Esta pieza es un batiburrillo de materiales relacionados con “Joven Joven”, programa de los domingos al mediodía por el Canal 6 de Televisión Cubana. Lo creé en 1983 y durante un poco más de tres años lo dirigí, coescribí y coproduje.
Arrancamos con un dato curioso:
En sus primeros dos años y tres meses, J J salió al aire en blanco y negro. Empezó a transmitirse en color, de forma permanente, desde su emisión número 115, el domingo 30 de julio de 1985.
LOS PRIMEROS SEGUNDOS
“Joven Joven” nunca tuvo un tema musical que abriera o cerrara el programa, ni siquiera un estribillo que lo identificara. Los 59 minutos de cada domingo apenas me alcanzaban para todo lo que tenía que mostrar y una sintonía me hubiese ocupado un tiempo que yo necesitaba para otra cosa.
La introducción del programa era muy simple. Un rato antes de comenzar la transmisión se elegía a una pareja de asistentes, chica y chico, para que participaran en la presentación junto a los animadores.
Ésta era la página inicial del guión, así comenzaba el programa cada domingo:
EL LOGO
El logotipo con las letras oscilantes que se convirtió en nuestra marca fue creado por Eduardo Quintana Trenco, a quien todos le decíamos “Polo”, empleado del Departamento de Promociones y Mensajes de la TV Cubana.
Polo era un excelente diseñador gráfico e ilustrador. Le recuerdo como un muchachón buena gente que hablaba y caminaba despacio. Lamentablemente falleció en Cuba hace unos cuantos años.
CAMBIO DE PROGRAMA, CAMBIO DE TÍTULO
En marzo de 1983 cuando Nora Blanco, recién llegada al cargo de responsable de la Redacción de Musicales de Televisión, dio la luz verde a mi proyecto, ella y yo teníamos claro que se trataba de un nuevo programa que iba a reemplazar los domingos al mediodía a un tristón y agotado “Buenas Tardes” que ya no le interesaba a la teleaudiencia.
Pero algunas instancias superiores de TV Cubana no pensaban lo mismo. Para algunos funcionarios, lo que debía hacerse por el momento era transformar BT y no eliminarlo. Esto último, si se aprobaba, tenía que hacerse en el marco de un Plan General de Programación que venía estudiándose desde hacía meses y bla bla bla.
Yo había planteado un título, “Joven Joven”, y por allá arriba lo rechazaron. Y para compensarme, me sugirieron cambiar el eslogan “la hora joven” que tenía BT por el de “la hora joven joven”.
De entrada acepté. Era una batallita que no procedía librar en aquellos febriles y escasos días en que todo mi tiempo y mis esfuerzos estaban ocupados en poner a punto J J para sacarlo de correcorre el 3 de abril. Pero si en el nuevo programa todo iba a ser distinto, si queríamos romper telarañas y que los televidentes no lo identificaran con “Buenas Tardes”, no tenía sentido que se llamara igual.
Se me ocurrió un truco.
Arrancamos con un dato curioso:
En sus primeros dos años y tres meses, J J salió al aire en blanco y negro. Empezó a transmitirse en color, de forma permanente, desde su emisión número 115, el domingo 30 de julio de 1985.
“Joven Joven” nunca tuvo un tema musical que abriera o cerrara el programa, ni siquiera un estribillo que lo identificara. Los 59 minutos de cada domingo apenas me alcanzaban para todo lo que tenía que mostrar y una sintonía me hubiese ocupado un tiempo que yo necesitaba para otra cosa.
La introducción del programa era muy simple. Un rato antes de comenzar la transmisión se elegía a una pareja de asistentes, chica y chico, para que participaran en la presentación junto a los animadores.
Ésta era la página inicial del guión, así comenzaba el programa cada domingo:
EL LOGO
El logotipo con las letras oscilantes que se convirtió en nuestra marca fue creado por Eduardo Quintana Trenco, a quien todos le decíamos “Polo”, empleado del Departamento de Promociones y Mensajes de la TV Cubana.
Polo era un excelente diseñador gráfico e ilustrador. Le recuerdo como un muchachón buena gente que hablaba y caminaba despacio. Lamentablemente falleció en Cuba hace unos cuantos años.
CAMBIO DE PROGRAMA, CAMBIO DE TÍTULO
En marzo de 1983 cuando Nora Blanco, recién llegada al cargo de responsable de la Redacción de Musicales de Televisión, dio la luz verde a mi proyecto, ella y yo teníamos claro que se trataba de un nuevo programa que iba a reemplazar los domingos al mediodía a un tristón y agotado “Buenas Tardes” que ya no le interesaba a la teleaudiencia.
Pero algunas instancias superiores de TV Cubana no pensaban lo mismo. Para algunos funcionarios, lo que debía hacerse por el momento era transformar BT y no eliminarlo. Esto último, si se aprobaba, tenía que hacerse en el marco de un Plan General de Programación que venía estudiándose desde hacía meses y bla bla bla.
Yo había planteado un título, “Joven Joven”, y por allá arriba lo rechazaron. Y para compensarme, me sugirieron cambiar el eslogan “la hora joven” que tenía BT por el de “la hora joven joven”.
De entrada acepté. Era una batallita que no procedía librar en aquellos febriles y escasos días en que todo mi tiempo y mis esfuerzos estaban ocupados en poner a punto J J para sacarlo de correcorre el 3 de abril. Pero si en el nuevo programa todo iba a ser distinto, si queríamos romper telarañas y que los televidentes no lo identificaran con “Buenas Tardes”, no tenía sentido que se llamara igual.
Se me ocurrió un truco.
En la presentación de las primeras emisiones anunciábamos “Buenas Tardes, un programa joven joven”. Así se complacía a los de arriba. Y después, durante el resto del tiempo, cada vez que nos referíamos al nuevo espacio eliminábamos el “Buenas Tardes” y lo llamábamos simplemente “Joven Joven”.
La triquiñuela dio resultado. Varios domingos después ya aquello era conocido por su nuevo título y, rendidos ante la evidencia, me autorizaron a eliminar toda referencia a BT.
LA ESCENOGRAFÍA
En aquella década de los 80, el Departamento de Escenografía de TV Cubana sufría una tremenda escasez de recursos económicos y materiales. Sus diseñadores hacían lo que podían con lo poco que tenían a mano y debían exprimirse los sesos para trabajar. Por tanto, de entrada ni me planteé contar con unos decorados complicados que, por otra parte, tampoco había tiempo para construir ya que el programa iba a salir ya mismo.
Todos los estudios tenían colgadas unas grandes telas, generalmentre negras, que se usaban como aforo. Se les llamaba cicloramas. Para J J, levantamos dichos telones, permitiendo que se viera lo que había detrás.
Era una solución inusual, barata y consecuente con la idea de un programa nada convencional. Las cámaras iban a mostrarles a los televidentes las paredes desnudas, en las que destacaba una armazón de tubos por donde corrían los cables de las conexiones de audio, video e iluminación. En algunas zonas, se veían algunos backings y piezas de tramoya de otros programas que se habitualmente se almacenaban detrás de los cicloramas.
Bueno, ya teníamos el fondo. Ahora pensé colocar en el piso del estudio, diez andamios de los que se usan en la construcción. En cada uno de ellos se iban a subir siete asistentes al programa, quienes se sentarían sobre tablones. Con el tiempo estas estructuras se convirtieron en las preferidas del público y había que estar alerta para evitar que se sobrepasara la cuota de siete encaramados, cuidando de que aquello no se viniera abajo cuando los chicos se meneaban al compás de la música.
Los andamios no sólo servirían de asientos. Desde el punto de vista fotográfico iban a ser muy aprovechables para las tomas de cámaras. Se colocaban en un semicírculo, a izquierda y derecha de una gran tarima central de varios niveles, reservada para el grupo musical principal.
Yo pensé que sería fácil para los de Escenografía agenciarse los diez andamios que necesitábamos. Tan sencillo como obtenerlos del Ministerio de la Construcción u otro organismo que los tuviese. Pero de fácil nada. Me dijeron que no era posible conseguirlos ni prestados ni comprados, argumento que yo no me creí. Hubo intentos de persuadirme para que renunciara a ellos y buscara otra solución pero no cedí porque estaba convencido de que se trataba de una falta de gestión, producto de la desidia imperante.
El día del debut de “Joven Joven” teníamos montados solo tres o cuatro tristes andamios superusados y tan inseguros que albergamos serias dudas de que aguantaran a los que se sentarían en ellos.
Posteriormente se añadieron dos o tres más pero nunca tuvimos la decena que habíamos solicitado inicialmente.
En el centro del conjunto escenográfico, un tablado de muy poca altura servía para las actuaciones de los solistas y muy junto a él, en ambos lados, hileras de bancos donde se sentarían jóvenes del público.
LA GUERRITA POR LA SEGURIDAD
Desde la primera transmisión, en la que la UJC nos trajo a muchísima gente, vimos que la capacidad prevista era insuficiente. Para ubicar a todos, permití que detrás de los bancos hubiera muchachos de pie. Algunos se sentaron en el piso, junto a los artistas.
En total, la concurrencia, regada por todas partes, rondaba entre 180 y 220 personas en total contando las 120 que cabían en el lunetario del plató, una especie de gallinero situado arriba, al fondo.
Yo alucinaba de contento. Pero donde yo veía el marco ideal que necesitaba para el programa alborotado que quería hacer, los encargados de la protección y seguridad de los estudios vieron problemas.
Y enseguida empezaron a poner pegas: que no se podía permitir tal gentío, que no había forma de controlar aquello, que los andamios no estaban suficientemente afincados al piso, que el ICRT era un organismo estratégico y cualquiera podía aprovechar el tumulto para hacer un sabotaje, que patatín que patatán.
