En estos días se han cumplido tres años de la partida al Olimpo de los Dioses de nuestro Comandante en Jefe, Primer Secretario del Partido, Presidente de los Consejos de Ministros y de Estado, Guía Supremo, Héroe Inconmensurable, Maestro de Maestros, Gran Padre y Excelso Abuelo, Orador Excelso, Magno Patriota, Paladín de la Cultura, Vencedor de los Imperialismos, Faro de Luz Eterna, Alma y Corazón de las Masas Agradecidas, Máximo Líder Universal...
Con motivo del aniversario de la desaparición física del Uno, en toda la república que tuvo el honor y el privilegio de tenerlo entre sus hijos se le recordó y se le honró. No como Él se merece, porque Él se lo merece todo multiplicado por el infinito, pero, bueno, se hizo lo que se pudo teniendo en cuenta los difíciles momentos coyunturales que, por causa del bloqueo impuesto por los malos, atraviesa la nación que Él convirtió en territorio libre de América y ejemplo para el Sistema Solar.
De la prensa cubana, siempre fiel y al pie del cañón, he elegido dos informaciones que son ejemplo de cómo su legado y su pensamiento han trascendido a las nuevas generaciones. Ambas, publicadas en el diario Tiempo 21, de la provincia Las Tunas, fueron redactadas por una periodista llamada Yamileydis (nombre genuinamente cubano) que se describe como “amante de la paz, el amor y la familia, orgullosa de su país” y en su perfil de Facebook se muestra sonriente usando una gorra con la inscripción “Soy feliz”.
Kevin Concepción, Flavia García y Alejandro Pérez,
educandos de octavo grado de la Secundaria Básica Wenceslao Rivero, obtuvieron
el primer lugar por equipo en la primera edición del encuentro de conocimiento
la Neurona Fidelista, convocado por el Movimiento Juvenil Martiano y la UJC en
Las Tunas. Ellos obtuvieron el lauro tras mostrar el dominio en el estudio de
la obra y el pensamiento político del líder Fidel Castro en las secciones
Fechas históricas, Ideas que son bandera, El Moncada, Ahora que me alejo para
el deber cumplir y Neurona Fidelista.
Junto al titular “El Fidel que ellos conocen” está esta foto:
El texto, que reproduzco íntegro, con todos sus errores de redacción y puntuación, parece extraído de la prensa norcoreana. Es este:
Buscaba en los niños la verdad primera. Llegaba a los centros escolares lleno de preguntas, ansioso de saber cómo iba la vida al interior de cada aula. Hoy desde las experiencias de los padres y los maestros los pioneros se reencuentran con el legado de un hombre de extraordinaria personalidad, Fidel Castro Ruz.
A la pequeña Liz Beatriz Gamboa Borrero, que cursa el segundo grado en el seminternado República de Chile, sus padres le han explicado la obra de este hombre, quien con una sonrisa ofrecía la mayor de las esperanzas y la confianza de que luchar por un mundo mejor vale la pena.
«Ellos me dicen que Fidel es nuestro Comandante, que luchó en la Sierra Maestra y junto a un grupo de jóvenes asaltó el Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, también mi maestra Yari Tamayo Villamar en el aula nos dice que él arriesgó su vida desde joven en defensa de nuestra libertad y quiso muchísimo a los niños».
Mientras para el alumno de nueve años Leonardo Martínez Pupo el legado de Fidel llega desde la experiencia de su abuelo, «Fidel nos defendió de las patrañas del gobierno de los Estados Unidos, sobrevivió a muchos atentados, asumió su propia autodefensa como abogado en el juicio tras el asalto al Moncada cuya frase final La historia me absolverá, le da el nombre a un libro que todos debemos leer.
«Fidel quería lo mejor en las escuelas y se interesaba por los niños, por eso debo estudiar y lograr buenas notas, esforzarme mucho y aprender, ese es mi homenaje todos días».
Aunque no tuvieron la oportunidad de escuchar sus reflexiones, ni sus extensos y profundos discursos que mantenían a la familia atenta frente a un televisor o junto a él en grandes concentraciones populares, estos pioneros encuentran en las clases nuevas formas para ahondar en el legado de este líder histórico.
«A mí me enseñó sobre Fidel mi maestra Yusdenis Poll Reyes, me ha explicado de su valor humanista, que integró la Alternativa Bolivariana para las Américas junto a Hugo Chávez para contribuir a la salud y la educación de muchos pueblos del mundo», confiesa Darío Hernández Pérez, quien cursa el cuarto grado en ese centro.
