miguel Ángel Masjuán
5. Ouí Oué – Si vuelvo a amar así
(Música: Barry Manilow / Letra en español: Roberto López)
con Orquesta ICRT dirigida por Miguel Patterson,
Ballet del teatro Karl Marx y Salvador Almiral
 6. Silencios
(Autor: Rubén Blades)
con Luis Castellanos, Isabel Iñigo,
Omar Moynelo y Margarita Zequeira
 7. Cómo conocí a Albertico
con Alberto Pujol
 8. Que empiecen a hablar
(Autor: Alberto Pujol)
con Alberto Pujol
9. Él me mintió
(Autora: Amanda Miguel)
10. Toda la vida
(Autores: Lucio Dalla, L. Gómez, E. Edin)
con Orquesta Los Van Van de Juan Formell
11. Voy ahora a cantar 
(de la comedia musical “Annie get your gun”)
(Música: Irving Berlin / Letra en español: Héctor Quintero)
con Ballet del Teatro Karl Marx
 12. Las cabareteras
(del musical “Cabaret”)
(Música: John Kander / Letra en español: Héctor Quintero)
con Ballet del teatro Karl Marx
13. Vacas lecheras
(de la comedia musical cubana “De tal pedro tal astilla”)
(Autor: Tony Taño)
con Ballet del Teatro Karl Marx
14. El Pichi
(del pasatiempo cómico-lírico “Las Leandras”)
(Autor: Francisco Alonso)
Cuerpo de bailes de la Sociedad Rosalía de Castro
 con coreografía de Magali Reyes
 15. Podría yo bailar
(del musical “My fair lady”)
(Autor: Frederick Loewe / Letra en español: Héctor Quintero)
con Ballet del Teatro Karl Marx
 16. Memorias
(del musical “Cats”)
(Música: Andrew Lloyd Webber / Letra en español: Pedraza Ginori)
con Orquesta ICRT dirigida por Miguel Patterson
17. Final (Voy ahora a cantar)
con Miguel Ángel Masjuán y Ballet del teatro Karl Marx

LA FICHA
Teleprograma basado en “Mirta a todo Mirta”, espectáculo del teatro Karl Marx
Libreto y Dirección General: Pedraza Ginori
Producción: Loly Torriente
Editor/Montador de video: Carmelo Rubio
Coreografías: Miguel Ángel Masjuán (excepto en 14)
Escenografía: Raúl de la Nuez
Vestuario: Manolo Barreiro
Iluminación: Raúl Ramírez, Pedro Martínez, Fidel Piloto y Agustín Hernández Bringas
Coro del ICRT dirigido por Octavio Marín
Locutor: José A. Cepero Brito
Dirección musical: Miguel Patterson
Orquestaciones: Miguel Patterson, Tony Taño, Aneiro Taño, Jorge Aragón, Gonzalo Rubalcaba y Juan Formell
Ambientación y Utilería: Raúl de la Nuez, Guillermo Pichardo y Orlando Cruzata
Coordinadores: Juan Urquiza y Jorge Varela
Camarógrafos: A. Jiménez Catá, Heberto Pedrosa, Jorge Pérez, José Luis Jo, Francisco Anca, Tony Sánchez, René Díaz, Pérez Manso, Agustín Ribot y Hugo Valdés
Operador de audio: Dámaso Valdés
Operadores de teleimagen: Agustín Montalvo y Ángel Castellanos
Responsables de maquillaje y peluquería: Elda Morales y María Julia Cabezas
Peinados de Mirta: Ernesto Ramón
Asistente de producción: Carmen Barrios
Grabación de números musicales: Arriaga Coffigny, Pepín Carbonell y Estudios EGREM
Grabación de videotape: Elsa Montejo, Arturo Aulet y Carmen González
Musicalizador: Ramón Carvajal
Asistencia técnica: Orlando Galloso
Vestuario realizado en los talleres de TV Cubana, Teatro Karl Marx y Ministerio de Cultura
Vestuarista: Eleosilda Carballosa
Efectos especiales: Enrique Pintado y Omar Valdés
Efectos lumínicos: Rolando González, Yuri Rivero, Manuel Bravo, Santiago Laurido, Raúl Carbajo y Ariel Fernández
Editoras de audio: Marta Jiménez, Betty Franco y Farah Guerra
Responsabes de montaje escenográfico: Santiago Mederos y Tony Rodríguez
Responsable de postproducción: Emilio Martínez
Realización de imágenes de postproducción: Rafael Andrés
Créditos: Ivonne Navarro
Grabaciones realizadas en Ciudad de La Habana (Telecentro Focsa ICRT, Plaza de la Catedral, Museo de la Ciudad, Museo de Arte Colonial, Plaza de Armas, Teatro Karl Marx y Fondo de Bienes Culturales)