Ah, y el argumento estrella: teniendo en cuenta el reducido tamaño de las puertas de acceso del estudio, ¿qué pasaría si se producía un incendio?, ¿cómo se evacuaría a tantas personas en pocos minutos?
Plantearon eliminar el andamiaje y que el público en el piso de estudio se limitara a quienes, debidamente identificados por su carné, alcanzaran sitios en los bancos. Naturalmente, me negué. Yo entendía que estuviesen preocupados, era su trabajo. Pero el mío era producir una fiesta juvenil televisada con la mayor cantidad de guirigay posible y yo no estaba dispuesto a renunciar al alma de J J que era tener mucha gente arropándonos, alborotando y creando ambiente. Les dije que eran ellos, los que tenían que hallar una solución que garantizara la seguridad sin afectar la idea del programa.
La cosa se calentó aún más cuando decidí que los asistentes entraran a las 9:00 a.m. para que pudiesen estar en el ensayo, actividad que les encantaba presenciar. Así los muchachos se ahorraban varias horas de cola y los participantes y yo ensayábamos rodeados de una atmósfera estimulante.
Para las emisiones que siguieron, se dispuso situar milicianos para que vigilaran, tener a mano las llaves de las puertas de salida y otras acciones complementarias que no recuerdo. Pero las divergencias continuaban.
Tuvimos varias reuniones en las que las posiciones no se movieron. Y cada domingo mi productor, el guionista Chepe Borrajo y yo mismo teníamos que ponernos a discutir con alguien que, entre otros inconvenientes, obstaculizaba la entrada de los chicos o les prohibía ir al servicio sanitario. Le zumbaba el mango que yo tuviera que librar una guerra en los mismos momentos en que debía estar concentrado tomando decisiones artísticas.
El tiempo jugó a mi favor. En las siguientes semanas, a medida que “Joven Joven” fue creciendo, vino cada vez más y más público. Pero los de seguridad no cejaban en su empeño de cambiar la hora de entrada y limitar el acceso. Y decidieron jugarme una carta fu.
Un día, durante el ensayo, les vi merodeando por la cabina y el estudio en compañía de un tipo vestido de oficial, mirando por aquí y por allá y hablando en voz baja. En el receso antes de salir al aire, el grupo se me acercó y me presentaron a su invitado, que no era otro que el jefe de los bomberos de La Habana.
Le habían traído para reforzar sus posiciones. Pero el tiro les salió por la culata. En un aparte conmigo, el hombre me explicó que lo había impresionado la sana alegría juvenil que había visto en el ensayo y que su opinión era que no se debía alterar aquello. Iba a recomendar una serie de medidas de protección, entre ellas que un bombero estuviera cada domingo de guardia allí. En cuanto a una posible evacuación rápida, orientó que se mantuviera abierta toda la mañana la enorme puerta que daba a la calle N por donde los camiones entraban y salían del Focsa.
-- Además –me dijo rematando nuestra conversación entre risas-, tengo una hija adolescente que es televidente fanática de “Joven Joven” y si se entera de que yo le hice algún daño al programa, me mata.
Aquello fue el final de la guerrita con los de seguridad. Debo añadir que después la seguridad se garantizó y nunca hubo un incidente o percance con los miles de muchachos que asistieron a las transmisiones de J J.
VIRADOS PARA “JOVEN JOVEN”
Desde que comenzamos, los jóvenes de toda Cuba se viraron para “Joven Joven”. El público, masivo y entusiasta, era nuestro gran referente, el que nos indicaba qué les gustaba y qué no. Y, en un final, la razón de ser de todo lo que hacíamos.
El acceso a la transmisión se regulaba mediante invitaciones a escuelas, centros de trabajo y clubes J J. Pero siempre aparecían decenas que nos llegaban sin invitación. Por tanto, la capacidad del estudio 19 resultaba insuficiente para recibir a todos los que querían entrar. Las puertas se abrían unos minutos antes de las 9 de la mañana de manera que los asistentes pudiesen estar presentes en el ensayo con cámaras.
A medida que la popularidad del programa iba en aumento, las colas en las afueras del Focsa fueron creciendo en cantidad y en anticipación. Llegó el momento de que cuando yo llegaba, a las 5 a.m., ya estaba formada una fila de muchachos esperando.
Un día a destacar fue el 17 de octubre de 1985, fecha en que en el programa se celebró una fiesta de disfraces. Para entrar había que cumplir el requisito de venir disfrazado. La gente empezó a llenar la calle N entre 17 y 19 desde las siete de la tarde del día anterior y muchos pasaron la noche allí, cantando y bailando junto a las improvisadas hogueras, porque aquella madrugada fue fría.
LOS CLUBES
Los Clubes J J eran una de las iniciativas que aparecían escritas en mi proyecto inicial. La idea era que los muchachos se organizaran en sus barrios, escuelas o centros de trabajo para realizar actividades lúdicas y sociales. No establecimos elementos burocráticos. Ni siquiera una inscripción. Varios chicos constituían voluntariamente un club y se iban juntos al campismo, hacían deporte, se ponían a recoger materias primas o a donar sangre.
En nuestro octavo domingo, 22 de mayo del 83, nos visitaron los dos primeros clubes que se formaron: el de trabajadores del INDER en la Ciudad Deportiva y el de un grupo que vino en sus motocicletas desde Varadero.
Estas asociaciones funcionaron por todas las provincias. Una de las más especiales fue la de los enfermos del Siquiátrico de Mazorra. Sus cuidadores nos contaron el efecto positivo que sobre ellos ejercía ser integrantes del club y realizar acciones en grupo.
Un pico notable de actividad se produjo el día que convocamos a todos los clubes a un domingo nacional de siembra de árboles. Miles de jóvenes de todas partes se pusieron para eso.
En la correspondencia de cada día, llegaban mensajes contándonos lo que hacían. A cambio, su reconocimiento estaba en que los mencionáramos durante el programa. Llegó el momento en que, por falta de tiempo, no podíamos referirnos a todos. Habíamos echado a andar una iniciativa que nos superaba. Esta situación se convirtió en un problema para nosotros.
Para solucionarlo, le planteé a TV Cubana hacer un programa aparte, un desprendimiento de “Joven Joven”, dedicado exclusivamente a los clubes. Pero mi iniciativa no les interesó. Una vez más, los dirigentes de la tele demostraron su ausencia de olfato.
LOS LEMAS
¿Qué era el generador de caracteres? Imagínense una especie de máquina de escribir que por medio de la electrónica podía insertar palabras sobre la imagen de televisión. El primero de esos aparatos que funcionó en el ICRT nos deslumbró como una maravilla de la tecnología. A la luz de los avances que han venido después, si lo viéramos ahora nos parecería un trasto antediluviano. Se utilizaba en TV Cubana para sobreimponer los títulos y los créditos de los programas.
Pedí incorporarlo a “Joven Joven” con la idea de darle otro uso: añadirle a las imágenes en pantalla textos cortos relativos a lo que estaba ocurriendo en el programa. El propósito inicial fue ofrecer información adicional o subrayar algún detalle.
Aquí vemos al Grupo de Danza de la Facultad de Ciencías Médicas de la Universidad de Santiago de Cuba con un texto sobreimpuesto en el que se lee "Sabor de Santiago en Joven Joven".
En el programa número 20, 21 de agosto del 83, reflejamos el IV Encuentro de Técnicas Comerciales, montamos una tienda en el estudio y para subrayar que se estaban vendiendo productos pusimos el letrero "La venta es de verdad".
Más adelante se nos ocurrió mostrar frases mientras un cantante actuaba, sugeridas por su vestuario o por la letra de su canción. Como eran improvisadas y se nos ocurrían unos segundos antes de que salieran al aire, no siempre logramos que fueran ingeniosas pero lo cierto es que le dieron un toque especial a J J. Fue el primer programa que satirizó en vivo a sus artistas y éstos entraron en el juego, que no era ofensivo; ninguno se molestó por ello.
El generador, que manejaba Miriam, nos permitió popularizar una serie de lemas del programa que después se incorporaron, como grandes letreros, a la escenografía y que le daban un marco muy especial al estudio.
Por ejemplo: Raúl Gómez y su grupo actuaron un domingo en que algunos de los lemas eran "A tanque lleno" y "Se mueve y sigue contento".
Los lemas que más usamos fueron:
POR ENCIMA Y A MILLÓN / HECHO CON GANAS /
SE SOLTÓ JOVEN JOVEN / QUIETECITO NO VA CONMIGO /
A TANQUE LLENO / SE MUEVE Y SIGUE CONTENTO /
VIVITO Y COLEANDO / NO QUIERO CARITAS /
CON LAS PILAS PUESTAS / DONDE SE SIENTE LA VIDA /
J J SIEMPRE VIVO
LAS SECCIONES
Algunas de las más destacadas (por orden alfabético):
¿A qué me dedico? (El público debía adivinar la profesión o el oficio de alguien)
Actividades en el estudio (Salvamento por bomberos, Primeros auxilios, Aprender habilidades, Karate…)
Aquí esta mi decimita (Los televidentes nos remitían décimas que se leían)
Buscando al doble (Muchachos que se parecían a personajes públicos)
Cógelo que se te va (No recuerdo el contenido de esta sección)
Como te lo cuento (Anécdotas contadas por artistas)
Competencias (De anatomía, matemáticas, física, bailes, etc. Con el público.
