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domingo, 29 de diciembre de 2019

LAS COTORRITAS CASTRISTAS DE CUBAVISIÓN INTERNACIONAL

    Esta era una vez una pionerita cubana muy aplicada que sobresalía en la escuela por el fervor y el entusiasmo que les ponía a todas las tareas que le encomendaba la revolución. Yaruseslaidys, que así se llamaba la niña, con un nombre bien criollo, era la que más cartón recogía para el CDR, la que se encargaba de mantener limpio de malas hierbas el huerto escolar y la que se ganaba todos los diplomas habidos y por haber. En los matutinos, Yaruseslaidyta se entregaba en cuerpo y alma leyéndoles a sus compañeritos las biografías de mártires de la patria que recortaba de la prensa y les recitaba fogosas poesías que ella misma escribía para saludar las efemérides.
     Por las tardes, cuando llegaba la hora de la Mesa Redonda, Yarus dejaba de jugar y se sentaba frente al televisor a ver aquel programa maravilloso que afianzaba su fe en la revolución mostrándole las batallas que Fidel libraba frente al cruel imperialismo, culpable de todos los males habidos y por haber. Fue allí, mirando la Mesa y almacenando ideología en su mente, que en su infantil corazoncito se sembró la semilla de su sueño: de mayor quería ser una periodista y presentadora revolucionaria que sirviera a la revolución de la manera más revolucionaria posible, divulgando las verdades revolucionarias y combatiendo las mentiras contrarrevolucionarias del enemigo. Todo muy revolucionario.
     Cuando tuvo edad ingresó en la Unión de Jóvenes Comunistas, en la Federación, en la CTC, en las Milicias, en el CDR y en todo lo que oliera a revolución. Al llegar a la universidad dio rienda suelta a su vocación y se matriculó en periodismo.
     Y pasó el tiempo. Ya graduada, empezó a trabajar como becaria en una publicación. Un buen día, la citaron a una reunión en su Partido, y le comunicaron que las instancias superiores la habían analizado y habían dado el visto bueno a su solicitud. Que en Radiocentro le harían una prueba de cámara y, si la pasaba, entraría en la TV Cubana.
    A Yaruseslaidys se le iluminó el rostro con una sonrisa que no se le ha quitado a pesar de que han pasado varios años. Actualmente se siente orgullosa de formar parte del pelotón femenino de Cubavisión Internacional, de ese aguerrido grupo de chicas verdeolivo que dan su cara sin temor a lo que puedan decir los enemigos del proceso, que cumplen con la sagrada tarea que la patria les ha encomendado: llevar a todo el mundo mundial las grandes victorias de un pueblo heroico que resiste la miseria que se vive en Cuba con la satisfacción del deber revolucionario cumplido que, según Yarus, consiste en darle tres patás al imperialismo y apoyar sin restricciones a la casta que maneja el país como si fuera su finca particular.

    Las fotos que ilustran esta pieza pertenecen a algunas (son muchas) de las Yaruseslaidys que aparecen día a día en los programas de Cubavisión Internacional.


    Se ven sonrientes, peinadas y maquilladitas, con la dentadura perfecta, con la felicidad brotándoles por los poros, convencidas de ser las marianas grajales del siglo XXI.



 



     Todas son mayores de edad y, por consiguiente, son conscientes de lo que hacen y de la responsabilidad que tienen al prestarse al juego que juegan. Tan bien han asumido su papel de cotorritas castristas, que proclaman su adhesión a la revolución no solo ante las cámaras, sino también en sus redes sociales. Allí, en sus perfiles y en sus opiniones y comentarios, se les ve integradas y satisfechas, contentas de saludar el 61 aniversario de la llegada al poder del Comandante en Jefe, quien para ellas es el hombre más grande que ha existido no solo en la historia de Cuba, sino en la del universo.
 

    Conozcámoslas, para que el día de mañana, cuando aquello se derrumbe definitivamente, no vengan a decirnos que no sabían lo que hacían, que ellas se limitaban a leer lo que ponía el libreto y que si patatín que patatán.
    Vamos a recordarles a las periodistas y presentadoras de Cubavisión Internacional aquel viejo y sabio dicho guajiro que expresa “tanta culpa tiene el que mata la vaca como el que la sujeta para que la maten”.

                  
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   Nota: No es que yo la tenga cogida con las mujeres. Ellas son las protagonistas de esta pieza porque, por una extraña decisión de los que mandan en CVInternacional, en general solo aparecen hombres en pantalla cuando se trata de informaciones deportivas. A lo mejor piensan que los televidentes de Rusia, Costa Rica, Japón o Argelia se tragan mejor las mentiras si se las dicen unas caras femeninas sonrientes.

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