///////////////////////////////////////

N  O  T  A  S 

(1) En dos piezas publicadas en este blog he contado cómo en mayo de 1962 abandoné Radio Progreso Cadena Nacional para integrarme en el proyecto teatral que Alfonso Arau llevaba adelante.
Se titulan TEATRO MUSICAL DE LA HABANA (1): EN EL CONVENTO
y TEATRO MUSICAL DE LA HABANA (2): CONJUNTO NACIONAL DE ENTRETENIMIENTO 
  Se puede acceder a ellas pulsando los siguientes enlaces:

http://elblogdepedrazaginori.blogspot.com.es/2013/07/teatro-musical-de-la-habana-1-en-el.html#more

http://elblogdepedrazaginori.blogspot.com.es/2013/07/teatro-musical-de-la-habana-2-conjunto.html#more 
  A quienes no hayan leído dichas publicaciones, les resumo que la motivación que me hizo aterrizar en el conjunto teatral del mexicano, fue la búsqueda de un sedimento que necesitaba, del hervor que me faltaba.
  En La Onda de la Alegría, la más popular emisora cubana, Celestino García Suárez me había abierto la puerta y en unos meses de intenso trajín, ya yo dirigía programas musicales importantes. Cuando Arau, de cuyo espacio radial yo era director, me contó su plan del Conjunto Nacional de Entretenimiento y me invitó a irme con él, la idea me sedujo, aunque si aceptaba debía retroceder en mi status y ocupar la plaza de asistente de dirección. Visto así, no era negocio. Era cambiar la vaca por la chiva. Pero yo era muy consciente de lo que carecía, oficio y sabiduría, y de que en el Musical los podría adquirir. Así que resolví dar marcha atrás para avanzar hacia adelante.

(2) Durante las funciones del Musical, desde el micrófono instalado en la cabina yo daba las órdenes al personal utilizando una fórmula que debió habérseme ocurrido a partir de mi experiencia como director de programas en Radio Progreso. Primero un aviso: 
  -- Viene el cuadro de los abanicos. Luces, prevenido.
  Y llegado el momento, un mandato:
  -- ¡Tíralo!
  Cuando pasé a la televisión, seguí usando la fórmula. No sé si fui el inventor del “¡Tíralo!”. Lo que sé es que no recuerdo haberlo oído antes y que después se generalizó su uso, sobre todo en el personal de audio que trabajaba en eventos y espectáculos.

(3) Tras “Todas las Mirtas”, dirigí otros trabajos con Mirta. En enero/febrero de 1991 ella fue la figura central de “La Medina en concierto”, que hicimos en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba con gran éxito de público.

  En la cuenta de Youtube de Vladimir Márquez se puede ver, fragmentada en once partes, la grabación en video que dirigí para TV Cubana el 3 de febrero. El enlace del primer segmento es éste:
  La Medina en Concierto- "Soy una canción" (1/11) 
  y a partir de ahí, se pueden localizar, en la columna de la derecha. los otros diez segmentos.
  Si desean ver el programa completo, sin cortes, lo pueden hacer pulsando el siguiente vínculo:
La Medina en Concierto - en youtube.com 

  En diciembre del mismo año ella protagonizó un importante segmento de “La Movida”, programa de Televisa presentado por la mexicana Verónica Castro, que se transmitió en directo para toda América desde el cabaret Tropicana de La Habana. Yo fui el encargado del montaje artístico de todo el espectáculo con la valiosa colaboración de Amaury Pérez Vidal.
  Cuando hicimos “La Movida”, ya Mirta y yo llevábamos muchos meses inmersos en un proyecto mío que, visto sobre el papel, tenía todos los elementos para dar un palo gigantesco: una serie dramático/musical de 45 episodios que TV Cubana había aceptado producir con la idea de transmitirla en su espacio estelar de la telenovela cubana, que tenía una enorme audiencia.
  El título provisional que le pusimos fue ”Cantante” y hablaré de ella en una pieza que publicaré próximamente en este blog.

(4) En esta copia del programa –la única que, gracias al amigo Vladimir Márquez que la subió a Youtube, he podido recuperar- no está incluido un segmento que grabamos en abril de 1986 en el teatro Karl Marx, en vivo y sin cortes, durante una función del espectáculo “Mirta a todo Mirta”. Dicho fragmento formó parte de la edición final, la que se estrenó por el Canal 6 en agosto del 87.
  Era una adaptación libre que hice del paso de comedia "Mañana de sol", escrito por los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, estrenado en Madrid en 1905. Yo lo conocí gracias a la magnífica representación que hicieron los actores españoles residentes en Cuba, Antonio Palacios y su esposa María Márquez.
  El diálogo se desarrolla entre una pareja de ancianos –ella y él-, desconocidos entre sí, que se encuentran en un parque y, mientras conversan, van descubriendo que habían tenido una relación romántica cuando eran jóvenes. Ella fue interpretada por Mirta y él por Miguel Navarro, uno de los más grandes actores cubanos, quien aceptó encantado cuando le invitamos a participar.
  El segmento, de 13 minutos, está accesible pulsando el siguiente enlace: 
Todas las Mirtas - Mañana de sol (con Mirta Medina y Miguel Navarro)

/////////////////

 La empresa norteamericana Create Space / Amazon ha publicado,
en formato papel, mis dos libros "Pedraza Ginori Memorias Cubanas".
Sus páginas son un compendio de mis experiencias y mis circunstancias, vividas en el mundo de la televisión, los espectáculos, la creación musical,

la radio, la publicidad y la prensa.
Los dos volúmenes recogen, en clave autobiográfica, sucesos, “batallitas”, semblanzas, anécdotas y reflexiones personales.
El Libro 1, “Eugenito quiere televisión”, tiene 342 páginas. 

El Libro 2, "Quietecito no va conmigo", 362 páginas.
Ambos están a la venta en las webs
 www.createspace.com  www.amazon.com  www.amazon.es

/////////////////
/////////////////////////////////////////////////////////

LES INVITO A LEER LAS SIGUIENTES PIEZAS DE MI BLOG
PULSANDO SOBRE ESTOS ENLACES:




/////////////////////////////////////////////////////////

No hay comentarios:

Publicar un comentario