Concursos (Se hicieron, entre otros, de fotografía, dibujos, chistes, disfraces, creación literaria y turismo)
¿De quién soy mamá? ¿De quien soy hijo? (El público debía adivinar de qué artista era familiar la persona que se presentaba)
Debates (Por ejemplo: sobre el papel de las publicaciones juveniles)
Educación formal (Hábitos correctos de conducta en restaurantes, en automóviles, en lugares públicos, entre amigos, etc.)
El aguacero J J (Chistes y cosas curiosas o simpáticas que nos enviaban los televidentes)
El colectivo por encima (Escuelas o centros de trabajo destacados)
El espacio del Zoológico (Se presentaba un animal y se hablaba sobre él. Un día trajeron un leoncito y gustó tanto que desde entonces se convirtió en la mascota del programa y lo trajeron muchos domingos)
El feo de oro (El público, por aplausos y en onda festiva, elegía al asistente más feo del día. El premio era una caricatura hecha por René)
El jurista J J (Divulgación de leyes con sketchs interpretados por actores)
El trajín (Conversación improvisada con el público)
En la viva (Tres chicas y tres chicos elegidos al azar contestaban preguntas sobre la actualidad y otros asuntos) (1)
Enamóreme usted (Un chico asistente debía enamorar a una chica o viceversa)
Fabricación y venta de productos en el estudio
La algarabía (Una enorme gritería que se le daba a alguna escuela o colectivo como reconocimiento por algo positivo que había hecho)
La pepilla hecha con ganas y El pepillo por encima y a millón (Elegidos por su destaque en el estudio u otras actividades)
La valija XII Festival (Regalos que nos enviaron los televidentes para que la delegación cubana los llevara a Moscú)
Las modas (Promoción de vestuario e información sobre maquillaje, peluquería, etc.)
Los chistosos (Asistentes elegidos al azar contaban chistes)
Los intranquilos jóvenes de las BTJ (Miembros de las Brigadas Técnicas Juveniles mostraban sus inventos)
Mi poesía favorita (Se recitaban poemas para incentivar el gusto por ese género literario y su creación)
Personajes interesantes (Estuvieron, entre otros, el hombre de la sirena del estadio Latinoamericano, Armandito el Tintorero, Bigote Gato, Deportistas ganadores de medallas, Artistas, Imitadores, Dra. Rosario Novoa, Piti el patinador…)
Pregunta Pregunta (El público interrogaba a artistas como Farah María, Enrique Santiesteban, Mirta Medina, Juan Formell, la actriz brasileña Regina Duarte, Annia Linares, Grupo Teatro Escambray, el elenco de la telenovela “Sol de batey”, Rosita Fornés…) (2)
¿Qué le dijo? (No recuerdo el contenido de esta sección)
¿Qué voy a estudiar? (Promoción de carreras de nivel superior con la presencia en el programa de profesores y alumnos de distintas especialidades y facultades)
Sección de la UNEAC (Los autores presentaban sus libros)
Tantanes, colmos y adivinanzas (Enviados por los televidentes)
CLARITA
En los años 60, yo fui asistente del director Manolo Rifat en “Música y estrellas”, donde existía una pasarela semanal de modas en la que modelaban Estela Padrón, Adelfa Borges y Norma Martínez.
Cuando planificaba “Joven Joven”, me interesó retomar la idea y crear una sección similar. Se lo propuse a Clara Rey Mena.
Mi vinculación con la revista Opina, órgano publicado por el Instituto de la Demanda Interna, provocó que yo conociera a Clarita. Ella coordinaba un grupo de modelos que promocionaban la ropa que se fabricaba, con cierto carácter experimental y vocación innovadora, en los talleres de aquel organismo. Clara acogió mi idea con calor; era una buena oportunidad de mostrarle a los jóvenes el trabajo que se estaba haciendo en la Demanda Interna y orientarles en un tema tan interesante como su apariencia personal.
La Rey Mena, modelo ella misma, es una persona culta, que destaca por su elegancia personal y por sus maneras exquisitas. Pero con el tacto suficiente para que nadie se sienta intimidado en su presencia. Con facilidad para la comunicación, se desenvolvía muy bien en cámara, explicando las características de los vestidos que se iban presentando.
Ella también se encargaba de producir el segmento, citar a las modelos, traernos los vestidos, etc. Clarita fue fundadora del programa, su sección estuvo entre las que aparecieron en nuestra primera emisión, en abril del 83.
Partiendo de las modas y sin abandonarlas, su sección fue abarcando otros campos como la urbanidad, las normas de comportamiento, la peluquería, el maquillaje, etc. Tres años más tarde continuaba saliendo los domingos en J J, cumpliendo una importante labor social.
La ropa que se mostraba era, en su mayoría, diseñada por Agustín López, un magnífico creativo ganador de premios nacionales e internacionales. La lucía un conjunto de excelentes modelos que, en imagen y elegancia sobre la pasarela, se podían equiparar a sus colegas de cualquier parte del mundo.
Buscando y rebuscando he podido conseguir fotos de algunas de ellas: Aleida Canal, Mercedes Aguirre, (que cantaba muy bien y nunca se decidió a hacerlo profesionalmente), Alina Pedraja, Mayra Salicio (esposa del cantante Alfredito Rodríguez), Blanca Ochoa, Rosa Arcay y Yolanda Reinoso.
Alina, gentilmente, me ha facilitado una lista de modelos que también desfilaron en J J:
Alicia Herrera, Cecilia Agreagán, Laura Serra, Andrea Piedra, Tania Moya, Ileana Piñeiro, Odalis Medina, Milene Prado, Marie Prado, Mildrey Crespo, Iris y los chicos Francois Coutin, Bernardo Herrera, Roberto Castello, Frank Puig, Carlos Green, Alberto Irenea y Carlos Ortiz.
No he vuelto a encontrarme con Clara
Rey Mena. Me cuentan que sigue habitando en la Habana Vieja, desplegando
su glamour de siempre. Ella y sus chicas, a quienes evoco con cariño,
se integraron de lleno en el colectivo de “Joven Joven” y son parte
inseparable de la historia que escribimos.
Mercedes también vive en La Habana. Aleida, Rosa, Alina y Mayra están en Miami. Alicia en Dallas. Yolanda reside en Milán.
LAS APORTACIONES
En medio de la marea de identificación del público con J J, con frecuencia se aparecía alguien que deseaba aportarnos algo.
Los trabajadores de una empresa textil nos regalaron decenas de cajas de camisetas. Por delante mostraban nuestro logo y por detrás el lema “Por encima y a millón”.
Al Círculo Juvenil de Yara, provincia Granma lo denominaron con el nombre “Joven Joven”.
En varias emisiones hubo colectivos que fabricaban productos durante el programa, como las tabaqueras jóvenes que aprendían a elaborar los Cohiba. Al finalizar, se les entregaban a los asistentes.
Carmelo Carrero, un señor de 65 años que pedaleba por toda la isla y se hacía llamar “El ciclista solitario”, decidió vestirse con nuestro logo y convertirse en “El ciclista Joven Joven”.
“El corredor J J” era José Luis Sánchez, quien a sus 75 años participaba en cuanto maratón se convocaba, haciéndonos propaganda gratuita.
Hubo un grupo musical que, sin yo pedírselo, compuso y grabó un tema para el programa.
Para el tercer aniversario, un ingeniero del Departamento Técnico de TV Cubana llamado Benito, por iniciativa propia nos hizo un dispositivo electrónico, de aquellos que se llamaban “mosca”. Gracias a él, fuimos el primer programa de nuestra tele que sobreimpuso su logotipo sobre las imágenes que salían en pantalla.
Era muy común que el estudio de J J fuera la meta final de maratones y carreras, ya fueran pedestres, de bicis o de motos. No era raro que nos llamaran para informarnos que venía en camino una antorcha o que un grupo de motociclistas de Matanzas o de ciclistas de Sagua la Grande saldrían tal día para arribar el siguiente domingo durante la transmisión.
LOS COLECTIVOS EN EL LOCAL DE LA UJC
Los edificios de la radio y la televisión eran considerados sitios estratégicos, que necesitaban una protección especial. Para acceder a ellos era necesario identificarse en la puerta, justificar el motivo de la visita y que alguien de adentro se responsabilizara con la entrada y la conducta del que llegaba.
Cada programa debía situar en el vestíbulo de su estudio una relación de quienes iban a participar. Lo que trajo como consecuencia muchísimos problemas en los programas musicales porque, ya saben como somos los cubanos, a menudo faltaba alguien en la lista entregada: el marido de la cantante Mengana que a última hora decidió acompañarla, el peluquero de Zutanita o el suplente que venía a sustituir a un músico enfermo de la orquesta.
Las estrictas medidas de seguridad, razonables por demás, eran una complicación para la celebración de los colectivos, reuniones semanales donde se planificaban las próximas emisiones y se recibía a quienes deseaban participar en “Joven Joven”.
Todo el mundo (y su abuela) quería salir en el programa con su invento o su actividad y nosotros no teníamos un local disponible dentro del ICRT que nos garantizara la entrada de gente que no podíamos incluir en una lista previa por la sencilla razón de que no sabíamos que nos visitaría.
La UJC vino al rescate y nos prestó un amplio salón en su sede de la provincia Ciudad de La Habana, en la calle 23, a unas cuadras de Coppelia.
Allí, cada lunes desde las 2 p.m., atendíamos a los que llegaban con alguna idea o iniciativa. Nunca le dimos publicidad a aquellos colectivos pero la voz se corrió y llegó el momento en que las colas para reunirse con nosotros por la tarde empezaban a las siete de la mañana y los del equipo creativo salíamos de la UJC pasadas las cinco o las seis de la tarde.
