Antes de la llegada del
video tape a la programación fílmica de TV Cubana, las películas se
exhibían en 35mm. Frecuentemente en mal estado, las cintas se rompían
cada dos por tres en los proyectores del control maestro, dando lugar a
interrupciones no programadas.
¿Quién que los haya sufrido, ha olvidado aquellos eternos minutos con el maldito cartel de "Cine del hogar" en la pantalla del televisor y, de fondo, la musiquita instrumental de Michel Legrand que se repetía de forma cansina, una y otra y otra vez, hasta que el cojo proyeccionista solucionaba el bache?
A estos ratos muertos, que provocaban una situación de impotencia mezclada con encabronamiento, yo les llamaba "filmus interruptus".
¿Quién que los haya sufrido, ha olvidado aquellos eternos minutos con el maldito cartel de "Cine del hogar" en la pantalla del televisor y, de fondo, la musiquita instrumental de Michel Legrand que se repetía de forma cansina, una y otra y otra vez, hasta que el cojo proyeccionista solucionaba el bache?
A estos ratos muertos, que provocaban una situación de impotencia mezclada con encabronamiento, yo les llamaba "filmus interruptus".
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