«También en mi aula hacemos concursos, intercambiamos frases de sus discursos y fotos que buscamos con la ayuda de los padres, y dibujamos facetas de su vida, su amor por los pioneros y su lucha en la Sierra Maestra».
De su infinito amor por los libros, el deporte y la cultura conoce bien Thais Rojas Pérez, «Fidel nunca se quedaba con dudas porque indagaba mucho y tenía un amplio conocimiento porque le gustaba la lectura, le encantaba la pelota y pescar, y como todos los respetaban nadie quería enfrentarse a él ni así fuera en un juego».
Su pensamiento, intransigencia y virtud se tornan escudo moral entre los educandos de Las Tunas, mientras corresponden su amor en el actuar diario cuando el homenaje a este líder lo muestra eterno entre las nuevas generaciones que hoy conocen su legado por lo que les enseñan.
Buscaba en los niños la verdad primera. Llegaba a los centros escolares lleno de preguntas, ansioso de saber cómo iba la vida al interior de cada aula. Hoy desde las experiencias de los padres y los maestros los pioneros se reencuentran con el legado de un hombre de extraordinaria personalidad, Fidel Castro Ruz.
A la pequeña Liz Beatriz Gamboa Borrero, que cursa el segundo grado en el seminternado República de Chile, sus padres le han explicado la obra de este hombre, quien con una sonrisa ofrecía la mayor de las esperanzas y la confianza de que luchar por un mundo mejor vale la pena.
«Ellos me dicen que Fidel es nuestro Comandante, que luchó en la Sierra Maestra y junto a un grupo de jóvenes asaltó el Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, también mi maestra Yari Tamayo Villamar en el aula nos dice que él arriesgó su vida desde joven en defensa de nuestra libertad y quiso muchísimo a los niños».
Mientras para el alumno de nueve años Leonardo Martínez Pupo el legado de Fidel llega desde la experiencia de su abuelo, «Fidel nos defendió de las patrañas del gobierno de los Estados Unidos, sobrevivió a muchos atentados, asumió su propia autodefensa como abogado en el juicio tras el asalto al Moncada cuya frase final La historia me absolverá, le da el nombre a un libro que todos debemos leer.
«Fidel quería lo mejor en las escuelas y se interesaba por los niños, por eso debo estudiar y lograr buenas notas, esforzarme mucho y aprender, ese es mi homenaje todos días».
Aunque no tuvieron la oportunidad de escuchar sus reflexiones, ni sus extensos y profundos discursos que mantenían a la familia atenta frente a un televisor o junto a él en grandes concentraciones populares, estos pioneros encuentran en las clases nuevas formas para ahondar en el legado de este líder histórico.
«A mí me enseñó sobre Fidel mi maestra Yusdenis Poll Reyes, me ha explicado de su valor humanista, que integró la Alternativa Bolivariana para las Américas junto a Hugo Chávez para contribuir a la salud y la educación de muchos pueblos del mundo», confiesa Darío Hernández Pérez, quien cursa el cuarto grado en ese centro.
«También en mi aula hacemos concursos, intercambiamos frases de sus discursos y fotos que buscamos con la ayuda de los padres, y dibujamos facetas de su vida, su amor por los pioneros y su lucha en la Sierra Maestra».
De su infinito amor por los libros, el deporte y la cultura conoce bien Thais Rojas Pérez, «Fidel nunca se quedaba con dudas porque indagaba mucho y tenía un amplio conocimiento porque le gustaba la lectura, le encantaba la pelota y pescar, y como todos los respetaban nadie quería enfrentarse a él ni así fuera en un juego».
Su pensamiento, intransigencia y virtud se tornan escudo moral entre los educandos de Las Tunas, mientras corresponden su amor en el actuar diario cuando el homenaje a este líder lo muestra eterno entre las nuevas generaciones que hoy conocen su legado por lo que les enseñan.
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Los protagonistas de estas crónicas (Kevin, Flavia,
Alejandro, Lis, Yari, Leonardo, Yusdenis, Darío y Thais) viven con su cerebro
lavado, repleto de neuronas fidelistas, según nos cuenta la prensa oficialista.
Y mientras tanto, Cuba se desmorona cada día un poquito más en su imparable
caída barranca abajo y sin freno.
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