Era una paradoja que yo, enemigo recalcitrante de las colas, generaba dos a la semana. La de los domingos para entrar al Focsa y la del lunes para los colectivos.
LOS PROGRAMAS QUE SE HICIERON FUERA DEL ESTUDIO
Nº 14 - 10 julio, 1983 - Grabado en el Círculo SEPMI Orestes Acosta, de Santiago de Cuba.
Nº 16 - 24 julio, 1983 - Grabado en la Universidad de Santiago de Cuba.
Nº 64 – 8 julio, 1984 - Grabado en la base de campismo Victoria de Girón, Ciénaga de Zapata.
Nº 67 – 29 julio, 1984 – Grabado en La Quintica de San Antonio de los Baños.
Nº 83 – 18 noviembre, 1984 - Grabado en el Círculo Juvenil Joven Joven de Yara, provincia Granma.
Nº 85 – 2 diciembre, 1984 - Grabado en la Escuela Pedagógica Presidente Allende, Municipio Boyeros.
Nº 94 – 3 febrero, 1985 - Grabado en la Escuela Pedagógica Enrique José Varona de Camagüey.
Nº 95 – 10 febrero, 1985 - Grabado en el Instituto Superior Pedagógico José Martí de Camagüey.
Nº 112 – 9 junio, 1985 - Grabado en la Sala Techada 12 de Enero, Bayamo, Provincia Granma.
Nº 117 – 14 julio, 1985 - Grabado en la Escuela Pedagógica Raúl Gomez García, Guantánamo.
Nº 132 – 3 noviembre, 1985 - Grabado en la Escuela Militar Camilo Cienfuegos, Guanabacoa.
Nº 134 – 17 noviembre, 1985 - Grabado en el Instituto de Ciencia Animal (ICA), cerca de Catalina de Güines, Provincia La Habana.
Nº 135 – 24 noviembre, 1985 - Grabado en el Parque de Campo Florido.
Nº 136 – 1 diciembre, 1985 - Grabado en la Unidad de Tanques del Ejército Occidental, Managua.
Nº 153 – 30 marzo, 1986 – Especial 3er. Aniversario de "Joven Joven" grabado en el Anfiteatro de la Habana Vieja.
LAS ACTIVIDADES SIN TELEVISIÓN
En aquella época el Instituto Cubano de Radio y Televisión no contaba con encuestas que determinaran de manera confiable la audiencia de un programa. Estoy convencido de que si las hubiese habido, “Joven Joven” hubiese arrasado. La aceptación que despertaba J J se notaba fácilmente. Por ejemplo en las presentaciones que hacíamos en ciudades del interior.
Añadan a nuestra cita televisada de los domingos al mediodía, las actividades sin cámaras que presentábamos en el teatro Karl Marx y fuera de La Habana. El show que llevábamos incluía una orquesta, dos o tres cantantes solistas, alguna variedad y unos sketchs humorísticos y secciones a cargo de los conductores del programa.
Se daba una circunstancia curiosa. Excepto la vez que actuamos en el estadio de Bauta, todas las demás actividades que hicimos fueron organizadas por la empresa de espectáculos vinculada al Karl Marx y no por el ICRT, que hubiese sido lo más lógico. Añadan a la falta de olfato que he mencionado antes, el alto déficit de chispa que padecían los responsables de Radiocentro. Tenían a su disposición un fenómeno como “Joven Joven” y no les interesaba explotarlo.
Tengo documentadas algunas de nuestras actividades sin televisión; de otras no existen reportes o andan perdidas en algún recoveco de la memoria. Si algún lector se acuerda de una que no aparezca a continuación, le voy a agradecer que nos la comunique para incluirla.
1983
En octubre de aquel año hicimos un espectáculo en el teatro Karl Marx en el que actuaron entre otros invitados Maggie y Luis, Anabel López y Amaury Pérez Vidal. Fue el primero de los dos que titulamos “Esperando a Joven Joven”. No me pregunten por qué se llamaba así porque no lo recuerdo.
El segundo “Esperando…” lo presentamos en noviembre y actuaron los grupos Guaicán, Libertad y Síntesis.
1984
En enero del 84 llenamos el estadio Augusto César Sandino de Santa Clara. El 1 de marzo estuvimos en Bauta con María Elena Pena, Sergio Farías y el grupo Irakere, que finalizó su actuación saliendo del estadio y arrollando por los alrededores al estilo de las congas callejeras, con mucha gente detrás. Recuerdo a Chucho Valdés tocando un bombo y yo preguntándome ¿qué hace ahí un pianista de fama internacional?
En el transcurso de abril presentamos dos shows diferentes en el Karl Marx. En el primero, “Primer aniversario de Joven Joven”, nos acompañaron Annia Linares, Grupo Manguaré, Osvaldo Rodríguez, María de Jesús, Rolando Ojeda (Ojedita) y Donato Poveda. El otro contó con Adalberto Álvarez y su Son, Mayra de la Vega, Marlene Calvo y María de Jesús y se llamaba “J J en el Carlos Marx”.
En el siguiente mes nos dimos un baño de multitudes en Cienfuegos. Tuvieron que cerrar la entrada del restaurante adonde nos llevaron a comer porque numerosas personas trataron de forzar la entrada para vernos de cerca. Al poco rato, cuando llegamos al 5 de Septiembre nos impresionó ver aquel estadio abarrotado por una multitud que gritaba todo el tiempo.
En diciembre del 84 volvimos a 1ª y 10, Miramar, con “J J en el Carlos Marx (Segunda Parte)”. Actuaron, entre otros, Mirta Medina, Fidel Pérez Michel y el grupo Los Magnéticos.
1985
En un mes, diciembre, hicimos tres shows en las provincias orientales: Santiago de Cuba, Bayamo y otra ciudad que no recuerdo si fue Guantánamo o Moa.
1986
El de Cienfuegos fue nuestro público más entusiasta. Nos quedamos con deseos de volver, lo hicimos en enero de 1986 y de nuevo se repletó el estadio.
En marzo, en la cresta de ola del baile juanito, volvimos al Carlos Marx para hacer “Se coló Juanito” con Irakere, Ovidio González, Los Magnéticos y el cuarteto humorístico Los Amigos. El plato fuerte fue una competencia del nuevo baile en la que participaron varios grupos de jóvenes.
Se me escapa la fecha en que actuamos en los carnavales de Sagua pero tengo muy presente la pasión con la que nos recibieron los sagüeros. Inés María lo ha contado así:
“…aquella memorable noche en Sagua la Grande, mi pueblo, cuando una multitud rodeó la guagua en que íbamos hacia el escenario, la detuvo, se puso a empujarla y por poco nos la vuelcan. Tuvimos que salir de allí escoltados por la policía”.
LAS REGAÑINAS
Ningún programa me provocó tantas amonestaciones, regaños y sermones de mis superiores como J J. Es que nuestra regla era caminar por la cuerda floja. Y eso traía consecuencias en un entorno de censura, normativas y disposiciones en que todo, o casi todo, estaba regulado y/o prohibido.
Un ejemplo:
Resultaba imposible leer las cartas y telegramas que recibíamos cada semana, eran cientos. Pero había que hacer el esfuerzo, por respeto a quienes nos escribían y porque teníamos secciones que se nutrían de los aportes de los televidentes.
Un joven preso común que cumplía su condena en un penal del interior de la república nos contó en su carta que era televidente del programa cada semana y que, al ver allí a tanta juventud positiva, J J estaba jugando un papel en su proceso de rehabilitación.
Su testimonio, emotivo, se leyó en cámara. Y aunque sólo mencionamos su nombre y no sus apellidos, aquella acción fue motivo más que suficiente para que me citaran a una reunión con Nivaldo Herrera, presidente del ICRT, y un alto oficial del Ministerio del Interior que trabajaba en la Dirección General de Prisiones. No se podía tocar el tema de los presos sin consultar previamente con el MININT y obtener la autorización correspondiente.
-- ¿Tú conoces a ese recluso? ¿Sabes por qué está condenado? ¿Y si se trata de un asesino?
Otro caso que evidencia con qué bueyes había que arar:
Los cubanos de hoy están acostumbrados a ver humoristas que abordan temas que estaban prohibidos en los años de “Joven Joven”. Durante varias décadas a partir de los años 60, el humor sufrió una censura implacable. Los que cortaban el bacalao lo consideraban una herramienta peligrosa y dedicaban mucho tiempo y esfuerzos a controlarla, no fuera a ser que se les resquebrajara el tinglado monolítico que tenían montado.
Pepín, Sirita, Gloria y Eugenio eran los integrantes del cuarteto humorístico Los Amigos, que padeció durante años un fuerte acoso por parte de los censores. Sus apariciones en televisión estaban muy limitadas y durante algunos períodos prohibidas. No sólo por los números satíricos que hacían, en los que a veces empleaban críticas a la sociedad en que vivíamos, sino por el hecho de que sus dos integrantes varones eran homosexuales. Con estas dos cosas sumadas, el grupo tenía todas las papeletas para sufrir la persecución de quienes confeccionaban las listas negras en TV. Por ello se veían obligados a actuar en locales pequeños del tipo de La Casa del Te del Parque Lenin.
Los Amigos eran mis amigos. Habíamos sido compañeros en el Teatro Musical de La Habana y eran gente chévere. Ya se sabe que no existe cómico que le parezca gracioso a todo el mundo (ni Chaplin) pero, independientemente de que me riera o no con ellos, les tenía respeto porque se tomaban en serio su trabajo y desarrollaban una labor artística muy creativa. Y me jodía que les machacaran.
