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jueves, 25 de marzo de 2021

CARTA DE UN ADMIRADOR

 

Habana, 25 de marzo de 2021.
 
   Compañero Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez
   Honorable Presidente de la República de Cuba.
   Integrante del Buró Político del Partido Comunista de Cuba.
   Palacio de la Revolución,
   La Habana.

   Excelentísimo Señor:

   A través de la prensa cubana, tan veraz ella, he tenido conocimiento de que en días pasados usted ha defendido con éxito su tesis titulada “Sistema de gestión de gobierno basado en la ciencia y la innovación para el desarrollo sostenible de Cuba”. Gracias a ello ha accedido al grado de Doctor en Ciencias Técnicas, por lo que lo felicito con la mayor efusividad.
   Habla muy bien de sus cualidades personales, de su capacidad de trabajo y su superación profesional, de su abnegado sacrificio en beneficio de las masas, el hecho de que usted, sobre cuyos hombros recae la dirección y ejecución de tantas tareas difíciles, entre ellas la aplicación del nuevo Ordenamiento Económico y Financiero, la erradicación de la Covid-19 del territorio nacional, las estrategias para avanzar por el camino triunfante del socialismo a pesar del cruel bloqueo que ahoga a la Patria, el enfrentamiento a las brutales campañas de desinformación y manipulación orquestadas por el imperialismo imperial, la limitación de movimientos a peligrosos activistas y periodistas contrarrevolucionarios pagados por agencias norteamericanas, la represión a todo el que intente expresarse libremente, la organización del próximo congreso del PCC y otros empeños propios de un alto dirigente de un régimen que controla todo el funcionamiento de la economía y la vida de la nación, haya encontrado tiempo libre entre sus múltiples ocupaciones para investigar, documentarse, informarse, estructurar, redactar y presentar una tesis de grado cuyo asunto es de la mayor complejidad.
   Más de un mercenario al servicio de Washington ha tratado de desacreditar el gran paso adelante que significa su graduación como doctor. En estos días hemos leído todo tipo de pérfidos argumentos. Se ha dicho que sus asesores le redactaron la tesis y le prepararon la presentación, que el cuadro que se ve en la foto parece más bien la tablilla de una cafetería, que el tribunal estaba formado por gente miedosa y sumisa, incapaz de señalarle fallos al documento y mucho menos de rechazar su doctorado, que los ministros y funcionarios que lo felicitan son una partida de tracatanes, que no se entiende cómo al pueblo de Cuba le falta de todo, desde un boniato hasta una aspirina, y vive en constante crisis si el gobierno presidido por usted se basa en la ciencia y la innovación.
   Frente a esas malvadas opiniones de claro matiz capitalista, somos muchos, la gran mayoría, los que no caemos en las trampas tendidas desde el extranjero. Es mi deseo, estimado presidente, ser portavoz de esos muchos y hacerle llegar mi más profundo reconocimiento por todo lo que usted hace día a día. Los fieros e injustos ataques del enemigo en las redes sociales no deben hacerle ceder un ápice en su ascendente carrera hacia el sitio que la historia le tiene reservado junto a nuestros grandes próceres, héroes y mártires.
   No le haga caso a que los hambrientos, los resentidos y malagradecidos se refieran a usted como “Puesto a Dedo” por el simple hecho de que su cargo fuera y es un regalo de su brillante mentor, el General de Ejército Raúl Castro. Olvídese de que le llamen Ñato burlándose de su alargada nariz, de que le apoden Canelo comparándole con un perro dócil a la voz de su amo, de que digan que usted es un postalita y un caraeguante, una marioneta de cartón que ni corta ni pincha ya que la cúpula militar es la que realmente manda, de que los envidiosos resalten su poco carisma, su mediocridad intelectual, sus discursos sosos, su manera burocrática de conducir la gestión política y administrativa, su gusto exagerado por las reuniones donde se habla mucho y se resuelve nada, su poco poder de convocatoria puesto de manifiesto aquel domingo en que no pudo llenar ni siquiera el perímetro del Parque Trillo, el gran relajito que produjo su aporte a las teorías marxistas cuando afirmó que la limonada es la base de todo y su patético intento de poner a todo el aparato propagandístico del partido y el gobierno en función de resaltar machaconamente su figura ante las masas, vendiéndoles una y otra vez la idea de que a usted le queda bien el traje que quedó vacante el triste día en que el Comandante en Jefe partió de este planeta rumbo al cielo de la eternidad con escala en la hermosa piedra que guarda sus gloriosas cenizas.
 
   Venerable Presidente, Ilustre Camarada Mayor:
 
   Por favor, por el bien de la patria socialista y soberana 02, no ceje en su empeño, no se arrodille ante el imperialismo y las dificultades, siga envuelto en la bandera, alabando a Silvio y a Buena Fe y citando a Martí en sus preclaros tweets, obteniendo más títulos académicos sin ayuda, a base solo de su inteligencia, bailando salsa con su exquisita Primera Dama, refrescándose en la piscina que por pura casualidad tiene en su residencia oficial, abrazando y apoyando a la crema y nata de los mandatarios democráticos como Maduro, Daniel Ortega, Kim Jong-un y Lukashenko, siga desayunando y comiendo lo que no puede desayunar ni comer el cubano de a pie, continúe disfrutando de los privilegios que el poder pone a su disposición, conduciendo a la nación como hasta ahora por la senda victoriosa que llevará a los cubanos, más temprano que tarde, a alcanzar el futuro luminoso comunista, pleno de bienes materiales y espirituales, repleto de paz y justicia social, que tantas veces prometió Fidel y no pudo cumplir porque al pobre no le dio tiempo.
 
   Con nuestro lema irrenunciable de Patria o Muerte, Venceremos, se despide de usted con un fuerte abrazo revolucionario,
   su sincero admirador,

   Fidelrraulesky Carnero Manso.
 
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