Marcos Valcarcel Gregorio es un músico cubano
que reside en Vigo desde hace muchos años. En Cuba fue percusionista de la Orquesta Sinfónica
Nacional y tanto en la isla como en España desarrolló una interesante carrera
en el mundo de la pedagogía musical.
Ejecutante, profesor, compositor, arreglista, escritor… él es de esos músicos a los que, por su respetable trayectoria, se les llama “Maestro”.
Pues resulta que Marcos es mi amigo. Uno de esos amigos de los que presumo, de los que me gusta enseñarles a los cubanos que pasan por Galicia para que compartan un rato con él, beban de su sabiduría y disfruten de su saber estar.
Marcos se ha comprado mi libro “Los Basurita de Carajillo” y se lo está leyendo. Voy a ver qué le parece. Conociéndole, pienso que puede gustarle.
Ejecutante, profesor, compositor, arreglista, escritor… él es de esos músicos a los que, por su respetable trayectoria, se les llama “Maestro”.
Pues resulta que Marcos es mi amigo. Uno de esos amigos de los que presumo, de los que me gusta enseñarles a los cubanos que pasan por Galicia para que compartan un rato con él, beban de su sabiduría y disfruten de su saber estar.
Marcos se ha comprado mi libro “Los Basurita de Carajillo” y se lo está leyendo. Voy a ver qué le parece. Conociéndole, pienso que puede gustarle.
Actualización escrita el 3 de julio de 2018:
Una vez que ha leido completa “Los Basurita
de Carajillo”, el Maestro Marcos me ha enviado su opinión, que yo, conociendo que iba a
ser sincera, estaba esperando con más ansiedad que aquel tipo que en los años
80 marcaba en la cola de El Carmelo a las 11 y veía que a las 12 apenas se
había movido unos pasos.
Dice Marcos:
“Acabo de terminar la lectura de tu novela. Me ha gustado mucho. Su lectura me ha resultado muy amena y alguna de sus páginas me han conmovido mucho. He pasado unas horas muy entretenidas y te felicito y te doy las gracias por tu trabajo. Felicidades y ¡que venga la próxima!”
Uff! Valcárcel me ha arreglado el día. Gracias, amigo, y te adelanto que ya estoy dándole coco a la siguiente.
Dice Marcos:
“Acabo de terminar la lectura de tu novela. Me ha gustado mucho. Su lectura me ha resultado muy amena y alguna de sus páginas me han conmovido mucho. He pasado unas horas muy entretenidas y te felicito y te doy las gracias por tu trabajo. Felicidades y ¡que venga la próxima!”
Uff! Valcárcel me ha arreglado el día. Gracias, amigo, y te adelanto que ya estoy dándole coco a la siguiente.
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