Así que, en cuanto podía, les programaba. Una de las veces que les traje a J J hicieron un sketch que se desarrollaba en una cafetería y en el que había un chiste que hacía referencia a las croquetas que se pegaban al cielo de la boca y no había forma de despegarlas.
Algún alto cargo de la empresa de gastronomía llamó a Radiocentro protestando y tuve que asistir a una reunión. Tremendo repaso que me dieron por haber permitido que saliera aquella (y cito las palabras exactas) “crítica feroz a las unidades gastronómicas que, en medio del bloqueo, hacen lo que pueden para servir al pueblo con los materiales de que disponemos”. Uno de los jefecillos del ICRT añadió más leña al fuego preguntándome con sorna:
-- Pero ven acá, Ginori, ¿qué haces tú poniendo a esos maricones en un programa dedicado a la juventud?
La triquiñuela dio resultado. Varios domingos después ya aquello era conocido por su nuevo título y, rendidos ante la evidencia, me autorizaron a eliminar toda referencia a BT.
LA ESCENOGRAFÍA
En aquella década de los 80, el Departamento de Escenografía de TV Cubana sufría una tremenda escasez de recursos económicos y materiales. Sus diseñadores hacían lo que podían con lo poco que tenían a mano y debían exprimirse los sesos para trabajar. Por tanto, de entrada ni me planteé contar con unos decorados complicados que, por otra parte, tampoco había tiempo para construir ya que el programa iba a salir ya mismo.
Todos los estudios tenían colgadas unas grandes telas, generalmentre negras, que se usaban como aforo. Se les llamaba cicloramas. Para J J, levantamos dichos telones, permitiendo que se viera lo que había detrás.
Era una solución inusual, barata y consecuente con la idea de un programa nada convencional. Las cámaras iban a mostrarles a los televidentes las paredes desnudas, en las que destacaba una armazón de tubos por donde corrían los cables de las conexiones de audio, video e iluminación. En algunas zonas, se veían algunos backings y piezas de tramoya de otros programas que se habitualmente se almacenaban detrás de los cicloramas.
Bueno, ya teníamos el fondo. Ahora pensé colocar en el piso del estudio, diez andamios de los que se usan en la construcción. En cada uno de ellos se iban a subir siete asistentes al programa, quienes se sentarían sobre tablones. Con el tiempo estas estructuras se convirtieron en las preferidas del público y había que estar alerta para evitar que se sobrepasara la cuota de siete encaramados, cuidando de que aquello no se viniera abajo cuando los chicos se meneaban al compás de la música.
Los andamios no sólo servirían de asientos. Desde el punto de vista fotográfico iban a ser muy aprovechables para las tomas de cámaras. Se colocaban en un semicírculo, a izquierda y derecha de una gran tarima central de varios niveles, reservada para el grupo musical principal.
Yo pensé que sería fácil para los de Escenografía agenciarse los diez andamios que necesitábamos. Tan sencillo como obtenerlos del Ministerio de la Construcción u otro organismo que los tuviese. Pero de fácil nada. Me dijeron que no era posible conseguirlos ni prestados ni comprados, argumento que yo no me creí. Hubo intentos de persuadirme para que renunciara a ellos y buscara otra solución pero no cedí porque estaba convencido de que se trataba de una falta de gestión, producto de la desidia imperante.
El día del debut de “Joven Joven” teníamos montados solo tres o cuatro tristes andamios superusados y tan inseguros que albergamos serias dudas de que aguantaran a los que se sentarían en ellos.
Posteriormente se añadieron dos o tres más pero nunca tuvimos la decena que habíamos solicitado inicialmente.
En el centro del conjunto escenográfico, un tablado de muy poca altura servía para las actuaciones de los solistas y muy junto a él, en ambos lados, hileras de bancos donde se sentarían jóvenes del público.
LA GUERRITA POR LA SEGURIDAD
Desde la primera transmisión, en la que la UJC nos trajo a muchísima gente, vimos que la capacidad prevista era insuficiente. Para ubicar a todos, permití que detrás de los bancos hubiera muchachos de pie. Algunos se sentaron en el piso, junto a los artistas.
En total, la concurrencia, regada por todas partes, rondaba entre 180 y 220 personas en total contando las 120 que cabían en el lunetario del plató, una especie de gallinero situado arriba, al fondo.
Yo alucinaba de contento. Pero donde yo veía el marco ideal que necesitaba para el programa alborotado que quería hacer, los encargados de la protección y seguridad de los estudios vieron problemas.
Y enseguida empezaron a poner pegas: que no se podía permitir tal gentío, que no había forma de controlar aquello, que los andamios no estaban suficientemente afincados al piso, que el ICRT era un organismo estratégico y cualquiera podía aprovechar el tumulto para hacer un sabotaje, que patatín que patatán.
Ah, y el argumento estrella: teniendo en cuenta el reducido tamaño de las puertas de acceso del estudio, ¿qué pasaría si se producía un incendio?, ¿cómo se evacuaría a tantas personas en pocos minutos?
Plantearon eliminar el andamiaje y que el público en el piso de estudio se limitara a quienes, debidamente identificados por su carné, alcanzaran sitios en los bancos. Naturalmente, me negué. Yo entendía que estuviesen preocupados, era su trabajo. Pero el mío era producir una fiesta juvenil televisada con la mayor cantidad de guirigay posible y yo no estaba dispuesto a renunciar al alma de J J que era tener mucha gente arropándonos, alborotando y creando ambiente. Les dije que eran ellos, los que tenían que hallar una solución que garantizara la seguridad sin afectar la idea del programa.
La cosa se calentó aún más cuando decidí que los asistentes entraran a las 9:00 a.m. para que pudiesen estar en el ensayo, actividad que les encantaba presenciar. Así los muchachos se ahorraban varias horas de cola y los participantes y yo ensayábamos rodeados de una atmósfera estimulante.
Para las emisiones que siguieron, se dispuso situar milicianos para que vigilaran, tener a mano las llaves de las puertas de salida y otras acciones complementarias que no recuerdo. Pero las divergencias continuaban.
Tuvimos varias reuniones en las que las posiciones no se movieron. Y cada domingo mi productor, el guionista Chepe Borrajo y yo mismo teníamos que ponernos a discutir con alguien que, entre otros inconvenientes, obstaculizaba la entrada de los chicos o les prohibía ir al servicio sanitario. Le zumbaba el mango que yo tuviera que librar una guerra en los mismos momentos en que debía estar concentrado tomando decisiones artísticas.
El tiempo jugó a mi favor. En las siguientes semanas, a medida que “Joven Joven” fue creciendo, vino cada vez más y más público. Pero los de seguridad no cejaban en su empeño de cambiar la hora de entrada y limitar el acceso. Y decidieron jugarme una carta fu.
Un día, durante el ensayo, les vi merodeando por la cabina y el estudio en compañía de un tipo vestido de oficial, mirando por aquí y por allá y hablando en voz baja. En el receso antes de salir al aire, el grupo se me acercó y me presentaron a su invitado, que no era otro que el jefe de los bomberos de La Habana.
Le habían traído para reforzar sus posiciones. Pero el tiro les salió por la culata. En un aparte conmigo, el hombre me explicó que lo había impresionado la sana alegría juvenil que había visto en el ensayo y que su opinión era que no se debía alterar aquello. Iba a recomendar una serie de medidas de protección, entre ellas que un bombero estuviera cada domingo de guardia allí. En cuanto a una posible evacuación rápida, orientó que se mantuviera abierta toda la mañana la enorme puerta que daba a la calle N por donde los camiones entraban y salían del Focsa.
-- Además –me dijo rematando nuestra conversación entre risas-, tengo una hija adolescente que es televidente fanática de “Joven Joven” y si se entera de que yo le hice algún daño al programa, me mata.
Aquello fue el final de la guerrita con los de seguridad. Debo añadir que después la seguridad se garantizó y nunca hubo un incidente o percance con los miles de muchachos que asistieron a las transmisiones de J J.
VIRADOS PARA “JOVEN JOVEN”
Desde que comenzamos, los jóvenes de toda Cuba se viraron para “Joven Joven”. El público, masivo y entusiasta, era nuestro gran referente, el que nos indicaba qué les gustaba y qué no. Y, en un final, la razón de ser de todo lo que hacíamos.
El acceso a la transmisión se regulaba mediante invitaciones a escuelas, centros de trabajo y clubes J J. Pero siempre aparecían decenas que nos llegaban sin invitación. Por tanto, la capacidad del estudio 19 resultaba insuficiente para recibir a todos los que querían entrar. Las puertas se abrían unos minutos antes de las 9 de la mañana de manera que los asistentes pudiesen estar presentes en el ensayo con cámaras.
A medida que la popularidad del programa iba en aumento, las colas en las afueras del Focsa fueron creciendo en cantidad y en anticipación. Llegó el momento de que cuando yo llegaba, a las 5 a.m., ya estaba formada una fila de muchachos esperando.
Entrada al estudio de "Joven Joven" |
LOS CLUBES
Los Clubes J J eran una de las iniciativas que aparecían escritas en mi proyecto inicial. La idea era que los muchachos se organizaran en sus barrios, escuelas o centros de trabajo para realizar actividades lúdicas y sociales. No establecimos elementos burocráticos. Ni siquiera una inscripción. Varios chicos constituían voluntariamente un club y se iban juntos al campismo, hacían deporte, se ponían a recoger materias primas o a donar sangre.
En nuestro octavo domingo, 22 de mayo del 83, nos visitaron los dos primeros clubes que se formaron: el de trabajadores del INDER en la Ciudad Deportiva y el de un grupo que vino en sus motocicletas desde Varadero.
Estas asociaciones funcionaron por todas las provincias. Una de las más especiales fue la de los enfermos del Siquiátrico de Mazorra. Sus cuidadores nos contaron el efecto positivo que sobre ellos ejercía ser integrantes del club y realizar acciones en grupo.
Un pico notable de actividad se produjo el día que convocamos a todos los clubes a un domingo nacional de siembra de árboles. Miles de jóvenes de todas partes se pusieron para eso.
En la correspondencia de cada día, llegaban mensajes contándonos lo que hacían. A cambio, su reconocimiento estaba en que los mencionáramos durante el programa. Llegó el momento en que, por falta de tiempo, no podíamos referirnos a todos. Habíamos echado a andar una iniciativa que nos superaba. Esta situación se convirtió en un problema para nosotros.
Para solucionarlo, le planteé a TV Cubana hacer un programa aparte, un desprendimiento de “Joven Joven”, dedicado exclusivamente a los clubes. Pero mi iniciativa no les interesó. Una vez más, los dirigentes de la tele demostraron su ausencia de olfato.
LOS LEMAS
¿Qué era el generador de caracteres? Imagínense una especie de máquina de escribir que por medio de la electrónica podía insertar palabras sobre la imagen de televisión. El primero de esos aparatos que funcionó en el ICRT nos deslumbró como una maravilla de la tecnología. A la luz de los avances que han venido después, si lo viéramos ahora nos parecería un trasto antediluviano. Se utilizaba en TV Cubana para sobreimponer los títulos y los créditos de los programas.
Pedí incorporarlo a “Joven Joven” con la idea de darle otro uso: añadirle a las imágenes en pantalla textos cortos relativos a lo que estaba ocurriendo en el programa. El propósito inicial fue ofrecer información adicional o subrayar algún detalle.
Aquí vemos al Grupo de Danza de la Facultad de Ciencías Médicas de la Universidad de Santiago de Cuba con un texto sobreimpuesto en el que se lee "Sabor de Santiago en Joven Joven".
En el programa número 20, 21 de agosto del 83, reflejamos el IV Encuentro de Técnicas Comerciales, montamos una tienda en el estudio y para subrayar que se estaban vendiendo productos pusimos el letrero "La venta es de verdad".
Más adelante se nos ocurrió mostrar frases mientras un cantante actuaba, sugeridas por su vestuario o por la letra de su canción. Como eran improvisadas y se nos ocurrían unos segundos antes de que salieran al aire, no siempre logramos que fueran ingeniosas pero lo cierto es que le dieron un toque especial a J J. Fue el primer programa que satirizó en vivo a sus artistas y éstos entraron en el juego, que no era ofensivo; ninguno se molestó por ello.
El generador, que manejaba Miriam, nos permitió popularizar una serie de lemas del programa que después se incorporaron, como grandes letreros, a la escenografía y que le daban un marco muy especial al estudio.
Por ejemplo: Raúl Gómez y su grupo actuaron un domingo en que algunos de los lemas eran "A tanque lleno" y "Se mueve y sigue contento".
Los lemas que más usamos fueron:
POR ENCIMA Y A MILLÓN / HECHO CON GANAS /
SE SOLTÓ JOVEN JOVEN / QUIETECITO NO VA CONMIGO /
A TANQUE LLENO / SE MUEVE Y SIGUE CONTENTO /
VIVITO Y COLEANDO / NO QUIERO CARITAS /
CON LAS PILAS PUESTAS / DONDE SE SIENTE LA VIDA /
J J SIEMPRE VIVO
LAS SECCIONES
Algunas de las más destacadas (por orden alfabético):
¿A qué me dedico? (El público debía adivinar la profesión o el oficio de alguien)
Actividades en el estudio (Salvamento por bomberos, Primeros auxilios, Aprender habilidades, Karate…)
Aquí esta mi decimita (Los televidentes nos remitían décimas que se leían)
Buscando al doble (Muchachos que se parecían a personajes públicos)
Cógelo que se te va (No recuerdo el contenido de esta sección)
Como te lo cuento (Anécdotas contadas por artistas)
Competencias (De anatomía, matemáticas, física, bailes, etc. Con el público.
Concursos (Se hicieron, entre otros, de fotografía, dibujos, chistes, disfraces, creación literaria y turismo)
¿De quién soy mamá? ¿De quien soy hijo? (El público debía adivinar de qué artista era familiar la persona que se presentaba)
Debates (Por ejemplo: sobre el papel de las publicaciones juveniles)
Educación formal (Hábitos correctos de conducta en restaurantes, en automóviles, en lugares públicos, entre amigos, etc.)
El aguacero J J (Chistes y cosas curiosas o simpáticas que nos enviaban los televidentes)
El colectivo por encima (Escuelas o centros de trabajo destacados)
El espacio del Zoológico (Se presentaba un animal y se hablaba sobre él. Un día trajeron un leoncito y gustó tanto que desde entonces se convirtió en la mascota del programa y lo trajeron muchos domingos)
El feo de oro (El público, por aplausos y en onda festiva, elegía al asistente más feo del día. El premio era una caricatura hecha por René)
El jurista J J (Divulgación de leyes con sketchs interpretados por actores)
El trajín (Conversación improvisada con el público)
En la viva (Tres chicas y tres chicos elegidos al azar contestaban preguntas sobre la actualidad y otros asuntos) (1)
Enamóreme usted (Un chico asistente debía enamorar a una chica o viceversa)
Fabricación y venta de productos en el estudio
La algarabía (Una enorme gritería que se le daba a alguna escuela o colectivo como reconocimiento por algo positivo que había hecho)
La pepilla hecha con ganas y El pepillo por encima y a millón (Elegidos por su destaque en el estudio u otras actividades)
La valija XII Festival (Regalos que nos enviaron los televidentes para que la delegación cubana los llevara a Moscú)
Las modas (Promoción de vestuario e información sobre maquillaje, peluquería, etc.)
Los chistosos (Asistentes elegidos al azar contaban chistes)
Los intranquilos jóvenes de las BTJ (Miembros de las Brigadas Técnicas Juveniles mostraban sus inventos)
Mi poesía favorita (Se recitaban poemas para incentivar el gusto por ese género literario y su creación)
Personajes interesantes (Estuvieron, entre otros, el hombre de la sirena del estadio Latinoamericano, Armandito el Tintorero, Bigote Gato, Deportistas ganadores de medallas, Artistas, Imitadores, Dra. Rosario Novoa, Piti el patinador…)
Pregunta Pregunta (El público interrogaba a artistas como Farah María, Enrique Santiesteban, Mirta Medina, Juan Formell, la actriz brasileña Regina Duarte, Annia Linares, Grupo Teatro Escambray, el elenco de la telenovela “Sol de batey”, Rosita Fornés…) (2)
¿Qué le dijo? (No recuerdo el contenido de esta sección)
¿Qué voy a estudiar? (Promoción de carreras de nivel superior con la presencia en el programa de profesores y alumnos de distintas especialidades y facultades)
Sección de la UNEAC (Los autores presentaban sus libros)
Tantanes, colmos y adivinanzas (Enviados por los televidentes)
CLARITA
En los años 60, yo fui asistente del director Manolo Rifat en “Música y estrellas”, donde existía una pasarela semanal de modas en la que modelaban Estela Padrón, Adelfa Borges y Norma Martínez.
Cuando planificaba “Joven Joven”, me interesó retomar la idea y crear una sección similar. Se lo propuse a Clara Rey Mena.
Clara |
La Rey Mena, modelo ella misma, es una persona culta, que destaca por su elegancia personal y por sus maneras exquisitas. Pero con el tacto suficiente para que nadie se sienta intimidado en su presencia. Con facilidad para la comunicación, se desenvolvía muy bien en cámara, explicando las características de los vestidos que se iban presentando.
Ella también se encargaba de producir el segmento, citar a las modelos, traernos los vestidos, etc. Clarita fue fundadora del programa, su sección estuvo entre las que aparecieron en nuestra primera emisión, en abril del 83.
Partiendo de las modas y sin abandonarlas, su sección fue abarcando otros campos como la urbanidad, las normas de comportamiento, la peluquería, el maquillaje, etc. Tres años más tarde continuaba saliendo los domingos en J J, cumpliendo una importante labor social.
De izq a derecha: Aleida, Blanca, Clarita, Mercedes y Rosa |
La ropa que se mostraba era, en su mayoría, diseñada por Agustín López, un magnífico creativo ganador de premios nacionales e internacionales. La lucía un conjunto de excelentes modelos que, en imagen y elegancia sobre la pasarela, se podían equiparar a sus colegas de cualquier parte del mundo.
Aleida Canal, Rosa Arcay y Yolanda Reinoso |
Izquierda: Mercedes Aguirre / Derecha: Mayra Salicio y Alina Pedraja |
Alicia Herrera, Cecilia Agreagán, Laura Serra, Andrea Piedra, Tania Moya, Ileana Piñeiro, Odalis Medina, Milene Prado, Marie Prado, Mildrey Crespo, Iris y los chicos Francois Coutin, Bernardo Herrera, Roberto Castello, Frank Puig, Carlos Green, Alberto Irenea y Carlos Ortiz.
Yolanda Reinoso (izq) y Alicia Herrera |
Alina Pedraja (izq) y Clara Rey Mena en 2014 |
LAS APORTACIONES
En medio de la marea de identificación del público con J J, con frecuencia se aparecía alguien que deseaba aportarnos algo.
Los trabajadores de una empresa textil nos regalaron decenas de cajas de camisetas. Por delante mostraban nuestro logo y por detrás el lema “Por encima y a millón”.
Al Círculo Juvenil de Yara, provincia Granma lo denominaron con el nombre “Joven Joven”.
En varias emisiones hubo colectivos que fabricaban productos durante el programa, como las tabaqueras jóvenes que aprendían a elaborar los Cohiba. Al finalizar, se les entregaban a los asistentes.
Carmelo Carrero, un señor de 65 años que pedaleba por toda la isla y se hacía llamar “El ciclista solitario”, decidió vestirse con nuestro logo y convertirse en “El ciclista Joven Joven”.
“El corredor J J” era José Luis Sánchez, quien a sus 75 años participaba en cuanto maratón se convocaba, haciéndonos propaganda gratuita.
Hubo un grupo musical que, sin yo pedírselo, compuso y grabó un tema para el programa.
Para el tercer aniversario, un ingeniero del Departamento Técnico de TV Cubana llamado Benito, por iniciativa propia nos hizo un dispositivo electrónico, de aquellos que se llamaban “mosca”. Gracias a él, fuimos el primer programa de nuestra tele que sobreimpuso su logotipo sobre las imágenes que salían en pantalla.
Era muy común que el estudio de J J fuera la meta final de maratones y carreras, ya fueran pedestres, de bicis o de motos. No era raro que nos llamaran para informarnos que venía en camino una antorcha o que un grupo de motociclistas de Matanzas o de ciclistas de Sagua la Grande saldrían tal día para arribar el siguiente domingo durante la transmisión.
LOS COLECTIVOS EN EL LOCAL DE LA UJC
Los edificios de la radio y la televisión eran considerados sitios estratégicos, que necesitaban una protección especial. Para acceder a ellos era necesario identificarse en la puerta, justificar el motivo de la visita y que alguien de adentro se responsabilizara con la entrada y la conducta del que llegaba.
Cada programa debía situar en el vestíbulo de su estudio una relación de quienes iban a participar. Lo que trajo como consecuencia muchísimos problemas en los programas musicales porque, ya saben como somos los cubanos, a menudo faltaba alguien en la lista entregada: el marido de la cantante Mengana que a última hora decidió acompañarla, el peluquero de Zutanita o el suplente que venía a sustituir a un músico enfermo de la orquesta.
Las estrictas medidas de seguridad, razonables por demás, eran una complicación para la celebración de los colectivos, reuniones semanales donde se planificaban las próximas emisiones y se recibía a quienes deseaban participar en “Joven Joven”.
Todo el mundo (y su abuela) quería salir en el programa con su invento o su actividad y nosotros no teníamos un local disponible dentro del ICRT que nos garantizara la entrada de gente que no podíamos incluir en una lista previa por la sencilla razón de que no sabíamos que nos visitaría.
La UJC vino al rescate y nos prestó un amplio salón en su sede de la provincia Ciudad de La Habana, en la calle 23, a unas cuadras de Coppelia.
Allí, cada lunes desde las 2 p.m., atendíamos a los que llegaban con alguna idea o iniciativa. Nunca le dimos publicidad a aquellos colectivos pero la voz se corrió y llegó el momento en que las colas para reunirse con nosotros por la tarde empezaban a las siete de la mañana y los del equipo creativo salíamos de la UJC pasadas las cinco o las seis de la tarde.
Era una paradoja que yo, enemigo recalcitrante de las colas, generaba dos a la semana. La de los domingos para entrar al Focsa y la del lunes para los colectivos.
LOS PROGRAMAS QUE SE HICIERON FUERA DEL ESTUDIO
Nº 14 - 10 julio, 1983 - Grabado en el Círculo SEPMI Orestes Acosta, de Santiago de Cuba.
Nº 16 - 24 julio, 1983 - Grabado en la Universidad de Santiago de Cuba.
Nº 64 – 8 julio, 1984 - Grabado en la base de campismo Victoria de Girón, Ciénaga de Zapata.
Nº 67 – 29 julio, 1984 – Grabado en La Quintica de San Antonio de los Baños.
Nº 83 – 18 noviembre, 1984 - Grabado en el Círculo Juvenil Joven Joven de Yara, provincia Granma.
Nº 85 – 2 diciembre, 1984 - Grabado en la Escuela Pedagógica Presidente Allende, Municipio Boyeros.
Nº 94 – 3 febrero, 1985 - Grabado en la Escuela Pedagógica Enrique José Varona de Camagüey.
Nº 95 – 10 febrero, 1985 - Grabado en el Instituto Superior Pedagógico José Martí de Camagüey.
Nº 112 – 9 junio, 1985 - Grabado en la Sala Techada 12 de Enero, Bayamo, Provincia Granma.
Carlos, Iliana, Mayra y Rakelita grabando en exteriores |
Nº 132 – 3 noviembre, 1985 - Grabado en la Escuela Militar Camilo Cienfuegos, Guanabacoa.
Nº 134 – 17 noviembre, 1985 - Grabado en el Instituto de Ciencia Animal (ICA), cerca de Catalina de Güines, Provincia La Habana.
Nº 135 – 24 noviembre, 1985 - Grabado en el Parque de Campo Florido.
Nº 136 – 1 diciembre, 1985 - Grabado en la Unidad de Tanques del Ejército Occidental, Managua.
Nº 153 – 30 marzo, 1986 – Especial 3er. Aniversario de "Joven Joven" grabado en el Anfiteatro de la Habana Vieja.
LAS ACTIVIDADES SIN TELEVISIÓN
En aquella época el Instituto Cubano de Radio y Televisión no contaba con encuestas que determinaran de manera confiable la audiencia de un programa. Estoy convencido de que si las hubiese habido, “Joven Joven” hubiese arrasado. La aceptación que despertaba J J se notaba fácilmente. Por ejemplo en las presentaciones que hacíamos en ciudades del interior.
Añadan a nuestra cita televisada de los domingos al mediodía, las actividades sin cámaras que presentábamos en el teatro Karl Marx y fuera de La Habana. El show que llevábamos incluía una orquesta, dos o tres cantantes solistas, alguna variedad y unos sketchs humorísticos y secciones a cargo de los conductores del programa.
Se daba una circunstancia curiosa. Excepto la vez que actuamos en el estadio de Bauta, todas las demás actividades que hicimos fueron organizadas por la empresa de espectáculos vinculada al Karl Marx y no por el ICRT, que hubiese sido lo más lógico. Añadan a la falta de olfato que he mencionado antes, el alto déficit de chispa que padecían los responsables de Radiocentro. Tenían a su disposición un fenómeno como “Joven Joven” y no les interesaba explotarlo.
Tengo documentadas algunas de nuestras actividades sin televisión; de otras no existen reportes o andan perdidas en algún recoveco de la memoria. Si algún lector se acuerda de una que no aparezca a continuación, le voy a agradecer que nos la comunique para incluirla.
1983
En octubre de aquel año hicimos un espectáculo en el teatro Karl Marx en el que actuaron entre otros invitados Maggie y Luis, Anabel López y Amaury Pérez Vidal. Fue el primero de los dos que titulamos “Esperando a Joven Joven”. No me pregunten por qué se llamaba así porque no lo recuerdo.
El segundo “Esperando…” lo presentamos en noviembre y actuaron los grupos Guaicán, Libertad y Síntesis.
1984
En enero del 84 llenamos el estadio Augusto César Sandino de Santa Clara. El 1 de marzo estuvimos en Bauta con María Elena Pena, Sergio Farías y el grupo Irakere, que finalizó su actuación saliendo del estadio y arrollando por los alrededores al estilo de las congas callejeras, con mucha gente detrás. Recuerdo a Chucho Valdés tocando un bombo y yo preguntándome ¿qué hace ahí un pianista de fama internacional?
En el transcurso de abril presentamos dos shows diferentes en el Karl Marx. En el primero, “Primer aniversario de Joven Joven”, nos acompañaron Annia Linares, Grupo Manguaré, Osvaldo Rodríguez, María de Jesús, Rolando Ojeda (Ojedita) y Donato Poveda. El otro contó con Adalberto Álvarez y su Son, Mayra de la Vega, Marlene Calvo y María de Jesús y se llamaba “J J en el Carlos Marx”.
En el siguiente mes nos dimos un baño de multitudes en Cienfuegos. Tuvieron que cerrar la entrada del restaurante adonde nos llevaron a comer porque numerosas personas trataron de forzar la entrada para vernos de cerca. Al poco rato, cuando llegamos al 5 de Septiembre nos impresionó ver aquel estadio abarrotado por una multitud que gritaba todo el tiempo.
En diciembre del 84 volvimos a 1ª y 10, Miramar, con “J J en el Carlos Marx (Segunda Parte)”. Actuaron, entre otros, Mirta Medina, Fidel Pérez Michel y el grupo Los Magnéticos.
1985
En un mes, diciembre, hicimos tres shows en las provincias orientales: Santiago de Cuba, Bayamo y otra ciudad que no recuerdo si fue Guantánamo o Moa.
1986
El de Cienfuegos fue nuestro público más entusiasta. Nos quedamos con deseos de volver, lo hicimos en enero de 1986 y de nuevo se repletó el estadio.
En marzo, en la cresta de ola del baile juanito, volvimos al Carlos Marx para hacer “Se coló Juanito” con Irakere, Ovidio González, Los Magnéticos y el cuarteto humorístico Los Amigos. El plato fuerte fue una competencia del nuevo baile en la que participaron varios grupos de jóvenes.
Se me escapa la fecha en que actuamos en los carnavales de Sagua pero tengo muy presente la pasión con la que nos recibieron los sagüeros. Inés María lo ha contado así:
“…aquella memorable noche en Sagua la Grande, mi pueblo, cuando una multitud rodeó la guagua en que íbamos hacia el escenario, la detuvo, se puso a empujarla y por poco nos la vuelcan. Tuvimos que salir de allí escoltados por la policía”.
LAS REGAÑINAS
Ningún programa me provocó tantas amonestaciones, regaños y sermones de mis superiores como J J. Es que nuestra regla era caminar por la cuerda floja. Y eso traía consecuencias en un entorno de censura, normativas y disposiciones en que todo, o casi todo, estaba regulado y/o prohibido.
Un ejemplo:
Resultaba imposible leer las cartas y telegramas que recibíamos cada semana, eran cientos. Pero había que hacer el esfuerzo, por respeto a quienes nos escribían y porque teníamos secciones que se nutrían de los aportes de los televidentes.
Un joven preso común que cumplía su condena en un penal del interior de la república nos contó en su carta que era televidente del programa cada semana y que, al ver allí a tanta juventud positiva, J J estaba jugando un papel en su proceso de rehabilitación.
Su testimonio, emotivo, se leyó en cámara. Y aunque sólo mencionamos su nombre y no sus apellidos, aquella acción fue motivo más que suficiente para que me citaran a una reunión con Nivaldo Herrera, presidente del ICRT, y un alto oficial del Ministerio del Interior que trabajaba en la Dirección General de Prisiones. No se podía tocar el tema de los presos sin consultar previamente con el MININT y obtener la autorización correspondiente.
-- ¿Tú conoces a ese recluso? ¿Sabes por qué está condenado? ¿Y si se trata de un asesino?
Otro caso que evidencia con qué bueyes había que arar:
Los cubanos de hoy están acostumbrados a ver humoristas que abordan temas que estaban prohibidos en los años de “Joven Joven”. Durante varias décadas a partir de los años 60, el humor sufrió una censura implacable. Los que cortaban el bacalao lo consideraban una herramienta peligrosa y dedicaban mucho tiempo y esfuerzos a controlarla, no fuera a ser que se les resquebrajara el tinglado monolítico que tenían montado.
Pepín, Sirita, Gloria y Eugenio eran los integrantes del cuarteto humorístico Los Amigos, que padeció durante años un fuerte acoso por parte de los censores. Sus apariciones en televisión estaban muy limitadas y durante algunos períodos prohibidas. No sólo por los números satíricos que hacían, en los que a veces empleaban críticas a la sociedad en que vivíamos, sino por el hecho de que sus dos integrantes varones eran homosexuales. Con estas dos cosas sumadas, el grupo tenía todas las papeletas para sufrir la persecución de quienes confeccionaban las listas negras en TV. Por ello se veían obligados a actuar en locales pequeños del tipo de La Casa del Te del Parque Lenin.
Los Amigos eran mis amigos. Habíamos sido compañeros en el Teatro Musical de La Habana y eran gente chévere. Ya se sabe que no existe cómico que le parezca gracioso a todo el mundo (ni Chaplin) pero, independientemente de que me riera o no con ellos, les tenía respeto porque se tomaban en serio su trabajo y desarrollaban una labor artística muy creativa. Y me jodía que les machacaran.
Así que, en cuanto podía, les programaba. Una de las veces que les traje a J J hicieron un sketch que se desarrollaba en una cafetería y en el que había un chiste que hacía referencia a las croquetas que se pegaban al cielo de la boca y no había forma de despegarlas.
Algún alto cargo de la empresa de gastronomía llamó a Radiocentro protestando y tuve que asistir a una reunión. Tremendo repaso que me dieron por haber permitido que saliera aquella (y cito las palabras exactas) “crítica feroz a las unidades gastronómicas que, en medio del bloqueo, hacen lo que pueden para servir al pueblo con los materiales de que disponemos”. Uno de los jefecillos del ICRT añadió más leña al fuego preguntándome con sorna:
-- Pero ven acá, Ginori, ¿qué haces tú poniendo a esos maricones en un programa dedicado a la juventud?
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N O T A S
(1) “En la viva” fue una sección controvertida. Tres hembras y tres varones, elegidos al azar entre los asistentes al estudio, contestaban interrogantes formuladas sobre temas de actualidad nacional e internacional que habían aparecido recientemente en la prensa y sobre otros asuntos de cultura general. No eran preguntas difíciles, cualquiera que leyera periódicos, sintonizara noticieros de radio y tv o tuviese estudios básicos adquiridos en la escuela, debía contestarlas sin problemas.
Pero lo que en el papel se concibió para demostrar los amplios conocimientos de los jóvenes, a menudo resultaba una demostración de que algunos no estaban en la viva sino en la luna. Hubo frecuentes ocasiones en que no sabían contestar preguntas de nivel elemental.
Recibimos una queja del Ministerio de Educación pidiendo que se eliminara la sección porque transmitía una penosa impresión de la juventud cubana. Desde entonces, se suprimió.
(2) “Pregunta Pregunta” era una sección que gustaba mucho. Se trataba de una entrevista colectiva, realizada a varias voces por los asistentes al estudio.
Pero lo que en el papel se concibió para demostrar los amplios conocimientos de los jóvenes, a menudo resultaba una demostración de que algunos no estaban en la viva sino en la luna. Hubo frecuentes ocasiones en que no sabían contestar preguntas de nivel elemental.
Recibimos una queja del Ministerio de Educación pidiendo que se eliminara la sección porque transmitía una penosa impresión de la juventud cubana. Desde entonces, se suprimió.
(2) “Pregunta Pregunta” era una sección que gustaba mucho. Se trataba de una entrevista colectiva, realizada a varias voces por los asistentes al estudio.
No fue fácil mantenerla en el aire porque fue duramente criticada por algunos funcionarios que no concebían que a un artista se le preguntaran aspectos de su vida personal.
No crean que quisiéramos saber los motivos de su divorcio, si había golpeado a su madre o cualquiera de los temas que vemos a diario en una morbosa revista del corazón. Las preguntas eran tan inocuas como ¿qué estudiaste?, ¿cuántos hijos tienes? o ¿cuáles son tus proyectos futuros?
No importaba. Mis críticos argumentaban que yo estaba fomentando la frivolidad y el culto a la personalidad.
Por cierto, nunca vi a alguno de ellos reprobar el culto a la personalidad de Quientúsabes.
No crean que quisiéramos saber los motivos de su divorcio, si había golpeado a su madre o cualquiera de los temas que vemos a diario en una morbosa revista del corazón. Las preguntas eran tan inocuas como ¿qué estudiaste?, ¿cuántos hijos tienes? o ¿cuáles son tus proyectos futuros?
No importaba. Mis críticos argumentaban que yo estaba fomentando la frivolidad y el culto a la personalidad.
Por cierto, nunca vi a alguno de ellos reprobar el culto a la personalidad de Quientúsabes.
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Pueden hallar más información sobre “Joven Joven”
pulsando sobre los enlaces de estas piezas:
El Blog de Pedraza Ginori > JOVEN JOVEN (1): LA GESTACIÓN
El Blog de Pedraza Ginori > JOVEN JOVEN (2): SUS PRESENTADORES
El Blog de Pedraza Ginori > JOVEN JOVEN (4): TRES ERAN TRES, LOLY TORRIENTE, RENÉ Y CHEPE
El Blog de Pedraza Ginori > JOVEN JOVEN (5): FINAL DE ETAPA
El Blog de Pedraza Ginori > JOVEN JOVEN (6): RECORTES DE PRENSA
El Blog de Pedraza Ginori > JOVEN JOVEN, SU DOCUMENTACIÓN (Parte 1, del programa JJ 1 al 54)
El Blog de Pedraza Ginori > JOVEN JOVEN, SU DOCUMENTACIÓN (Parte 2, del programa JJ 55 al 107)
El Blog de Pedraza Ginori > JOVEN JOVEN, SU DOCUMENTACIÓN (Parte 3, del programa JJ 108 al 161)
El Blog de Pedraza Ginori > ¡QUÉ PISTA! ¡QUÉ REVISTA! ¡QUÉ ENTREVISTA!
pulsando sobre los enlaces de estas piezas:
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El Blog de Pedraza Ginori > JOVEN JOVEN, SU DOCUMENTACIÓN (Parte 1, del programa JJ 1 al 54)
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El Blog de Pedraza Ginori > ¡QUÉ PISTA! ¡QUÉ REVISTA! ¡QUÉ ENTREVISTA!
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La empresa norteamericana Create Space / Amazon ha publicado,
en formato papel, mis dos libros "Pedraza Ginori Memorias Cubanas".
Sus páginas son un compendio de mis experiencias y mis circunstancias, vividas en el mundo de la televisión, los espectáculos, la creación musical,
la radio, la publicidad y la prensa.
Los dos volúmenes recogen, en clave autobiográfica, sucesos, “batallitas”, semblanzas, anécdotas y reflexiones personales.
El Libro 1, “Eugenito quiere televisión”, tiene 342 páginas.
El Libro 2, "Quietecito no va conmigo", 362 páginas.
Ambos están a la venta en las webs
www.createspace.com www.amazon.com www.amazon.es
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La empresa norteamericana Create Space / Amazon ha publicado,
en formato papel, mis dos libros "Pedraza Ginori Memorias Cubanas".
Sus páginas son un compendio de mis experiencias y mis circunstancias, vividas en el mundo de la televisión, los espectáculos, la creación musical,
la radio, la publicidad y la prensa.
Los dos volúmenes recogen, en clave autobiográfica, sucesos, “batallitas”, semblanzas, anécdotas y reflexiones personales.
El Libro 1, “Eugenito quiere televisión”, tiene 342 páginas.
El Libro 2, "Quietecito no va conmigo", 362 páginas.
Ambos están a la venta en las webs
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